La decisión

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Capítulo 2:

- ¿Y cómo pasó? - Dijo, Tom un hombre que aún parecía mayor.

-Pues...

Empecé a contar la historia a mi compañero de viaje, conté mi historia con Jessica y cómo llegué a aquel túnel.

*ESE MISMO DÍA A LAS 4:30PM*

-Rebeca, lo nuestro ya... Ya no funciona.

Dijo el cabizbajo joven a una mujer de cabello ondulado de un color violeta, que antes consider atractivo, y unas pecas que solo le recordaban a su difunta hermana.

-Pero... Mi Juli, piénsalo, te amo.

Dijo Rebeca intentando besarlo, pero no podía permitirlo.

-Pero yo no te amo.

Dijo Julián con un tono frío y crudo, sin importarme sus sentimientos.

Rebeca con lágrimas en los ojos se arrodilló y tomó la mano del joven. Pero este, en un arranque de ira la abofeteo.

-¡No vuelvas a tocarme!
Arremetió violentamente, enmascarado el luto y el odio que sentía a sí mismo.

-Por favor.
Dijo con los ojos llorosos y su mejilla roja.

-Perdóname Rebeca. - Dijo intentandose calmar. Pero tomé un camino... Y te sugiero que no sigas el mismo.

Apartó a Rebeca de su lado. Sin mirarla di un respiro profundo. Disponiéndose a irse, arrojándose con su abrigo y finalmente, azotando la puerta de golpe, derramando lágrimas por su querida Jessica. Escuchando sus pensamientos hasta llegar a casa.

"No puedo creer que considero quitarme la vida por una mujer, pero realmente la amé... La amo."
Ese era el pensamiento recurrente que taladraba día a día su mente, hasta que finalmente sucedió...

La noche anterior a su muerte, Julián no paraba de pensar en Jessica, en la última cita que tuvieron, su primer beso, en sus últimas palabras y en la muerte.

Sueño:
Narra Julián:
El cielo era precioso y el clima ideal, de nuevo me encontré con aquella misteriosa chica de mis sueños, con esa cálida sonrisa, su blanca piel desprendía un brillo dorado. La miré y ella a mí, nos acercamos y nuestros labios se juntaron. Pero todo empezó a volverse bizarro cuando mientras la besaba, me tocó el pecho, el cual estaba sangrando. En cuanto vi la sangre volteé a ver con más atención mi pecho sangrante con la letra ¨J¨ color morado oscuro marcada en mi pecho.

La misteriosa mujer me miró, se acercó lentamente a mi oído y me susurró con una voz preciosa, un mensaje perturbador.

- Hazlo.

Me dijo besando lentamente mi mejilla.

Y repetía ¨HAZLO, HAZLO, HAZLO ¨

Un relámpago me hizo despertar en un mar de sudor y angustia.

Mi celular vibró de la nada, eran mensajes de amigos de la universidad.

Chat Cristina R 19:20 Pm 44%

-HEY HOLA

- Hola...

- ¿Cómo sigues?

- Vivo :/ aún...

- ¿Aún e_e </3?

- No quiero hablar, te veo en la uni mañana, bye.

- Ammmm ¿Okay? Besos y anímate :3 <3 :*

Bloquee mi celular y medité lo que estaba a punto de hacer.

Ya no tengo a nadie en mi vida.

Fui a la pequeña cocina del piso que rentaba, abrí un cajón buscando un cuchillo grande y afilado.

Salí dejando una nota a mi casero que irá mañana a desalojarme ya que llevo un año sin pagar la renta.

NOTA:

Señor Montes

Espero disculpe mi desaparición, si quiere encontrarme, búsqueme en el parque centrar de la ciudad, en el viejo roble (el roble del beso), Justo al lado del aviario.

Att: J

La lluvia golpeaba mi rostro, me dirigía a una tienda cercana a comprar la soga más larga que encontré y un cuchillo.

El azote del viento en mi chamarra me empujaba hacia atrás y me quitaba mi gorro negro.

Cada ráfaga era como si recordara mi vida. Mi cumpleaños número seis la muerte de mis padres, las drogas y al final Jessica.

Una vez en el parque subí la vista hasta la copa del longevo árbol.

Aquí Jessica y yo nos dimos nuestro primer beso.

Escalé el árbol hasta la segunda rama más ancha y fuerte que pude encontrar.

Limpié mi sudor y el agua de lluvia de mi frente.

El cuchillo estaba equilibrado sobre una rama.

Hice un nudo que rodeaba mi cuello y con el cuchillo intenté cortar una considerable cantidad de soga, pues esta llegaba al suelo

-Juro. - dije jadeante en voz alta. - Juro que estaré con mi amada Jessica de nuevo.

Un ruido me hizo perder el equilibrio, eran... ¿lobos? Los aullidos me aterreraron tanto que resbalé, apenas me sujetaba con ambas manos de la rama que empezaba a quebrarse. La lluvia hacía mis manos resbaladizas.

Y en ese Incomodo y mal momento pensé. * - ¿Realmente quiero morir? *

Estaba tan desesperado y confundido que sólo podía rezar y arrepentirme.

Un trueno calló sobre el árbol. La rama se rompió. No tuve tiempo de gritar en cuento sentí mi cuerpo golpear contra el suelo y algo más caer cerca de mí. Lo último que oí fue el cantar de los cuervos y el aullar de los lobos.

El Dilema De JuliánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora