Mariposas en el estomago (Cap. 20)

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Tras varios días de su vuelta al trabajo, aun pensaba en la incontrolable idea de coger un avión hacia Barcelona. Ver a Maria suponía, gastarse la mitad de sus ahorros, suponía abandonar el trabajo, y además suponía aferrarse a una esperanza que probablemente no iba a resultar ficticia. ¿Quién no le decía que Maria había rehecho su vida? ¿Quién le aseguraba que seguía viviendo la misma ciudad? La situación era realmente, complicada, pero las ganas de verla podía más que todo aquello. Así que un domingo, decidió recaudar el presupuesto necesario para comprarse el estimado billete, que le devolvería la felicidad. Afortunadamente, tenía todos sus ahorros en el banco. A pesar de enviar dinero constantemente a sus familiares, como bien hacia Amin. Su mala racha le permitió ahorrar bastante dinero. Así que no dudo ni un momento en cogerlo e ir a una agencia y comprarlo de inmediato. Tan solo tenía que presentar sus documentos y pagar una suma poco racionable. De Algeria a España.

Después de comprarse el billete, pasó varios días sin dormir, pensando y soñando en el encuentro una y otra vez. Daba vueltas en la cama preguntándose qué es lo que había echo esa chica, para captar tanto su atención, para tenerla metida en su cabeza, a pesar de tantos años pasados. La noche de un miércoles, dormía plácidamente, donde en sus sueños habitaba Maria constantemente, de repente aparecía Gina. En su sueño estaba en la playa con su querida Maria, a pesar de haber pasado los años, y de haber madurado, cuando se reencontraban todo volvía a ser como antes, los niños que dejaron atrás volvían a adueñarse de sus cuerpos. Tenían y sentían la obligación de amarse y disfrutar de aquel precioso momento. Tanta era la felicidad de Jaka que se lo escuchaba reír. Su compañero de habitación, Amin, sorprendido prendía la linterna, enfocándole la cara, pensaba que estaba despierto, pero en su rostro se percibía una bonita felicidad, algo que en mucho tiempo Amin no había visto, mientras Jaka estaba despierto. Amin apagó la linterna con un rostro de preocupación y desaprobación. Sabía que volvía a soñar con Maria, era constante.

En aquella playa mientras los dos jugaban Maria corría hacia la orilla, mientras Jaka corría detrás de ella, cuando una dulce voz lo llama por su nombre, al girarse, Gina estaba muy cerca, de repente había avanzado tanto que podía tocarla con las manos, mientras que Maria, se alejaba lentamente, introduciéndose en el agua, de forma que cada vez menos podía ver de su cuerpo. La ira de Jaka cambiaba su rostro, y Amin de nuevo volvia a enfocarle la linterna... Su expresión era muy clara, la ira seguía en su interior, pero al observar a Gina, todo podía estar cambiando.

A la mañana siguiente, Amin, no pudo evitar preguntar a su amigo.

-¿Qué soñabas ayer, Jaka?. Pregunto Amin.

Jaka más nervioso que nunca, respondió tartamudeando na-na-nada... Los dos siguieron trabajando durante unos minutos más sin dirigirse la palabra. Jaka pensaba que su amigo había descubierto el enredo que tenía con su hermana, temía haber pronunciado el nombre de "Gina" mientras dormía. Para Jaka era impensable que su mejor amigo, pudiera entender esa relación. Jaka, empatizaba con Amin, aunque no tuviera hermanas, sabía que hubiera sido su deber protegerlas. Amin, sabía y nunca aprobaría esa relación, por una simple razón... "Jaka nunca miraría con los mismos ojos a Gina, que a Maria" y ningún hermano quisiera percibir esa humillación hacia su hermana. Mejor sería evitarlo. Los dos seguían trabajando, montando ladrillo tras ladrillo, sin apenas seguir con la conversación.

La confusión mental de Jaka, podría hacer cabrear muchísimo a Amin, y más si se trata de su hermana por medio. Por un lado, el billete estaba comprado, el miedo no le dejaba montar al avión, el simple miedo al rechazo, lo alejaba del inmenso aeropuerto. Las ganas de ver a Maria lo empujaban de inmediato a Barcelona, en solo un abrir y cerrar de ojos. Pero, ¿ y Gina ? Gina, empezaba adueñarse de un lado de su cabeza, a todas horas, tenía minutos para ella y su explosivo y esplendido cuerpo, las ganas de volver a verla aumentaban, al recordar aquel exótico momento en el bosque.

Por fin había llegado el día 16 de Abril, Jaka tenía que volver, el billete le había costado un ojo de la cara, pero no había suficiente seguridad en el para partir. No había comentado su viaje a nadie, tan siquiera a su querido y mejor amigo. Tenía pensado partir el fin de semana y volver de inmediato, solo se trataba de verla, y de aclarar sus sentimientos. De camino al aeropuerto, con la misma mochila, con la que partió de Barcelona, en su marcha con Maria. Esa misma mochila marrón, se situaba en su corpulenta espalda, y tres papeles en la mano, confirmando su reserva. Al llegar al aeropuerto, los nervios delataban su temblorosa forma de andar. Y es que el joven, estaba tan nervioso como si de la primera cita se tratara otra vez, pero con una diminuta y bastante significativa diferencia y es que esta vez no sabía si iba a ser correspondido.


Creía que podía ( 1Parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora