Desperté con resaca y por unos golpes en la puerta de la habitación. No reconocí de inmediato el lugar en dónde estaba y cuando di un chequeo rápido con la mirada, todo me atrapó de golpe.
Me había acostado con Erick, me puse toda ebria y me importó un carajo mi vida. "Bravo Jimena, eres experta en tomar decisiones"
Me dí una paliza mental. En serio, patee mi culo resacoso por lo menos tres veces antes de que la mano de Erick volará a mi cara y me diera un golpe que seguramente dejaba una marca.
- ¡¡Auch!! ¡¡Erick, me pegaste!!!- le dije mientras también me hacía espacio en la cama.
- ¿Qué? Ah... Si... Per... -y volvió a roncar.
La puerta sonó de nuevo, pero ahora una voz femenina lo llamaba.
- ¡¡Pelos!! ¡¡Ya tengo hambre!!- dijo ella y volvió a golpear la puerta.
Erick se levantó y de inmediato se puso los pantalones. Vi la palidez de su rostro y el arrepentimiento en sus ojos. ¿Qué estaba pasando?
- Sal hasta que yo te diga. - me dijo antes de asegurarse que yo no estaba a la vista en la puerta y salió de prisa.
Esto olía mal. No, apestaba a algo muerto. Probablemente era mi dignidad.
Me cambié en tiempo récord y, aunque necesitaba una ducha rápida, lo único que quería hacer era salir de ahí y no volver.
Al momento que dejé de escuchar la voz de la mujer, salí de la habitación. Tomé mis cosas y subí las escaleras.
No había nadie en la recepción, la casa estaba vacía. Así que me permití entrar al baño y lavarme la cara y los dientes. Arreglé un poco mi maquillaje, y me senté en la sala, no muy segura de que hacer. Si esperar a Erick y mandarlo a la mierda, o solo irme y desaparecer de su vida para siempre.
Pero antes de que tomara alguna decisión, la voz de la mujer volvió y ella estaba riendo.
- No seas tanto pelos, solo voy por mi blusa.
- ahí déjala , al fin que regresas, ¿no?
- Ya te dije que no estoy segura. Yo ya me voy a Celaya.
La puerta se abrió y lo primero que vi, fue el alma de Erick saliendo de su cuerpo, la sonrisa de esa chica convirtiéndose en tristeza y enojo y mi apestosa dignidad, alejándose rápidamente.
- ¡¿Tú quien jodidos eres y que haces en la casa de mi novio?! - dice al momento de ver mi bolsa y todo lo que tengo en la mano.
Ahora la que tenía el alma fuera del cuerpo era yo.
¡¿Novio?! ¡¿Tiene novia?!- Preguntale al pelos, porque yo dormí aquí.- presencié como se rompió un corazón en mil pedazos, y me sentí tan culpable. ¡Yo no quería dormir con él! - Déjalo. Es un pendejo sin escrúpulos. De haber sabido que tenía novia nunca lo hubiera hecho. Yo no sabía que estabas aquí.
Ella se quedó parada, callada mirando al suelo y Erick tuvo el descaro de verme como si yo fuera la mala de todo esto . - Te me acercas de nuevo y te mato. - le dije con furia a la cara. Y después le di una bofetada. - Eso es por ser un idiota.
Esperé a que de nuevo me viera, por que quería ver su rostro cuando sucediera. Sus ojos saltaban furia, así que aproveché que estaba distraído tratando de maquinar como matarme, para darle una patada en los huevos. -Eso, es por ella. Por ser un hijo de puta.
**********
El paisaje que me brindaba la ventana del taxi, en mi camino a casa, me hizo suspirar. No supe si de alegría o de dolor.
Ese mismo día, regresé a León. Miriam se quedó todavía en Guanajuato, disfrutando de todo. Yo simplemente no pude.
El rostro de aquella mujer se me había quedado grabado, y la manera en la que él se retorcia en el suelo, también.
