Ya es lunes otra vez, empiezan mis labores como estudiante nuevamente y ahora siento todo tan diferente, mi vida poco a poco ha ido dando una vuelta de trescientos sesenta grados, desde que regresé del cine ese sábado he estado hablando con Dereck y es un chico tan increíble, me trata como una princesa y en definitiva todas las chicas deberíamos ser tratadas así.
Estoy sentada en el salón de clases, sola como siempre porque esta materia me toca con Mónica nada más, cuando pasa el fin de semana ella llega más tarde que nunca, así que de igual forma le guardo un lugar junto a mí y mientras espero al profesor decido releer por milésima vez los mensajes que Dereck me ha enviado.
--"Eres tan hermosa, cada vez que sonríes siento que podría pasar la vida observándote".
--"Hay algo tan peculiar en ti, no sé explicarlo pero agradezco el hecho de haberte conocido".
--"Lo único que lamento del sábado es que nos hayan interrumpido, pero haber estado tan cerca de ti me hizo muy feliz"
--"Espero volver a verte muy pronto, estoy contando los días para poder tener frente a mi esos hermosos ojos; te adoro hermosa".
Cuando hablo con Dereck me siento como en una nube, no hay nada que pueda quitar la felicidad que siento y la verdad me asusta un poco, nunca me había sentido así, esto es totalmente nuevo para mí, sin embargo hay algo que me hace querer seguir el camino que llevo, ¿será amor?. Definitivamente esto me asusta, cada vez que lo pienso mi corazón late con mucha fuerza pero a la vez me siento feliz, así que dejaré que las cosas sigan su curso.
Terminan mis clases y estoy con mis amigas en una cancha de tenis que hay en la Universidad, hay unos chicos jugando y me gusta observar el juego, es mi deporte favorito pero solo para verlo porque soy muy mala practicándolo, lo mío en definitiva es la música y los libros. Sin embargo aquí estamos las cinco, es un día hermoso y aunque trato de concentrarme en el partido, ellas están haciéndome un millón de preguntas por minuto sobre mi cita con Dereck.
--¿Y hablaron ayer?—Preguntaba Luz.
--Sí, todo el día—Me ruboricé y mis amigas empezaron a burlarse de mí.
--Que emoción. ¡Ya era hora Sof!—Reía Ysa y las demás también.
--Bueno, y ¿Cuándo se volverán a ver?—Inquiría Kate.
--Aún no lo sé, pero esperemos que sea pronto.
--¡Excelente!—Gritaba Kate y yo me reía por la actitud de todas, sé que soy la única soltera de las cinco pero ¡tampoco es para tanto!
Después de hablar con mis amigas y terminar de ver el partido de tenis me fui a casa, tengo trabajos que hacer, así que debo concentrarme en eso y no puedo perder tiempo, aunque todavía tengo días para entregarlos me gusta tener las cosas cuanto antes y dedicar el tiempo libre a mi música y a las historias que tanto amo leer; ahorita estoy obsesionada con los juegos del hambre, amo la forma de escribir de Suzanne Collins, es única, atrapa con sus obras. Y por supuesto, hay algo que está en mi vida tan latente que no sale de mi mente por nada, allí permanece y no me molesta en lo absoluto, Dereck...
Una vez en casa decido comer algo antes de empezar a estudiar, así que estoy en la cocina, pero de repente el sonido del timbre me hace dar un pequeño salto por la impresión que me causó ya que todo estaba en silencio, pero así mismo voy rápidamente a la puerta, no tengo idea de quien pueda ser, aquí todos están en sus labores diarias, soy la única que llega a esta hora y sé que no son mis amigas porque estuve hace un rato con ellas.
Cuando llego a la puerta veo a un chico de unos 20 años, es alto, delgado, tiene unos rasgos muy lindos, su cabello está algo despeinado y creo saber por qué, es un repartidor, trae una carpeta en su mano y a unos metros de él está una camioneta de reparto; en cuanto me ve me saluda.
--Buenas tardes señorita, ¿se encuentra Sofi Smith?
--Hola buenas tardes, sí, soy yo. ¿En qué puedo ayudarte?
--Tengo una entrega para usted—Sonríe amablemente y se da media vuelta para dirigirse a la parte trasera de la camioneta; luego de unos minutos regresa con un enorme arreglo de flores—Esto es para usted—Me entrega el ramo y yo lo recibo con algo de dificultad porque es un poco pesado—Necesito que me firme la entrega—Extiende la carpeta para que la agarre y así lo hago, pero primero dejo el arreglo a un lado de mí en una pequeña mesita.
--¿Tiene remitente?—Le pregunto mientras firmo.
--No señorita, no tiene—Me ve y sonríe.
--¿Sabes quién las envía?—Lo veo con un poco de duda, él está sonriendo así que me parece que sabe quién mandó las flores. Termino de firmar y le entrego la carpeta.
--Pronto lo sabrá—Sonríe, se despide y se aleja; yo trato de detenerlo para darle la propina pero él me dice que no me preocupe y se sube a la camioneta.
Una vez que el repartidor se ha ido tomo el arreglo con mis dos manos y entro a la casa. Cuando estoy en la sala de estar lo coloco sobre una mesa y empiezo a examinarlo, ¡es hermoso! tiene todas mis flores favoritas. Lo primero que noto son orquídeas moradas y rosadas que sobresalen del ramo, también tiene rosas rojas y tulipanes blancos, morados, rosados y amarillos. Y finalmente tiene lirios de diferentes colores junto a margaritas blancas pequeñas que forman un corazón. Es un arreglo muy delicado y hermoso, me encanta. Y mientras continúo admirándolo observo que junto a las margaritas hay una nota, rápidamente la tomo y empiezo a leer.
"Dicen que la química es la ciencia que estudia la materia y los cambios que implica. Yo creo que es todo aquello que siento cada vez que rozo tus dedos. Es el cómo se ilumina el lugar más oscuro cuando tiene tu presencia. Son tus ojos que destellan tanta belleza cuando me observan. Eres tú la que le da vida a este planeta. Eres la mujer por la que daría mi vida entera. La representación de la belleza en su forma más completa. Eres el complemento perfecto que le faltaba a mi vida, tú y sólo tú".
Estoy llorando de emoción, es la primera vez en mi vida que alguien hace algo tan hermoso por mí. Aunque no tiene remitente sé perfectamente quien envió el arreglo, el único chico capaz de hacerme sonreír con tan sólo estar en mis pensamientos. Definitivamente hay personas tan especiales, mi felicidad es tan grande que no encuentro palabras para describir lo que siento. Dereck es la persona más increíble que he conocido y cada vez me enamoro más de él, no es sólo un chico hermoso físicamente, sino que también expresa con tanta devoción lo que siente que te llena cada espacio de tu ser, es todo lo que una chica podría querer, y me hace muy feliz el hecho de que me quiera a mí. Me encanta.
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Ecos De Amor
Dla nastolatkówAlguna vez has imaginado el típico: ¿"Y vivieron felices para siempre"? ¿Crees que todas las historias de amor son iguales? Lo cierto es que cada persona merece ser feliz. Dicen que te enamoras una sola vez en la vida, y que el resto de tus parejas...