Capítulo 4: "Mi Primer Día"

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-Te voy a extrañar mucho -Exclaman Mora y mi abuela al tiempo que me abrazan-
-Yo también las voy a extrañar mucho a las dos.
-No te olvides de llamarme todos los días -Dice mi abuela haciendo énfasis en las últimas tres palabras-
-No, no me olvidare.
Y sin más, me subo a un avión rumbo a Barcelona. No me lo creo, pero está pasando.
Durante las 12 horas de viaje me paso pensando en el apartamento que alquilé, en la gente que conoceré en la nueva universidad y planeando mi futuro a largo plazo. Tengo todo organizado de acá a 4 años por lo menos, espero que las cosas salgan como las planeo, no quiero llevarme ninguna sorpresa.
Logro dormirme en la última hora de viaje. Para cuando despierto me duelen todos los músculos del cuerpo.
El avión aterriza en el Aeropuerto de Barcelona e inmediatamente le mando un mensaje a Mora y a mi abuela para avisarles que llegué bien.
Después tomo un taxi hasta el que sería mi departamento.
Luego de un viaje de 30 minutos aproximadamente llego a mi departamento. Me bajo del taxi y observo la magnitud del enorme edificio. Entro en el hall, piso de porcelanato, paredes blancas lisas y unos sillones grises junto a una mesa ratona llena de revistas que decoran la espaciosa habitación.
Subo por el majestuoso ascensor hasta la planta 8 donde está mi apartamento.
Me quedo anonadada al entrar. Pisos de porcelanato y paredes blancas lisas al igual que en el hall. Un living totalmente vacío y una cocina super moderna adorna la entrada. Luego sigue un pequeño pasillo que conduce a una habitación y un baño de servicio.
Tomé mi celular y comencé a buscar tiendas de muebles y supermercados. Hoy, iba a pasarme toda el día comprando muebles y comida con el cheque que me habían dado para acomodarme, y eso que recién eran las ocho de la mañana.
Salgo por la puerta principal al pasillo y me topo con un apuesto chico de ojos azules oscuros, estatura media y cabellos rubios ligeramente despeinados pero perfectos a la vista.
-Buenos días -Exclama mostrando una blanca sonrisa-
-Buenos días -Le respondo, probablemente sonriendo como una idiota-
-¿Eres nueva aquí? -Me dice con un marcado y precioso acento español-
-Sí, llegué hace una hora más o menos.
-Qué bonito acento tienes -Me muero- ¿De dónde eres?
-Argentina. Estaré aquí cuatro años estudiando.
-Pues, que bien, nos veremos a menudo por los pasillos entonces.
-Si, probablemente.
Al salir del edificio no puedo quitarme de la cabeza a ese chico.
Solo tuve una sola persona a la cual llamar "novio" pero sí, he tenido algún que otro amigo con quien compartir besos, pero nada más.
Y así seguirá siendo por mucho tiempo.
Camino por las estrechas calles de Barcelona observando la arquitectura e intentando no perderme, hasta llegar al mercadona, un supermercado muy popular aquí en España. Paso por las góndolas y tomo todo lo que pueda llegar a necesitar como cepillos de dientes, pasta dental, pan, leche, shampoo, papel higiénico, entre muchas cosas más hasta llenar el carrito.
Paso por la caja. 550 euros. El cheque que me dieron es de unos 3000 euros. Todo lo que queda va destinado a los muebles. Por supuesto, voy a conseguir un trabajo para pagar lo que sea comida, higiene, etc.
Paso por varias tiendas de muebles, y como amante de la buena decoración, no puedo evitar comprarme todas las chucherías para decorar el departamento. Un somier, acolchado, almohadas, alfombras, cortinas, lámparas, una cocina y una heladera (o como le llaman aquí, una estufa y un refrigerador) y un montón de adornos para darle un poco de vida al lugar donde pasare los siguientes cuatro años.
Acordé con la dueña del lugar que hoy me traerían el somier y las sabanas como para pasar la noche y mañana el resto de cosas.
Llego a casa rendida y llamo a Mora y a mi abuela como les prometí.
Luego de 30 minutos cuelgo el celular y  ceno unas galletas oreo con un vaso de leche.
-Mañana preparo una buena cena -Digo para mí misma-
Y me voy a dormir mirando un capítulo de la temporada 5 de Pretty Little Liars desde mi celular. No puedo dormir esperando que sea mañana para asistir a la universidad. Pienso en la gente que conoceré, los profesores y la cantidad de cosas que aprenderé estando aquí.
Con todas estas cosas en la cabeza es un poco imposible dormir, pero luego de una hora y media caigo rendida en profundo sueño.

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