Capítulo 2: "Desastre"

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¿Por qué tengo que asistir a una fiesta que no quiero, con el novio de mi amiga al cual no conozco cuando podría estar esforzándome en elevar mis notas y conseguir la beca? A todas estas preguntas que genera mi subconsciente se me viene a la cabeza una sola respuesta, no sé decir que no.
-¡Pará! –Grito y Aaron frena bruscamente el auto-
 -¡¿Estás loca?! Nos querés matar o algo así? –Exclama Mora-
-Lo siento, pero me quiero ir. No sé como accedí a venir si sabía que me iba a arrepentir. –Digo de forma acelerada mientras abro la puerta trasera del auto, me bajo y Mora me sigue.
-¡Emma! ¿Adónde vas?
-Lejos –Digo mientras me alejo prácticamente corriendo del coche, pero me detiene sujetándome del brazo-
-Es una fiesta, solo una noche. No te vas a morir.
Tiene razón. Y aunque no tengo ni una pizca de ganas de ir a esa fiesta, me digno a hacer un esfuerzo por mi amiga.
-Bien. Pero solo unas horas. ¿Sí?
-Si –Exclama mostrándome una gran sonrisa-
La Range Rover ingresa por el gigantesco portón delantero de la mansión donde se celebra la fiesta, y estaciona frente a un árbol.
Bajamos y nos dirigimos a la sección de la piscina, donde se encuentra el anfitrión y los invitados.
-¡Brian! –Exclama Aaron al tiempo que choca los puños con un chico de estatura alta, cabello castaño, ojos celestes y blanca sonrisa, simplemente perfecto a la vista-
Mora y yo respondemos con un sencillo hola.
-Pero que bellezas –Exclama mientras nos observa de cabeza a pies a mi amiga y a mi-
-No no no. Ella es Mora mi novia y su amiga Emma –Dice rodeando con un brazo la cintura de Mora –
 -Bueno, tranquilo. Disfruten de la fiesta que recién empieza. – Me guiña un ojo y desaparece entre la multitud-
Cuando me volteo para preguntarle a Mora que fue eso me percato de que no está a mi lado, sino en la pista de baile dándolo todo junto con Aaron.
 -Dios santo, que hago ahora. –Exclamo en un susurro imperceptible comparado al volumen de la música que agolpa los oídos de los presentes-
Intento caminar entre la gente con estos tacones, que por cierto me están destruyendo los pies, hasta llegar a la entrada de la casa. Abro la puerta y para mi mala suerte golpeo a una chica y un chico mucho mayor que ella, que prácticamente se estaban devorando la boca.
-¡Lo siento! –Digo ante mi vergüenza. Pero a ellos parece importarle un comino mi disculpa. Me ofrecen mala cara y se dirigen al piso superior por una enorme escalera de mármol que adorna la sala de estar y conecta con un pasillo repleto de puertas en la planta superior. Entran a una y sinceramente no quiero imaginarme para que.
Mi disgusto y yo nos disponemos a encontrar el baño, para encerrarnos allí hasta que termine la maldita fiesta.
Pero obviamente como me acompaña la mala suerte me tengo que chocar con el tal Brian.
 -¿Emmaaa que haceees aqqqui? -Este hombre está increíblemente pasado de alcohol-
-Perdón, me tengo que ir
-¿Eeeh? Nooo te escru... escuchoo –Exclama gritando-
-Que me tengo que ir, adiós –Pero me toma de las caderas e intenta acercarme a su cuerpo- ¿Que haces? –Grito y lo empujo con todas mis fuerzas, pero no es suficiente y me atrae más a su cuerpo-
-Que treciosaaa que sosss, digo, prrreciosa. –Lo empujo con mas fuerzas todavía y cae sobre una lámpara de pie (probablemente más valiosa que mi apartamento) decorada con miles de cristales que se estrellan contra el piso y resuenan en toda la habitación. Antes de que todos los presentes en la sala se volteen a ver que fue ese estrepitoso sonido, salgo corriendo y tropiezo con un escalón cayendo sobre un muchacho.
-Lo siento nena pero ahora estoy ocupado con otra belleza. – ¿En esta fiesta además de borrachos, están todos enfermos de la cabeza o algo por el estilo?
Me levanto y corro hacia la pista de baile para ver donde esta mi abandónica amiga y su desconocido novio. Los veo bailando y me dirijo hacia ellos.
-Mora, vamos. Tenemos que irnos ya. –Las palabras salen más rápido de mi boca que lo que tarda en procesarlas mi cerebro-
 -¡Emma apareciste! Pensábamos que te habías perdido, nos tenias muy asustados. –si, súper preocupados, imaginé-
 -Si no nos vamos ahora voy a morir de vergüenza.
 -¿Qué hiciste? –Pregunta con cara de susto-
-Vamos y te lo cuento.
Un fuerte ruido que proviene de la sala de estar, llama la atención de todos en la habitación y la música se detiene. Acto seguido aparece Brian en la puerta abriéndose paso entre la multitud mientras grita mi nombre. Tiene una herida en la frente de la cual resbalan pequeñas gotas de sangre.
Aaron y Mora se miran y luego vuelven hacia mí con cara de preocupación. Ambos me cubren hasta llegar donde eatacionamos el auto. Subimos,  Aaron enciende el auto y lo conduce fuera de "la mansión del desastre". Mora se voltea y exclama:
 -Ahora cuéntanoslo todo.
Aprovecho el viaje hasta el apartamento para narrarles mi horrorosa noche.
Me dejan en mi apartamento y se dirigen cada uno a su casa.
Entro en mi habitación, me coloco el pijama y caigo rendida en un sueño profundo donde un apuesto joven de ojos celestes y cabellos castaños me observa con una blanca sonrisa malevola.






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