Aún no me puedo creer que alguien como yo haya tartamudeado al presentarse. Me he sentido como una auténtica idiota porque esto no es nada propio en mí. Por suerte o por desgracia, nadie más que él me estaba prestando atención. Caleb sigue sentado junto a mi izquierda, pero yo he sido incapaz de mirarlo a la cara en todo el tiempo que ha estado aquí. Por primera vez, me encuentro con una Evelyn vergonzosa e intimidada ante la belleza de alguien más, y eso no es una buena señal.
Donde sí que miro es por encima de los hombros de Luke, Christian y Alexa, justamente hacia la mesa de los chicos. Ya he afirmado que no soy una persona cotilla, solamente me gusta curiosear de vez en cuando. Sin embargo, para mi sorpresa, me encuentro con un Andrew Cooper descaradamente interesado en nuestra mesa. Es cierto que está conversando con uno de los cruasanes de sus amigos, pero su mirada está fijada en mí. Al darnos cuenta, los dos apartamos los ojos el uno del otro lo antes posible, y procuro fingir no haber visto nada. Me pregunto qué habrá sido eso.
Agacho la cabeza y mi mirada cae sobre nuestra mesa. Entonces, me percato que el plato de Jade es el único que ya está vacío. Levanto la vista y veo cómo ella me está mirando a mí, con una expresión divertida y sonriente.
—¿Te vas a terminar eso? —me pregunta, todo sin perder la sonrisa dibujada en sus labios.
—Toma —contesto, ofreciéndole mi plato, que aún contiene una mitad del sándwich. La verdad es que no sé cómo he conseguido darle siquiera un bocado.
No tarda en hacerse con mis sobras y puedo decir que debe estar cantando victoria por dentro. Ahora ya conozco otra de sus debilidades.
—Jade, deberías empezar a controlarte con el tema de la comida. No vas a tener siempre ese cuerpo de muñeca —espeta Christian, demasiado calmado para lo que acaba de soltar por esa boquita.
La que no se ha quedado calmada soy yo después de su asqueroso comentario, que siento el impulso de decirle cuatro cosas y ponerlo en su lugar. Inmediatamente, debato en mi cabeza por qué estoy queriendo proteger a una chica que acabo de conocer y desde cuándo soy así de blanda.
—¡Cállate! —grita Jade exageradamente, casi quitándome las palabras de la boca. Aun así, enseguida recupera la compostura, cambiando drásticamente su tono de voz—. Además, aunque yo engordara diez kilos, seguiría siendo espectacular. ¡Todo menos dejar al amor de mi vida!
—No me digas que te refieres a la comida, Jade —añade Alexa entre risas.
—Obviamente —contesta ella, antes de meterse otro gran trozo de pan de molde en la boca.
De nuevo, me veo aplaudiendo a Jade mentalmente. Esta chica no puede evitar caerme cada vez mejor. Cierto es que una pija y una friki no han pegado nunca en la vida, pero es como si nuestros sentidos del humor hubieran nacido para encontrarse. Me encanta esta chica y no me lo puedo negar ni a mí misma: supongo que poder reírme con alguien ahora mismo es lo mejor que me podía pasar.
Eso sí, el campamento sigue sin gustarme. Y así continuará.
Una vez más, me permito volver a ojear la mesa del fondo, aunque en esta ocasión me la encuentro vacía. Me digo a mí misma que es un auténtico alivio no tener que volver a cruzar miradas con Andrew y, con ello, soportar la incomodidad que eso supone... pero él tenía planes mejores. Entre ellos, el de aparecer repentinamente detrás de nuestra mesa, precisamente entre Caleb y yo. Para colmo, Andrew actúa como si yo apenas existiera y se acerca de modo más bien directo a Caleb. Por un momento temo tener que pegar el salto de mi vida porque la ojeada que le echa el primero no es muy agradable que digamos. De hecho, la tensión en el ambiente es casi palpable.
Por suerte, sé que no voy a presenciar una pelea cuando, de un momento a otro, sus sonrisas se encuentran en medio de tanta presión. Es entonces cuando se dan una especie de abrazo, o al menos es como yo lo llamaría. Si no fuera por esto, hubiera jurado que no se llevan especialmente bien a juzgar por la dureza con la que se observan el uno al otro. Aun así, decido quitarle hierro al asunto y pasar del tema. Son tíos desconocidos para mí, imposible predecir sus pensamientos.
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Campamento de Verano© (Verano #1) [EN EDICIÓN]
Teen FictionEvelyn West es la chica envidiada en cada sitio al que va. Es guapa, estilosa, inteligente y rica, lo único que le falla es esa personalidad de niña mimada que tiene. A sus 16 años, Evelyn planea un viaje de vacaciones a París con sus dos mejores am...