Trágica celebración

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Capítulo 22: Trágica Celebración

Cat

A la final el equipo de Eloy fue quien alcanzo la bandera. Razón por la que iremos a un bar a celebrar su triunfo, también para tranquilizar los ánimos entre nosotros. Hay mucha tensión después que les grite en la cara que hay un oscuro en la ciudad impenetrable. No confían en mi palabra pero la han tomado en cuenta.
Eloy me ha permitido dar una vuelta por la celda de Bruno, en el transcurso del día no ha habido ningún avance con su memoria.
Sostengo mi cabello en una coleta, y estoy lista para la noche. Reichel sigue tendida en la cama, desde que regresamos de las ruinas ha permanecido allí hojeando una revista de moda.
- ¿No piensa venir? -pregunto.
-No, me siento mal, ya los chico saben -responde sin apartar la vista de la revista.
Algo extraño está pasando aquí, ella se está comportando de manera extraña, es más, no recuerdo haberla visto durante el enfrentamiento en las ruinas. Su peludo cuerpo no estaba allí.
-Que descanses entonces -salgo de la habitación. Algo me inquieta sobre Reichel, un hormigueo sobre la piel que me impulsa a quedarme pero ya me comprometí con los chicos.
Las puertas del ascensor se cierran y comienza el descenso. Un escalofrío me eriza la piel me abrazo en busca de un poco de calor. ¿Qué ocurre?

No confíes en ella.

Doy vuelta en busca de la dueña de esa voz pero solo alcanzo a ver el reflejo de una mujer de cabellos dorados que se desvanece con la baja temperatura. Las puertas se abren y el calor vuelve a cubrir mi piel.
¿En quién no debo confiar?
En la recepción me esperan los tres chicos.
-Estoy lista.
-Llegas justo en el momento indicado, tenemos noticias para ti -dice Eloy sonriente.
Mi primo y Arcángel leen una hoja de papel, y ambos tienen rostros inexpresivos. Lo que sea que estén leyendo no parece ser una buena noticia.
- ¿De qué se trata
-Pronto tendrás visitas -dice Arcángel decepcionado de esa noticia, deja la hoja es mis manos. Él se aleja hasta salir del recinto.
-Los esperamos afuera -dice mi primo con una media sonrisa. Doblo la hoja y la guardo en el bolsillo de mi pantalón.
- ¿No lo leerás? -pregunta Eloy.
-Después -respondo.
-Me parece bien -dice mientras salimos.
Después de dar algunas vueltas por la ciudad terminamos en un bar, con música ensordecedora y una pista de baile, un par de copas y Eloy se encuentra dando malos pasos de baile con una chica, en cuanto a mi primo y Arcángel no tengo idea de a donde se han ido. No han sido muchas palabras las que hemos cruzado y la salida no ha servido para liberar la tensión. La nota que aun reposa en mi bolsillo a pesar de haber traído buenas noticias no es algo por lo que celebrar, mi instinto me grita que algo no esta bien.
Vacío el trago en mi boca, el licor quema en mi garganta. Busco entre la multitud a alguno de mis acompañantes y solo encuentro a Eloy bailando. Si salgo un momento por un poco de aire dudo que se dé cuenta de mi ausencia, está bastante concentrado y los otros dos ni sus rastros. Me hago camino hacia la salida.
Hoy parece ser un día de descanso para casi todos los guardianes, el bar está repleto y la calle desolada. Camino sin rumbo, la ciudad de las sombras es espeluznante de noche. Del otro lado de la calle hay otro bar, me detengo a mitad de la calle. Lo mejor es regresar. Un olor me hace abandonar esa idea, que Alonzo haya estado aquí es una cosa per que un... tengo que comprobarlo.
Aminoro el paso, algunos autos y motos estacionados fueras. Atravieso las puertas, y el extraño olor se mezcla entre el humo de cigarrillos, el licor y sudor.
Como es costumbre, el lugar está repleto de borrachos, jóvenes y otros mayores, hasta viejos en plena decadencia. Luces cegadoras iluminan el lugar una chirriante música proviene de alguna parte del local.
Unas chicas casi denudas atienden las mesas, el lugar era un asco. Me atrevo a decir que el peor de la zona. Ese olor es casi imperceptible, y con tonto licor de por medio nadie los ha detectado pero están aquí en alguna...
Justo a unas tres mesas a la derecha. Tres chicos que en apariencia son humanos, degustando de licor y riendo de chistes privados. Es extraño, se ven tan normales pero el olor que desprenden... Lo mejor es analizarlos un rato.
Me hago camino hasta la barra desde donde los puedo observar sin llamar demasiado la atención.
- ¿Quieres algo preciosa? -pregunta un hombre corpulento y con la piel cubierta de tatuajes.
-No gracias, estoy bien así -respondo.
Una joven se acerca a la mesa de los chicos pavoneando sus caderas de manera seductora. Ella quizás consiga as que una buena propina al ante de que finalice la noche.
Después de un largo rato de espera e impaciencia los chicos por fin se levantan de la mesa y se dirigen a la salida. Espero unos minutos para salir tras ellos y es cuando me percato de que la chica que los atendió sale también. Es momento de ir tras ellos. Las puertas se cierran a mi espalda, y la chica camina hacia la esquina justo debajo de un farol que debería estar iluminado y no en plena oscuridad como se encuentra. Los cinco chicos la esperan.
Aguardo en la entrada del local hasta que los veo perderse en la oscuridad.
Quizás solo me esté haciendo ideas y termine por encontrar una escena grotesca entre ellos y la chica. Pero mejor eso que quedarme con la duda.
Sigo el sendero que han tomado con cautela, por delante escucho risas y cuchicheos.
Estoy perdiendo el tiempo en seguir a unos chicos en medio de la oscuridad con una prostituta, que tanto podría pasar entre ellos, nada fuera de lo normal.
Me detengo ya me he alejado demasiado y seguramente Eloy ha percibido mi ausencia. Comienzo a caminar de regreso cuando un alarido muere el silencio helándome la sangre.
Una suave brisa trae consigo el indiscutible olor a sangre. Me cuesta unos minutos procesar la situación, reconocer la voz. La chica... corro en la dirección que se ha ido. El olor a sangre se mezcla con ese olor que me trajo aquí en primer lugar, y ya no tengo dudas esos chicos son carnivus.
Me encuentro de frente con ellos, y agarro al primero que se cruza en mi camino por el cuello. No le doy tiempo a reaccionar y desgarro su cuello con facilidad. Los otros cuatro tienen ojos oscuros y con un aro rojizo en la pupila.
La chica en el suelo con los ojos abierto y la garganta destrozada, el hueso de la clavícula sobresale. He llegado para impedir la cena. Dos contra uno, será una velada interesante.
