En la profundidades del sueño una música en ascenso se colaba sin permiso, haciéndome despertar a destiempo.
Con desgana de abandonar la interesante vigilia como la bella durmiente, me acurruque hacia el costado contrario y mi mente intentó retomar la última imagen de una desértica playa de aguas cristalinas y de un rubiales de mirada indecente que me adoraba con profundo deseo. La imagen de nuestros miembros enredados sobre la arena oscura se abrió paso de nuevo en mi mente.
Aún sentía en la piel el calor abrasador de sus manos expertas recorriendo con lentitud cada rincón de mi desnudo cuerpo. Me conocía bien. Sabia a la perfección donde tocar, la intensidad con la que tocar y los lugares correctos para arrancar de mi boca fuertes gemidos de satisfacción. Me removí inquieta apremiándolo a que me poseyera de una vez uniendo si cabía aún más mi piel a la suya. No aguantaba más aquella agonía. Estaba tan cerca y deseaba con tal desespero sentirlo profundamente enterrado en mi que un quejido de insatisfacción involuntario surgió de mi. Inmediatamente atacó mis labios con desespero. Era increíble lo que su boca en mi boca me provocaba.
-Mírame- la orden dada por aquella ronca voz me arrancó del nirvana y como pude abrí los ojos enfocándolos en su cara. El brillante sol y las primeras luces de los fuegos artificiales que amenazaban con desbordar mi cuerpo me impedían ver con claridad sus rasgos e instintivamente volví a cerrar los párpados dejándome llevar por aquella increíble lujuria que embargaba cada célula de mi cuerpo.
Mi nombre susurrado en un desesperado gemido por aquella voz grave me acercaron aún más al final.
-No puedo más- suplique agónica de deseo mientras mi amante me sujetaba las manos por encima de su cabeza.
-Eres mía. Siempre serás mía-. Sentenció mientras notaba su duro cuerpo ajustándose al mio...
"Labios de fresa sabor de amor, pulpa de la fruta de la pasión.
Labios de fresa sabor de amor, pulpa de la fruta de la pasión.
Es el sabor de tu amor".
La vieja melodía retumbó cercana, insistentemente, inoportuna y con demasiada fuerza, provocando que perdiera la imagen del paraíso unos segundos, los suficientes para no volver a los brazos de morfeo.
-¿Pero que coño?- exclamé con voz ronca abriendo los ojos de golpe.
-Perdona cariño- contestó Guillermo rápidamente saliendo del baño solo con una toalla sujeta en sus caderas. -Se me olvidó apagar la alarma-.
-¿ Y esa música es tu alarma?, pero, ¿en que año te crees que estamos?- pregunté de nuevo aturdida a la vez.
Somnolienta y cabreada me incorporé de golpe enfrentando al hombre que me miraba con condescendencia.
Pues, que sepas, que tú bromita acaba de joderme un estupendo sueño-le repliqué señalándolo con el dedo. -Además, sabes que necesito mi tiempo para despertarme. ¡No de golpe!. Y menos con una regresión a un concierto noventero.-
El moreno sonriente tomó asiento a mi lado. -Me cambió el tono de alarma Alicia antes de irse- aclaró paciente. -Le diste la idea con el precioso tocadiscos que me regalaste para mi cumpleaños y que ella no había visto. Tras buscar entre los "grandes platos de plástico", como ella llamó a mi colección de discos, dijo que este tono iba mejor con mi personalidad.-
-Tenemos una niña muy lista-murmuré por lo bajo acordándome de mi niña preciosa e intentando a la vez recogerme la larga y despeinada melena en una coleta.
-Y, sarcástica, como su madre -replicó rápidamente con ternura acomodando a su vez un rizo rebelde tras mi oreja. -Anda, levántate, yo te prepararé el café.-
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LABIOS DE FRESA (Corrigiendo)
RomanceHabrá gente que piense que la vida se compone de casualidades y otras que a las casualidades les llaman destino. Para Lucia tener una noche plagada de pesadillas para a continuación levantarse con una vieja canción en la mente (la cual le trae los p...