Al llegar a casa solo entre a mi alcoba, deje caer mi cuerpo sobre mi cama y allí me quede pensando en todo lo sucedido y no pude evitar el llanto por la despedida de mi mejor amiga, me quedó profundamente dormida ya después de la media noche.
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Ha pasado casi un año desde que la guardia de los lobos dorados, se llevaron a todos los niños huérfanos de la aldea incluida mi mejor amiga.
Ahora la aldea se siente más sola ya que los niños que jugaban en las calles, fueron justo los que se llevaron, con los que la misma se sentía más alegre y por eso ya al pasear por ella, no se siente la misma alegría que antes.
Mi padre desde el día en que se llevaron a Kira, ya no me habla tanto como antes, se siente culpable, yo trató de que nuestra relación sea como antes pero cada ves me evade más y más.
Hoy he decidido confrontarlo y decirle que no se sienta culpable por lo que paso aquél día.
- ¿Papá podemos hablar un momento?, le digo mientras toma su café, pero me desvía un poco la mirada.
- s-si hija...dime, me dice un poco nervioso.
- Se que te sientes culpable por lo que paso aquel día, en el que se llevaron a todos los huérfanos, le digo siendo cariñosa.
- No quiero que sigamos así con estos tratos me hace sentir muy triste que nos tratemos así, le digo mientras poco a poco me acerco a él.
- Es que si es mi culpa mi niña, me dice con un gran tono de tristeza.
- no entiendo porque dices que es tu culpa fueron los lobos dorados los que lo hicieron por ordenes del rey.
- si pero lo que paso fue, que el día anterior se estaba debatiendo que los lobos dorados estaban bajando sus números en las tropas, por los ataques en las fronteras del reino y yo había dicho en el parlamento que la aldea contaba con una gran cantidad de niños huérfanos, al escuchar eso puedo notar como una lágrima empieza a escapar se por su mejilla.
- Pero no fue tu culpa papá, no fue tu decisión que eso pasara solo fue al que paso en el parlamento, lo digo acariciando su espalda.
- pero...dice a lo que antes de que termine lo interrumpo.
- pero nada no quiero que sigas así, quiero recuperar a mi padre con el que siempre leía libros, jugaba y hacíamos tonterías, ahora digo esto mientras empiezo a abrazarlo.
Se puede notar que él esta llorando.
- además antes de tener a Kira como mi mejor amiga siempre te tuve a ti y ahora sin ella y contigo de esta forma, me siento realmente sola, lo separe un poco para poder verlo a los ojos.
- Muy bien hija mía te prometo que todo volverá a hacer como antes, dijo dándome un beso en la frente.
- te quiero papá, le digo con una sonrisa y secando sus lagrimas.
- yo también te quiero cariño, me responde.
Después de eso la relación con mi padre mejoró bastante, por lo cual mis padres también se reencontraron como pareja ya que con la situación en que el estaba también se alejo un poco de mi madre.
Unas semanas después cuando todo había mejorado, mientras regresaba de clases, pase por un puesto de centinela de los lobos dorados, donde se encontraban tres centinelas haciendo guardia pude escuchar su conversación.
- Oye supiste sobre los ataques en el bosque, dijo un centinela.
- Así parece que no solo es en los bosque sino que en otras aldeas, ya han sido devastadas por Orcos y Ogros por lo que escuche, explicaba el segundo centinela.
- Si parece ser que fueron esas dos especies, porque no quedo nadie con vida en las aldeas del Este donde fue el ultimo ataque, afirmaba el tercer centinela.
Luego de escuchar lo que decía la conversación de los centinelas, tome un paso veloz para llegar a casa.
Ya en la cena con mis padres en casa, mi padre llega un poco preocupado.
Ya cuando nos disponemos a comer se dirige a mi diciéndome.
- Miral, cariño no quiero que sigas paseando tanto por el bosque, me dice un poco preocupado.
- ¿Porque papá a que viene eso?, pregunto un poco extrañada por la forma en que lo dijo.
- Porque quiero que te concentres más en tu clases y tus tareas, responde en un tono mas alto.
- ¿esto es por los ataques a la aldea del este y los ataque en el bosque verdad?, digo agachando un poco la cabeza.
- que donde has oído eso?, pregunta mi madre exaltada.
- lo eh oído de unos centinelas de los lobos dorados en los portones del sur cuando venia de clases.
- si es por eso que no quiero que estés tanto tiempo en el bosque por favor Miral vente a casa apenas salgas de clase vale, dice mi padre cambiando a un tono mas preocupado.
- esta bien papa lo prometo, digo mirándole a los ojos.
Luego de unas semanas en casa como le prometí a mi padre decidí ir a pasear al busque por un rato.
Estaba todo muy tranquilo, los ciervos corriendo por el bosque era un momento muy lindo de ver, pero de repente se escucha un fuerte rugido a lo lejos y se escucha que un árbol empieza a caer, solo puedo preguntarme que habrá pasado pero sera mejor que vuelva a casa.
Ya entrada la noche con todos en la aldea durmiendo, puedo escuchar otra vez ese mismo rugido, igual que escuche en el bosque pero mucho mas cerca.
Mi padre entra rápido a mi alcoba muy alarmado y me saca de cama muy bruscamente como si algo malo pasara.
- ¿papá que pasa porque me sacas así de la cama?, le pregunto muy sorprendida.
- cariño quiero que te quedes con tu madre pase lo que pase okay, me dice muy exaltado.
- ¿pero que pasa en la aldea papá?, le sigo insistiendo.
- la aldea esta siendo atacada cariño, me responde mi madre que esta en la cocina arreglando una mochilas con comida y ropa.
- ¿Que, por quien?, pregunto ahora a mi madre.
Luego se empiezan a escuchar golpes muy fuertes en la puerta.
-No resistirá mucho, dice mi padre que intenta bloquear la puerta con un mueble.
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El Libro de la rosa esmeralda
FantasyLa pequeña Miral por obras y tragedias del destino encontrará un libro con oscuros secretos encriptados que la ayudaran a conquistar los 7 reinos.