La relación contraindicada (Cap. 4)

340 17 0
                                    

El golpe en la puerta, levantó a esos dos enamorados de sopetón. De repente los dos estaban de pie, poniéndose sus prendas lo más rápido posible, apartando todo aquello que encontraban en su camino, no encontraban su ropa, no se sabía si era por los nervios, o realmente alguien lo había escondido..

Se trataba de un gato.. un oscuro y simple gato, había roto su tranquilidad, ese sentimiento de satisfacción había desaparecido en cuestión de segundos, y en 2 minutos los dos se habían vestido. Los nervios podían con los diversos sentimientos, y María había perdido el control, se puso muy nerviosa, de hecho iba a llorar, la situacion podia con ella, estaba triste, satisfecha,enamorada, enfadada, se quería ir. María había despertado de aquel sueño perfecto, se había dado cuenta que no todo era tan bonito, empezó a pensar en las opiniones de los que le rodeaban; su madre, su amiga, su entorno, ¿su PADRE? ¿Que iban a decir sus seres más queridos? ¿Que podían pensar de ella? Esas preguntas la atemorizaban, por aquel entonces, esa relación no era bien vista, sus padres siempre habían soñado con el casamiento de su querida hija; María era hija única y sus padres dedicaban todo su tiempo al trabajo, para mantenerla y no permitir que le faltara nada. Su madre era costurera, no tenía un espacio físico, se dedicaba a ello en casa, y alguna que otra vez salía a realizar o medir los pedidos. Realmente se le daba muy bien, y más de una vez había mirado aquellas telas que había comprado para María ,desde que ella tenía 8 años. Era una tela blanca, como la seda, aquel blanco brillante que llevaban todas las novias, pero no una novia cualquiera, las más puras, las más vírgenes...

Josefa, madre de María quería mantener la tradición; La ceremonia se realizaría en la iglesia donde su madre se había casado, donde también lo hizo la abuela, la tía, la suegra, la cuñada, enfin.. todos aquellos que la habían criado. Para Joan el hombre perfecto, para su querida hija, debía de ser hijo de buenos padres, con una economía bastante alta y estable, con herencia, el joven tenía que tener estudios o al menos ser un buen atleta. El personaje estaba creado, creado en la mente de esos padres protectores, pero aún no se sabía si el joven existía.

La idea de Joan era clara, y Josefa la compartía también. Pero nada hacía que por un simple momento, alguno de los dos se imaginara a su hija con uno de sus trabajadores. Era imposible!! En la cabeza de Jaka también rondaban muchas preguntas, sus padres le dieron su confianza, él estaba en ese momento, en aquel lugar, gracias a sus padres, y al resto de la familia. Lo que estaba pasando en aquel lugar, era algo prohibido, era una traición. Para el resto de la familia serían siempre la vergüenza de la aldea, no era bien visto estar con una chica blanca. Los blancos habían hecho mucho daño en aquellas tierras, se habían llevado a sus antepasados esposados, abusando de sus mujeres, raptando a sus hijos, suprimiendo su cultura. Era imperdonable, aunque ellos no supieran diferenciar entre europeos y americanos, para ellos todos eran iguales, eran blancos.

Jaka siempre recordaba a su abuelo sentado en aquel pequeño banco enfrente de aquella gran finca donde todos vivían. Contaba la historia de su abuelo y los hermanos una y otra vez. Su abuelo tenia 5 hermanos, con el 6. Todos eran hombres y vivían junto a su padre y su madre, todos los días iban al campo, cultivar era su manera de sobrevivir. Los seis amaban a su madre, esa dulce mujer, que siempre se mantenía joven, bella y andaba todo el dia cantando. Era muy bondadosa y no tenía maldad ninguna, conocía a la perfección a cada uno de sus hijos, a ellos no les hacía falta hablar, con solo una mirada su madre sabía lo que ocurría. Con su padre la relación era diferente, a pesar del amor que se sentían mutuamente, no solían mostrar-lo con su padre, el era un hombre fuerte,alto y frío, le tenían miedo, su carácter era fuerte, no toleraba ningún tipo de pitorreo, mantenía a todos firmes, responsables, educados y nobles... tenían que ser buenos esposos para sus futuras mujeres. Los seis chicos de 27-17 años, presumían de cuerpos corpulentos, el duro trabajo había aumentado sus músculos, habían heredado la belleza de sus padres, era evidente. Un dia en el campo, se volvió turbio, la gente gritaba y corrían, los blancos habían vuelto a venir, en busca de chicos jóvenes, altos y fuertes, aptos para trabajar en sus tierras como esclavos. Los 6 hermanos se miraron unos a otros y corrieron hacia su casa, a pesar de ser todos ya bastante mayores, el único que podía protegerlos era su padre, pero aquel día eso no iba a ocurrir. Llegaron a casa y cerraron como pudieron el trozo de rejas que habían conseguido juntar para crear un muro que rodeaba su finca. Su madre permanecía callada al final de la casa, triturando los cacahuetes en aquel gran bol de madera, con un palo de hierro; Cuando escuchó los fuertes ruidos que se acercaban, curiosa sacó la cabeza. Los nervios de todos habían aumentado, desgraciadamente, aquel día su padre había acudido a la ciudad más cercana en busca de los alimentos básicos, que no podía adquirir en su pueblo. Los blancos habían entrado en casa y sin dudarlo cojieron al mas pequeño de los hermanos, cuando se alejaban arrastrándolo uno de ellos salió en busca de su hermano y los otros 4 aparecieron en cuestión de segundos. La disputa no empezaban con palabras, sino, con golpes, no eran nada violentos, pero no podían dejar que se llevaran a su hermano pequeño, el abuelo cuenta que les propinaron tal paliza que los blancos no volvieron a pisar aquel pueblo.

Las preguntas se habían formulado, una y otra vez, pero no había respuestas; Tras varios minutos de silencio los dos permanecían, navegando en sus mentes, ninguno de los dos se podían permitir, fallar a su familia. Pero el amor que sentían era intenso, muy intenso, habian pasado 3 meses desde su primer encuentro y no había suficiente confianza, pero el amor podía con todo, aunque no hablaran sobre ello, sus miradas eran claras, ninguno de los dos estaba dispuesto a abandonar esa bonita historia de amor. En pocos minutos lo decidieron; Se escaparían juntos a media noche...


Creía que podía ( 1Parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora