Prólogo.

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Probablemente, podría comenzar esta historia con el tan socorrido "Había una vez", pero no deseo crear una idea errada, porque éste, no es un cuento de hadas. Aquí no habrá grandes hazañas, criaturas fantásticas o, damiselas en apuros, ¡mucho menos caballeros de relucientes armaduras!

Éste es un relato de gente común, como tú y como yo. Personas que, al igual que nosotros, han llegado a darse cuenta que, en un mundo tan cruel como éste, la magia sólo existe en los cuentos para niños. Simples mortales, dirían algunos. Simples mortales maltratados por el destino. Simples mortales cuyas vidas en algún momento se cruzaron para no separarse jamás.

Mortales todos ellos, que han aprendido a sobrellevar la dureza de la realidad y han dejado sus sueños en el olvido para poder vivir la vida que les ha sido destinada.

Todos, menos uno, o quizá deba decir: "una". Una chica de dorados cabellos y esmeralda mirar, que se ha negado a aceptar que los príncipes azules y las hadas madrinas "no" existen.

Una joven, que aun sufriendo los brutales embates del destino, cree que los cuentos de hadas "" pueden volverse realidad.

BeirlatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora