LABIOS DE FRESA (Corrigiendo)

CAPÍTULO 6. "Viejas canciones de amor"

En el instante en que Diego posó sus labios sobre los de Lucía todo se hizo luz.

El recuerdo de aquel primer beso en la vieja estación abandonada de su barrio, se hizo latente para ambos.

Las manos posesivas de él sobre su delicado cuello. Sus carnosos labios reclamando con fiereza los de ella. La excitante danza de sus lenguas al encontrarse. La ronca sinfonía de sus aceleradas respiraciones....Todo se repetía en bucle como si el tiempo se hubiera anclado en aquel instante.

Se degustaron de nuevo reconociéndose. Fresa madura y menta picante.

Se tocaron con agonía, piel con piel, reconociendo el mapa de sus cuerpos.
Se probaron una y otra vez recordando la única combinación del autentico sabor de la pasión.

Perdidos en la nube de sensaciones que los envolvía el pitido insistente de un claxon se adentró en la burbuja que les rodeaba y Lucía abrió sus ojos despertando.

La consciencia de sus actos la golpeó tan profundamente que se apartó bruscamente y quiso huir.
Pero Diego no se lo permitió y la retuvo cogiéndola por los brazos.

-No puedo hacer esto, no de nuevo- murmuró ella bajito con los ojos perdidos en la distancia.
-Hay tantas cosas que no sabes de mi. No soy aquella persona que conociste.Tengo una vida junto a un hombre que me quiere, una familia y soy feliz-termino tan deprisa como pudo sintiendo aún el hormigueo en sus labios.

Diego la miraba sintiendo muy hondo su rechazo.

El recuerdo del dolor pasado reconstruyó de nuevo el muro protector, agrietado en estos últimos días, aquel que había levantado hace años cuando ella había roto su corazón.

-Tranquila mujer, era la única manera de hacerte callar. No pienses cosas que no son-dijo con una sonrisa cínica ocultando su malestar.

Lucia sin apenas mirarlo entendió en sus palabras que tal vez el no contaba con los sentimientos que en ella habían despertado desde el mismo instante en que lo había vuelto a ver.

Avergonzada por esos sentimientos renacido, se puso de nuevo el cinturón y con una sonrisa practicada comentó burlona.

- Esta bien superman. Pero la próxima vez que quieras hacerme callar practica con tu vocabulario antes de hacerlo con tu lengua-

-¿Te ha gustado eh?-le preguntó con soberbia mirándola para después arrancar el coche sin demora.

Diego sintió una inmensa frustración como hacia años y se maldijo interiormente por lo estúpido que había sido al perder el control de aquella manera.
Pero es que no sabia que le estaba pasando con aquella mujer.
-Si lo sabes-su consciencia le aclaró al instante.

Maldiciendo por lo bajo e intentando acallar la insistente voz interior y sin ganas de analizar nada, encendió la radio para distraerse y matar el silencio que inundaba el coche.

"Ella se desliza y me atropella,
y aunque a veces no me importe, se que el día en que la pierda volveré a sufrir.
Por ella, que aparece y que se esconde
que se marcha y que se queda
que es pregunta y es respuesta
que es mi oscuridad , mi estrella"

-Joder- surgió involuntario de los labios de él al escuchar esa vieja canción de "Alejandro Sanz" con tanto significado .
Rápidamente intentó cambiar de emisora.

"Déjame , no juegues mas conmigo.
Es mejor, que sigas tu camino.
Que yo el mio seguiré aaaa
Por eso ahora déjame."

- Vamos de mal en peor--pensó Lucía al escuchar la siguiente de "Los Secretos" inundando el pequeño espacio que a cada canción parecía encogerse.