¿Por qué lo hice? ¡Dios! Ni siquiera tenía ganas de follar.
En cuanto llegué a casa, elimine su número, bloquee su contacto de Facebook y tiré sus cosas a la basura.
Estaba muy enojada, así que cuando saqué un disco que me regaló, lo pisé, grité y aniquilé, hasta que estuvieron golpeando la puerta por el ruido.
Estaba preparada para mandar a la mierda a la vieja Amparo, pero me sorprendió ver la cara del vecino en la mirilla.
Abrí la puerta y puse mi mejor cara, o al menos lo intenté :- ¿Qué?
- Ahh... ¿Estás bien? - dice al momento que se recarga en el marco de la puerta.
Yo solo me crucé de brazos y apoyé mi peso en un solo pie. - No te incumbe.
Estaba cerrando la puerta en su cara, cuando el la detiene y me dice de nuevo:- Pues deja de hacer tanto ruido. Trato de ver una película.
Estoy por salir y mandarlo al carajo, aunque en este punto quiero matar a todos, pero mi idea se va por el desagüe cuando la voz de una mujer habla:- Iván, ¿todo está bien?
Me cagan los hombres, ¿por qué todas tienen que ser guapas? Aunque esta, en especial, es sexy. Alta, rubia y piel bronceada. Ojos hermosos.
Todo lo contrario de mi, que soy chaparra, con curvas y castaña. Algo así como Campanita asesina.
- Todo bien, cariño. Ahora voy. - le dedica una sonrisa y ella se vuelve agua. Desaparece tras la pared y él regresa su rostro a la mio. - Entonces... ¿Dejarás de hacer ruido?
Pongo la mejor cara de asco que tengo, y respondo: - Vete a la mierda.
*********
No está, ella simplemente no está.
Su ausencia me indica que he sido alguien terriblemente estúpida. ¿Pensaba que no habría consecuencias? ¿Qué la todo era tan fácil?.
- Jimena, ya sal del baño, llevas ahí metida más de media hora y me estoy miando.- dice Miriam dando unos pequeños golpes en la puerta.
- Ahh... Ya voy... Solo..._ tiré de la cadena y me lave las manos. Después me puse agua en la cara.
Habían pasado dos meses desde mi encuentro con Erick. No habíamos hablado, ni nada. Al parecer todo terminó en verdad. Con Hugo, las cosas no iban mejor. Hablábamos todos los días, pero al parecer todo estaba saliendo bien en su intento de conquistar a la perra de su ex.
Y yo... Seguramente estaba embarazada.
Hacía más de un mes que no llegaba. Yo era exacta. Muy exacta, pero por si las dudas tenía está aplicación en mi celular, que me permitía controlar todos mis ciclos menstruales. Hasta ella decía que tenía mes y medio de atraso.
No quise espantarme, tal vez era una cosa del estrés, o mis putas hormonas me estaban jugando una mala broma. Pero era difícil saber que algo anda mal.
En la noche, cuando todas estábamos en la sala, viendo la televisión, decidí hacer el anuncio.
- Creo que estoy embarazada.- dije en voz baja, y ni Miriam ni tampoco Renata me voltearon a ver. - Estoy embarazada. - dije está vez con más fuerza y ambas me voltearon a ver.
- ¿Estás segura? - dijo Miriam regresando su mirada a la televisión.
- Tengo dos meses de retraso.
- Jimena, ¿que no usaste condón? - dijo Renata con cara de molestia y preocupación.
- No, estaba muy ebria para usarlo.- tenía la mirada en el suelo. Estaban en su derecho en regañarme, había sido tonta
- Es del puto Pelos, ¿verdad?- me dijo Miriam, viéndome fijamente.
- Si.
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Un amor para Jimena
RomanceJimena, llevaba un estilo de vida libre y relajado, siempre buscando a quien amar. Por eso, la vida le regala a Samantha. Después de un embarazo no deseado y tener que afrontar la realidad de ser madre soltera, tendrá que salir adelante con una hija...