Confesiones con mi amiga.

49 8 0
                                    

Han pasado tres días desde "el asunto del baño" con Jake. No lo he visto desde ese día, he tratado de evitarlo porque me da miedo tener que verlo. Es decir, no sabré de que manera saludarlo o que decirle.
Somos compañeros de clase, así que claramente tendré que verlo aunque no quiera.
Hoy estoy feliz porque al fin me traerán el piano que solía estar en la casa de Adaline. Sé que me traerá muchos recuerdos de ella, pero es algo que necesito antes de perder la cabeza por pensar en otras cosas.
Escucho que alguien toca la puerta, así que voy tranquilamente a abrirla. Para mi suerte es Gabriela, y no Jake.
-¡Verónica! Tanto tiempo sin hablar contigo.
-Hola Gabriela, ¿que te trae por aquí?
-¡Oh! Solo trato de evitar a alguien, no quiero estar en casa cuando él llegue a buscarme.
-Somos dos las que tratamos de evitar personas.
Ella sonríe y abre mucho sus ojos.
-¿Qué? ¿Y tú por qué?
-Es complicado...- digo- Hay un chico; Jake, es mi compañero de clase. En una de las fiestas en tu casa él estaba ahí, yo lo tomé de la mano y nos encerré en el baño, pero él no quiso hacer nada- Gabriela suelta a reír- En fin... En el primer día de clases me pusieron a él de pareja para hacer un proyecto juntos. Todo iba bien, ya había pasado poco más de un mes de hablarnos, conocernos un poco, y esas cosas. Y pues, hace tres días tuvimos sexo en el baño.
-¿Y qué? ¿Acaso no estás acostumbrada a tener sexo?
-Sí pero... Con él fue diferente.
-¡Oh querida!- ríe- ¿Acaso sientes algo por ese chico?
Yo asiento con la cabeza tratando de convencerme a mí misma de que sí siento algo por él.
-Ya veo...- dice- A mí me pasó algo similar, ¿sabes?
-¿Ah si?
-Sí. Su nombre era Jason... Era un hombre increíble.
-¿Era?- interrumpo.
-No te me adelantes- continúa- Habían pasado meses desde que decidí prostituirme, a veces me cansaba de no encontrar amor por ningún lado, de ser solo el alguien de una noche para otra persona. Pues... En una de tantas noches conocí a Jason, pensé que él iba a ser igual a todos, llegan, hacen lo suyo y luego se van. Pero él fue diferente, él siguió buscándome, me hacía sentir especial, querida. Pasaron meses desde que veía a Jason, me llegué a enamorar de él, y mejor aún, él de mí.- sus ojos se empiezan a poner llorosos- Un viernes por la noche yo lo estaba esperando en mi departamento ansiosa por contarle que estaba embarazada, pero él jamás llegó. Lo fui a buscar a su trabajo, aunque sabía que no era lo correcto. Y ahí una de sus compañeras me dio la noticia de que falleció en un accidente mientras se dirigía hacia la casa de alguien.
Quedé atónita, no sabía que decir o qué pensar.
-Oh por Dios, Gabriela...
-Lo sé, es difícil. Pero a pesar de que él ya no esté, es el único al que he llegado a amar, y lo llevo siempre presente. Tengo la esperanza de que lo volveré a ver.
La abrazo aún sin saber que decir.
-¿Y el bebé?
-Lo aborté. Es decir, no lo aborté por mi voluntad. El bebé se vino solo, ya estaba muerto. No fue mi culpa.
-Lo siento mucho.
-Tranquila, cariño. A lo que quiero llegar es a que... No tengas miedo de sentir algo por alguien, es algo común y bonito. Es increíble esa sensación de "estar enamorada"
Sonrío, y justo cuando le iba a responder alguien toca la puerta. Me levanto para abrir, y al hacerlo, mi corazón se acelera al ver que es Jake.
-Gabriela, él es Jake. Jake, Gabriela, mi amiga.
-Hola Jake- dice Gabriela acercándose a la puerta- gusto en conocerte, yo ya me iba.
Sonríe y se va.
Jake me observa por unos segundos sin decir nada, luego sonríe y me pone una mano en el rostro.
-Te he extrañado- dice.
-Han pasado apenas tres días.
-Pues te empecé a extrañar desde el momento en el que salí por esta puerta.
Mi corazón late aún más fuerte y me ruborizo. Me pongo de puntillas para abrazarlo ya que él es mucho más alto que yo, y le doy un beso en la mejilla.
-Adelante, pasa- digo.
Antes de que él se sentara en el sofá lo tomo de la mano y lo llevo conmigo a mi cuarto para acostarnos en la cama y hablar.
-Ahora sí, suelta- le digo ya estando acostados- ¿De qué quieres hablar?
Él se vuelve hacia mí y me mira mientras sonríe.
-He estado pensado mucho en ti, en lo que pasó la última vez- dice- He tenido miedo de convencerme de muchas cosas.
-¿Qué cosas?- pregunto.
-Sé que es muy poco el tiempo que tenemos de conocernos, pero creo que estoy empezando a sentir cosas por ti.
Yo sonrío de oreja a oreja y me tapo el rostro con ambas manos, parezco una niña.
-Pues... Jake, déjame decirte que no eres el único.
-¿En serio?- pregunta emocionado.
-Sí, he tratado de evitarte estos días porque tenía miedo de verte. De no saber que hacer o decir. Pero la razón es que he empezado a sentir cosas por ti, y me daba miedo aceptarlo ya que nunca he sentido nada por nadie. Me asusta el qué pueda pasar después.
-Deja de pasar en lo que pueda pasar, hagamos que pase.
Se acerca más a mí, y me besa en los labios.
Luego de un tiempo él se duerme ahí, en mi cama, y yo lo observo por un largo rato; parece un niño. Me acuesto en su pecho y caigo en un sueño profundo.

El corazón de VerónicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora