Capítulo 18

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Mi rutina de adolescente rica es lo más monótono del mundo en comparación con la vida en este campamento. De alguna forma, he terminado compartiendo habitación y médico con Candice. No todos los días alguien pasa de ser tu mejor amiga a convertirse en tu mayor rival. Por si fuera poco, aquí los días se hacen larguísimos porque a cada momento ocurre algo digno de comentar.

En estos momentos, me encuentro sentada sobre la cama de Emily. Nos ha llevado a su cabaña con tal de que la doctora nos viera a ambas al mismo tiempo. Yo tengo la muñeca y parte de la mano envuelta en yeso, mientras que Candice descansa profundamente, con cara del ángel que, por supuesto, no es. Por mi parte, como ya dije, no hay nada de lo que preocuparse. Sin embargo, admito que, antes de que empeore, es preferible ocuparse de ello.

En cuanto a mi ex amiga, no puedo identificar qué es exactamente lo que le pasa. No creo que el golpe de Jade fuese lo suficientemente fuerte como para que se desplomara. Lo que sí es cierto es que, cuando se presentó en mi cabaña, su aspecto no aparentaba el mejor estado de salud. E imagino que, al estar tan débil, perdió el equilibrio por completo.

Nuestra acompañante no es otra que Chloe: el colmo de esta escena tan irónica. Me hago la loca, pero he visto cómo pasea su mirada entre Candice y yo cada vez que puede. Es inevitable que la tensión se encierre entre estas cuatro paredes después de todo lo sucedido entre nosotras.

Mientras la doctora examine un par de asuntos, no hay más que silencio en esta habitación. De hecho, creo que lo único que alcanzo a escuchar son las voces de Jade, Andrew y Caleb, que parecen estar discutiendo ahí fuera. A saber qué es lo que les tiene tan entretenidos.

—Muy bien, chicas, pues creo que esto sería todo. Ya he hablado con vuestra monitora. —La médica no ha dejado de sonreír en ningún momento, pese a tener uno de los trabajos que yo considero más complicados del mundo—. Simplemente, necesitáis algo de reposo y estaréis estupendas... Eso sí, necesito saber qué es lo que ha ocurrido para que estéis así. Emily necesita saberlo, si es que no os queréis quedar sin fiesta esta noche.

Acto seguido, se encoge de hombros y yo correspondo su gesto. La verdad es que no tiene ningún sentido lo que Emily ha exigido. Cuando me vio en mi cabaña, no se molestó en ayudarme lo más mínimo... y ahora que Candice ha entrado en escena, ¿necesita saberlo todo? No hay quien entienda a esta monitora.

—Pues... Se cayeron. Evelyn con la mano debajo de la cabeza de Candice.

«¡¿Qué?!»

Desde luego, la imaginación de mi amiga no da para mucho. Mientras yo contemplaba qué versión darle a la doctora, Chloe se ha tomado la libertad de idear su propia historia. Y la verdad es que no ha sido de gran ayuda... Ha sido algo más cómico que creíble.

La doctora la mira como si hubiera perdido la cabeza, y no es para menos. Realmente, parece que se esté riendo de ella en su propia cara.

—Ya... ¿Y tú qué dices, Evelyn?

La observo detenidamente, forzándome a no darle ninguna pista con mi mirada. No quiero mentir porque, en estas circunstancias, no se me daría especialmente bien. Aun así, tampoco quiero decir la verdad. Más bien, no quiero darle más razones a Emily para que siga haciendo de mi experiencia en el campamento un auténtico infierno.

—Pues que me quiero marchar de aquí. —Me pongo en pie de un solo salto—. Yo no necesito tanto reposo como Candice.

—De eso nada. Si quieres salir de aquí, tienes que decirme lo que ha pasado.

Arqueo una ceja tratando de desafiarla, pero ella sigue siendo totalmente inexpresiva. Busco la mirada de Chloe, incitándola a poner en marcha el plan B que siempre nos funciona. La verdad es que moralmente no es lo mejor, pero, después de nuestro esfuerzo buscando invitados por el barrio, no pienso tirar mi trabajo por la borda. Sea como sea, acudiré a esa fiesta.

Campamento de Verano© (Verano #1) [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora