Capítulo veintidós

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—Quiere verte, quiere verte... —Canturreó Serena desde el otro lado de la línea.

—Sí, y me envía el mensaje mientras está con su novia.

—Da igual con quien estuviese, quiere verte.

—Sí para poder hablar conmigo de una vez y decirme que no confunda las cosas, que él es feliz con Heather —dije tumbándome en mi cama.

—¿Quieres dejar de ser tan negativa? —Se quejó mi amiga— Yo prefiero imaginarme que te va a confesar amor eterno.

—Claro, como si eso fuese a pasar...

—Vale, puede que no sea así pero... Dios, ¡estás tan ciega! —exclamó asustándome— Se peleó por ti, Abbie.

—Tú estabas dispuesta a venir hasta aquí para hacerlo también.

—No es lo mismo, te conozco desde hace años y eres mi mejor amiga. Además, yo no te habría besado después —dijo esto último en un tono pícaro.

Yo reí negando con la cabeza.

—Ya sabes que pienso sobre lo del beso.

—Madre mía, encima el vestido que llevarás es jodidamente sexy —Siguió, haciendo caso omiso a lo que acababa de decir—. Y lo de llevar máscaras le da un toque misterioso...

—Ves demasiadas pelis.

—Te estoy hablando en serio, Abbie.

—Pues deja de hacerlo porque vas a conseguir que me haga ilusiones y no quiero pegarme la hostia del siglo.

Mi mejor amiga se mantuvo en silencio durante unos segundos antes de volver a hablar.

—Le quieres, ¿verdad?

—Serena... —Me quejé.

—Solo contéstame a eso.

Suspiré pero acabé contestándole porque si no no pararía.

—Estoy empezando a hacerlo.

De nuevo silencio. Pero esta vez se vio interrumpido por el timbre de mi casa.

—Deben ser las chicas, ¿hablamos mañana?

—Claro, pásatelo bien esta noche.

—Gracias, hasta mañana —Le lancé un beso y colgué.

Bajé las escaleras corriendo pero aún así al llegar abajo volvieron a llamar al timbre, esta vez de forma insistente.

—¡Ya va! —Avisé, pero seguían llamando.

Al abrir la puerta vi a Kristie y Heather mirando divertidas a una Bella entretenida tocando el timbre.

—¿Te diviertes? —pregunté.

—No, me aburría de esperar y me estoy helando, por eso llamaba tanto —Me explicó—. ¿Ahora nos dejas pasar para darte un abrazo?

Reí y me hice a un lado. Conforme iban entrando me abrazaron.

—¿Qué tal las fiestas? —Me preguntó Kristie mientras subíamos las escaleras.

—Genial, ha estado bien pasar tiempo con mi familia —Admití— ¿Y vosotras? ¿Habéis hecho algo interesante?

—Nada en especial —Se encogió de hombros Heather.

Entramos en mi habitación y, como la última vez, dejaron su ropa para esa noche en mi vestidor.

—Vamos abajo, las pizzas no tardarán en llegar.

Esta vez no habría cena por lo que nos tocaba comer en casa, así que antes de llamar a Serena había encargado unas pizzas.

Tied • jb [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora