Vuelo a la realidad (Cap. 21)

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Por fin el día había llegado, por fin Jaka estaba frente a ese avión, haciendo cola. A la espera de que esa puerta se abriera, en su cabeza no paraban de turnar varias preguntas, preguntas que cada vez lo echaban más para atrás. Preguntas que estaban consiguiendo borrar todo el valor, que había conseguido reunir en estas últimas semanas. En esa gran fila, era de los últimos en subir, estaba a tiempo de volver a casa, estaba a tiempo de recular y eliminar esa estúpida idea de su cabeza. El caso, es que su corazón, si, su diminuto y a la vez gigante corazón, no le permitía seguir viviendo con esa duda, necesitaba al menos saber, como estaría ella, necesitaba saber si lo seguía esperando, su corazón necesitaba recibir algún tipo de información, para elegir el camino que debía de tomar.

Se armó de valor y subió las fronterizas escaleras que lo separaban de su imaginación y la realidad. Por fin todo lo que había creado en su mente, se podría convertir realidad, en tan solo unas horas de viaje, estaría en Barcelona. El aeropuerto que estaba a tan solo 17 Kilómetros de la casa de su amada Maria. Una vez ya en el avión, el piloto se presentaba, y las azafatas ofrecían todo tipo de servicios, para la comodidad de sus clientes. A Jaka realmente eso le importaba lo más mínimo, el solo quería que el avión despegara, para así evitar el abandono y no tener la opción de salir corriendo.

Por fin el motor se empezaba a escuchar y al otro lado del pasillo, en esas pequeñas ventanas podía ver como el inmenso avión en el que estaba subido, se movía lentamente. Atrás dejaba sus miedos, atrás quedaba la cobardía, cada vez que el avión avanzaba, más valor le entraba a Jaka. Cada vez que de lejos percibía las puertas del aeropuerto, se convencía , más a si mismo que era el momento, de resolver todas sus dudas. Era el momento de aclarar sus ideas, y sobretodo tomar un camino, para su corazón. Su vuelo era directo, de esta forma no tendría la opción de quedarse en el país donde hiciera escala. A sí que en 2h estaba en Barcelona, si si si, tan solo tuvo 2 horas para pensar las palabras exactas con las que iba a empezar la conversación; Lo cierto era que lo había soñado tantas veces, que ya se sabía el dialogo, se trataba de un guion, muy bien memorizado.

Era realmente increíble, esas dos horas habían pasado en un abrir y cerrar de ojos, el ruido y las carcajadas de otros pasajeros, no habían incordiado, su mente maquinaba a la velocidad de la luz. Todos los pasajeros desabrochaban sus cinturones, mientras Jaka se dedicaba a ojear todos y cada uno de los pasajeros, se imaginaba los motivos por los cuales habían cogido ese vuelo, quería saber si alguno de ellos estaría en la misma situación que él. Al otro lado de la fila, había una mujer observándolo desde hacía un buen rato, una mujer negra que no dejaba de fijar su mirada en él, esperando ser correspondida con otra mirada. Jaka apenas tenía la cabeza a sitio, para poder seguirle el juego, la verdad es que ni le interesaba. Esa mujer se levantó antes que el por lo tanto estaba dos personas por delante de Jaka en la fila, la gran fila que creaban los pasajeros para salir. A tan solo 2 personas, Jaka había podido percibir el precioso y exótico aroma de esa mujer, que tanto lo miraba. Un aromo que de inmediato lo traslado a Tidal, un aroma que erizo todos sus pequeños cabellos en cuestión de segundos. Ese aroma era tan agradable, que al pestañear, cerraba con delicadeza sus ojos, recordando los intensos momentos vividos con Gina. Era muy curioso, en todo el viaje apenas había pensado en Gina; No podría saber si eran los nervios, o si su dialogo estaba ocupando todo el hemisferio de su cerebro. De repente en él se despertaban de nuevo, las inmensas ganas de volver a ver a Gina, sentir el contacto de piel, esnifar su aroma, rozar sus labios... todos esos recuerdos hacían que el pobre chico, volviera a perder su cabeza, una vez más, por una mujer.

De sopetón el golpe de uno de los pasajeros, intentado descender su maleta, lo devolvió a la realidad, una realidad que era dura y en esos momentos muy emotiva. No podía contener sus emociones, unas emociones dispersas, por un lado, la ira se apoderaba de su mente en caliente, recordar el insignificante abandono, creaba en él una ira increíble. La tristeza se producía en sus ojos cuando, recordaba sus bonitos principios con ella. Pero el amor se mostraba en su rostro, cuando recordaba su bonita cara, su espléndido pelo e increíble tacto de su piel. Todo esto se dibujaba en una nube alrededor de su cabeza, mientras el andaba con su simple mochila en la espalda y tres papeles en la mano.

Creía que podía ( 1Parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora