El corazón de Verónica

La cena.

Esta no iba a ser una simple cena... Esta vez era diferente, porque le iba a dar a Jake la noticia más importante de nuestras vidas.
Aún no me lo creía, me di cuenta hace apenas una semana, pero ya era hora de que él lo supiera.
Traté de arreglar mi departamento a la perfección, puse cada cosa en su lugar. Extendí un mantel rojo sobre la mesa, y un par de velas encima, y preparé un pollo asado; era una receta que Adaline me había enseñado. Me puse un vestido azul, y recogí mi cabello.
Observo mi reloj, está a punto de llegar.
Mi cálculo no falla, y justo unos segundos después toca la puerta. Me miro al espejo para continuamente abrir.
-¡Vaya! Estás... Deslumbrante- es lo primero que dice.
-Gracias cielo, adelante, pasa.
-¿Qué pasa aquí? ¡Huele bien!
-Es una cena especial.
-¿Es nuestro aniversario? ¡No, espera! ¿Mi cumpleaños? Tampoco. Amm... ¿El día de la independencia?
-Nada de eso, tan solo siéntate mientras sirvo la cena.
Me dirigo hacia la cocina y sirvo todo, luego lo llevo a la mesa.
Hablamos sobre nuestro día mientras comemos, reímos de sus chistes tontos, debatimos sobre nuestros gustos musicales. Pero luego me empiezo a sentir nerviosa, porque era hora de darle la noticia.
-Amor, tengo algo que decir- digo tomándo su mano.
-Suena serio.
-Es serio.
Me levanto y voy al baño para traer la prueba de embarazo. La escondo detrás de mi espalda con ambas manos y regreso a la mesa.
-Espero que no hullas- le muestro la prueba.
Sus ojos se inundan de lágrimas, y se tapa la boca con una mano. Me mira, y no puedo evitar llorar yo también.
-Jake, se que aún somos muy jóvenes para esto, que tenemos mucho por delante. Pero sé que podremos hacerlo, nos tenemos el uno al otro.
-Lo sé Verónica- dice con su voz temblorosa- lloro de alegría.
Se levanta y me abraza.
-Prometo ser el mejor padre.
-Sé que lo serás.