Uno de ellos se lanza contra mi intento esquivarlo pero lo he subestimado, es muy rápido y termino estrellada contra la pared. Nada en comparación a lo que recuerdo, la última vez que peleo con uno apenas y podían coordinar sus movimientos, eran peligrosos y letales en grupos pero no solos. El primer golpe viene hacia mi cabeza, me agacho con la respiración agitada y encastro mis garras en su abdomen. El otro no se une a nuestra pelea, siento que me está probando o intenta cansarme. Entre golpe y golpe consigo acabar con su cabeza estrellada contra el piso. Una poza de sangre que mancha la suela de mis zapatos.
Estos nuevos carnivus parecen haber recibido entrenamiento de combate, me duele el labio. Consiguió darme un buen puñetazo en la mejilla y me rompió el labio.
-Acabemos con esto de una vez -digo.
Él sonríe. Con completo control de sí mismo, algo inusual en los carnivus.
- ¿Intentas descifrar lo que pasa conmigo?
-Algo así.
-Soy más fuerte, la fuente nos nutre -explica con una devoción ciega-. La fuente te quiere muerta, has causado muchos problemas.
- ¿Y qué esperas para matarme? -mi pregunta es una invitación que no rechaza. Es muy rápido. Me acorrala contra la pared, recibo sus golpes sin percatarme. La sangre inunda mi boca, esquivo el siguiente golpe y me vuelvo una salvaje. Mi bestia grita enfurecida en medio de un gruñido. Me cegó por completo, matarlo es lo único que importa pero no es solo el hecho de que es
un carnivus va más allá de su mirada, como si fuera un portal, una ventana a lo desconocido, quizás a la fuente de la que ha hablado. Es un necesita urgida de destruirla que me impide detenerme, solo lo hago una vez que él ya no se mueve.
Intento controlar mi respiración y los latidos de mi corazón, adrenalina recorre mis venas impasibles. Tres carnivus muertos y una chica. Estoy en problemas.
- ¿Qué demonios paso? -exigió Arcángel.
-Carnivus -es lo que puedo pronunciar, mi respiración sigue agitada. Algo no está bien con todo esto, es como esa extraña inquietud que tengo con Reichel. Es como andas a ciegas.
-Ya lo sé, lo que quiero saber es que paso -replica Arcángel.
-Mataron a la chica y me atacaron -respondo con calma.
-Pudiste haber dejado uno con vida por lo menos -dice Eloy -, nos hubiera servido para saber cómo es que ahora son diferentes a los que conocíamos.
-Lo siento reaccione sin pensar -el aire escapa de mis pulmones y una pregunta salta de mi mente -un momento. ¿Ustedes sabían que estaban en la ciudad?
-Sí. Tienen días, los hemos estado buscando pero siempre se nos pierden de vista -.Explica Frank -Eloy pensó que tu podrías encontrarlos, y no se equivocó.
-Es decir, que me utilizaron.
-Algo así -dice Arcángel con diversión.
-No se supone que tú no confías en mí -replico.
-Eso no ha cambiado. El concejo giro instrucciones. La ciudad ha recibido ataque de carnivus y en muchas otras partes del mundo también. Así que de momento fuiste útil para algo.
-Que bien, ¿qué haremos con este desastre? -pregunto.
-Yo me hare cargo, ustedes regresen -dice Eloy.
Una extenuante caminata me hace darle vueltas a todo lo que ha pasado, lo que ese chico ha dicho. La fuente de los oscuros siempre ha sido un demonio, debe tratarse de eso, sin embargo, hay algo que no encaja. Mis actos y decisiones en el círculo de sangre rompió el vínculo con ese demonio, y no solo el mío, Sergio esta libre, Nariel se está deteriorando físicamente... Si ese vínculo realmente se ha roto, ¿cómo es que los carnivus están conectados directamente con el demonio? No tiene lógica para mí, a menos que...
Necesito a Sergio. Él debe saber lo que está ocurriendo.
En vez de ir a mi habitación entro a la de los chicos. Estoy cubierta de sangre, y Reichel no tiene conocimiento de lo que ha estado pasando en la ciudad. La excusa me ha dado mi primo es que mientras menos estén involucrados mejor, cosa que me parece absurdo.
- ¿Desde cuándo conocen a Reichel? -pregunto con la puerta del baño cerrada. Termino de revisarme la boca, mi labio ya ha comenzado a cicatriza.
Uno de mis pómulos esta hinchado. Un poco más de agua en el rostro y me seco con una toalla. Tuve que desechar mi camisa, ahora llevo puesta una franela de Frank.
-Nos conocimos hace un año -dice mi primo-, desde entonces ha estado con nosotros.
- ¿Qué hay de su familia?
-Es huérfana.
Salgo. La recamara es una réplica de la que comparto con Reichel. Arcángel está sobre la cama de arriba mirando al techo. Ha estado muy callado desde que dejamos a Eloy.
- ¿Cómo hago para hablar con Sergio?
Mi pregunta lo hace levantarse.
- ¿Para qué lo necesitas?
-Tengo que hacerle algunas preguntas.
-Regreso con la manada, podríamos enviarle algún mensaje -sugiere Frank.
-Dile que necesito hablar con él con urgencia, me voy a descansar.
-No has dicho que quieres hablar con él -insiste Arcángel.
Me detengo a un paso de salir al pasillo.
-Sobre los carnivus, y tendrán que confiar en mí. Buenas noches
Cierro la puerta.

Secreto de la Rosa. Guardianes 5. Gato MágicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora