Capítulo 13: Una espada
Dulce
Desde que me atacaron en el callejón, han ocurrido muchos otros ataques en la ciudad. Los carnivus se han vuelto un peligro casi que incontrolable por los pocos guardianes que se encuentran en la ciudad. La manada ya ha enviado un comunicado al concejo, para que envíen más guardianes a proteger las calles. Según lo que tengo entendido es que de Pétalos de Oscuridad
enviaran a un grupo de estudiantes para realizar patrullajes por las diferentes zonas de la ciudad.
En mi caso, Sergio se ha encargado de traerme todas las mañanas a la tienda de antigüedades y llevarme a casa por las tardes. Hace pocos minutos que se fue.
Ayer por la noche trajeron algunas cosas a la tienda, por lo que el espacio se ha reducido considerablemente. Algunas urnas de cristal que contienen armas antiguas
con pequeños letreros de advertencia en caso de que el cristal sea removido. Una de las que más ha llamado mi atención son dos espadas gemelas, según la descripción el portados es capaz de unirlas en una sola.
—¿A quién perteneció esa espada? —pregunto intrigada por el origen de tan peculiar arma.
—Tú conoces a la persona a la que le pertenece esa extraña arma —responde la señora Julia.
Ella se encuentra pasándole un paño a una de las urnas de vidrio que exhiben una delimitada variedad de dagas.
—¡Ah!, ¿sí? —pregunto con acritud.
—Le pertenece a Cat —. Me quedo sorprendida ante sus palabras—. Ha sido de ella desde su primera vida, fueron creadas por la familia Humboldt por petición de su
padre. La primera vez que murió, su padre la trajo con mi familia y desde entonces cada vez que ella muere el arma vuelve a este lugar, y se marcha cuando ella la
necesita.
—Nunca hubiera imaginado que fuera de ella —digo aun asimilando la información.
El teléfono de la tienda suena y la señora Julia es quien toma la llamada. Recojo tres libros que también llegaron con las urnas de cristal y me muevo entre los estantes en busca de la adecuada ubicación. El último
que queda en mis manos va en la sección de diarios, es un cuaderno con hojas amarillentas y una perfecta escritura, redactado por un duendecillo llamado Henry. Muchos de los artefactos y libros que se encuentran en esta tienda de antigüedades pertenecieron a ese
duendecillo en el pasado. Su historia es más bien un mito, no se sabe mucho de él solo que poseía una de las tiendas más importantes de ciudad desértica, su muerte es un misterio aunque muchos dicen que fue la propia Sonia Riquelme quien le arrebato la vida. Algunas de las cosas que poseía su tienda, por medio de hechizos se movilizaron de lugar las tiendas más cercanas en el mundo humano mientras que la ciudad estaba siendo enterrada. Dejo el libro en el estante, y regreso a la entrada de la tienda.
La señora Julia no parece estar recibiendo buenas noticias. Cuelga el teléfono.
—¿Pasa algo? —pregunto
—Eso es lo que voy a averiguar —dice. Sale de la tienda.
Me detengo en la puerta, y la veo alejarse por la calle. El local de enfrente se encuentra completamente vacío lo
que es muy extraño, una de las chicas que se encarga de atender las mesas corre de un lugar a otro recogiendo todo con desespero, y ahora que me fijo en el resto de la calle me doy cuenta de que las pocas personas que deambulan se están alejando.
Una mala sensación se aloja en mi pecho. Entonces, veo a la señora Julia correr de regreso por la calle, me hace señas para que entre. Retrocedo, y con el corazón acelerado voy hasta el final de la tienda y bajo tres
cuadros de la pared. Un intrincado dibujo, o símbolo, no sé exactamente que es. Lo único que tengo muy claro, es que si coloco mi mano en el centro se activa un hechizo de protección que cubre toda la tienda y la sella por completo. En caso de emergencias debo sellar la tienda, y este parece ser uno de esos casos.
Colocó mi mano en medio del dibujo, y la pared palpita como si de un segundo a otro el concreto tuviera un dormido corazón que con mi tacto ha despertado. El dibujo se extiende en diferentes formas por las paredes de la tienda, es mí momento para salir o me quedare atrapa. Mi bolso esta junto a un lado de la puerta lo agarro con fuerza, abro la puerta y la señora Julia ya se encuentra frente a mí.
—Salgamos de aquí cuanto antes —dice con una voz gruesa y animal. Sus ojos se han vuelto amarillentos y bestiales. Su tersa y blanca piel ha comenzado a cubrirse de una fina capa de pelo marrón, el inicio del
cambio.
Cierro la puerta, y solo pasan unos segundos para que el cristal se vuelva oscuro por muchas líneas y formas que lo cubren. Miro a la calle y por donde hace
unos minutos venia la señora Julia, vienen tres personas, tres carnivus ensangrentados, por una sangre que
seguramente no les pertenece.
—Dulces corre —me grita la señora, su piel ha comenzado a perderse en un denso pelaje—. Dos callejones más abajo te recogerán uno de mis lobos.
Doy pasos lentos sin quitar la mirada de los carnivus, y de los otros locales que han bajado sus puertas, con el personal dentro.
—Vamos niña, corrrr —donde se encontraba la señora Julia ahora está un enorme lobo. De encima de la tienda han caído un par de lobos más. Doy vuelta y comienzo a correr. Cruzo el primer callejón y está despejado, pero en el momento en que tomo el segundo me encuentro un
pedazo manchado de sangre y algunas extremidades de un cuerpo humano. El aullar de un lobo me hace reaccionar y retomo mi andar.
Este ataque ha sido más escabroso que todos los demás, la ciudad ya no es segura. Alcanzo el final del camino, y un lobo de ojos azul verdoso me espera. Se trata de Sergio, de su enorme cuello pende un colgante en forma de lágrima. Apenas y me detengo para subirme sobre su lomo, paso mis brazos por su cuello y me sostengo con fuerza mientras nos alejamos de una ciudad ensangrentada para sumergirnos en el bosque.***
Nadie ha querido decirme nada de lo que está pasando. Con eso de que realmente no soy parte de la manada, solo una humana a la que le han dado protección no se me permite estar en las conversaciones
importantes.
Sergio hace más de tres horas que me dejo frente a la casa de la familia Arias, y hasta ahora nadie ha regresado.
—Por lo visto aun no sabes nada de lo que ocurre —la voz de Marta me hace detenerme en medio de la sala. Esa señora de piel oscura y extravagante ojos naranjas ha llegado.
—¿Usted si sabe algo?
—Digamos que tengo un poco de información —dice tomando asiento en uno de los grandes sofás—. Ha habido varios ataques, pero esta vez han matado a un
pequeño grupo de guardianes, cuatro jóvenes felinos han sido devorados por carnivus. Los lobos dieron la alarma al concejo, pero no pudieron contener a los
carnivus y unos cuantos humanos en el mercado entre otras criaturas han sido devoradas también.
Me acomodo a su lado.
—Si los oscuros se encuentran débiles ¿cómo es que los carnivus cada vez son más veloces e inteligentes? —mi pregunta le saca un suspiro de cansancio.
—Nariel Riquelme está débil, su cuerpo ha comenzado a pudrirse porque no le pertenece en realidad, pero su hermana Tanils aunque se ha visto afectada por la ruptura del enlace con el demonio, aún
tiene trucos bajo la manga, además; Sasha posee una magia oscura que originalmente le pertenecía a Cat. Aunque, Nariel este débil eso no significa que todos ellos
lo estén.
Ese libro maldito pasa delante de mis ojos, y el miedo de que los oscuros estén cerca de la tienda de antigüedades me da escalofríos. Los oscuros deben estar en búsqueda de ese libro, porque todos los
ataques han estado cerca de la tienda.
—El libro —susurro.
—Ahora más que nunca debemos proteger esa tienda —sentencia Marta.
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Secreto de la Rosa. Guardianes 5. Gato Mágico
Fantasy¿Qué pasaría si todo lo que alguna vez creíste saber de tu propia vida, de repente se convierte en una buena mascara para ocultar la verdad? Cat, es acusada por un crimen del cual desconoce, todas las pruebas indican que fue ella, quien mato a un ga...