Soñaba. Tenía que estar soñando. Unos ojos así de hermosos no podían pertenecer más que al mundo de los sueños. Respiró profundamente y habló:
- Sabía que vendrías –susurró emocionada. Mientras intentaba enfocar bien a la persona que veía. Parecía mucho más pequeña de lo que recordaba.
- Dormiste mucho tiempo. Mi papá ha estado muy preocupado por ti –“¿Mi papá?”. Esa definitivamente no era la voz que esperaba escuchar.
- ¿Dónde estoy? ¿Quién eres? –Preguntó un poco asustada. Aún estaba aturdida.
- Estás en el Hospital Santa Juana.
- ¿Hospital? ¿Pero? –Su tono de voz se elevó un poco.
- ¡Shhh! Papá duerme. –Dijo la niña, señalando a un hombre rubio que descansaba sentado en un sofá con un periódico en el regazo.
- ¿Qué? ¿Tú papá? No entiendo. ¿Dónde está Tomy?
- ¿Quién es Tomy?
- Pero… pero… yo lo vi. ¡Él estaba aquí! Fue él quien me pidió que despertara.
- Papá y yo somos los únicos que hemos estado aquí. –Respondió la niña–. Cuando piensa que no lo veo te pide que despiertes. Debió ser su voz la que escuchaste.
- Pero…
- ¡Gracias! –Dijo entonces la pequeña, lanzándose sobre la mujer que no se esperaba para nada el abrazo que recibió.
- ¿Gracias? ¿Por qué?
- Me salvaste.
- ¿Yo? –Entonces el hombre despertó.
- ¡Finalmente reaccionó! –Dijo feliz al ver a la rubia despierta–. Lilly bájate de ahí. La señorita necesita descansar. Te he dicho miles de veces que puedes lastimarla si te subes a su cama. –Se acercó hasta donde estaban y abrazó a la pequeña–. Lo lamento mucho, es un poco inquieta. Hemos estado muy preocupados por Usted.
- Yo… no entiendo nada.
- Se lo explicaré todo, pero antes… –se inclinó un poco sobre ella, extendiendo un brazo.
- ¿Qué intenta hacer? –La rubia instintivamente se empujó hacia la cabecera de la cama y de un golpe alejó el brazo que se había extendido sobre ella.
- Sólo intento pedir ayuda. –Respondió él señalando el timbre colocado sobre la cabecera–, ha Usted estado mucho tiempo inconsciente. Alguien debe examinarla. ¿Me permite? –Preguntó.
- ¡Oh, que tonta! Adelante, por favor. –Contestó avergonzada, pero luego, pareciendo darse cuenta de algo que se le había escapado volvió a interrumpirlo–. Espere un momento, dijo Usted ¿mucho tiempo?
- Así es.
- Puede ser más claro. ¿Qué tanto tiempo es "mucho tiempo"?
- Pues el accidente fue hace cuatro días. Por cierto no he podido agrade…
- ¡CUATRO DÍAS! No puede ser. ¡Tengo una reunión urgente de trabajo!, ¡ANTIER! –Gritó.
- Se dice pasado mañana. –Intervino la pequeña, haciendo cuentas con los dedos–, tengo una reunión de trabajo pasado mañana. Hoy, mañana y luego pasado mañana.
- ¿Por qué no me despertaron? –Dijo aventando las sábanas que la cubrían para después intentar ponerse de pie.
- Oh, sí. –Su tono no era precisamente amable–. Es tan sencillo regresar de la inconsciencia a alguien que fue atropellado, recibió múltiples golpes e hizo pedazos un parabrisas con la cabeza. Sólo debes chasquear los dedos, o mejor aún, ponerle un reloj despertador al lado de los oídos y listo, ¡despierta como por arte de magia! –Respondió el hombre irónico–. ¿A dónde cree que va? –La chica estaba poniéndose en pie–. ¡Hágame el grandísimo favor de volver a recostarse! No puede ir a ningún lado sin la autorización de un médico.
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Beirlat
Teen FictionEn un mundo que no siempre es benévolo con las personas que en él viven, una escritora jovial, un magnate amargado y un actor solitario, ven como sus caminos se entrelazan, dando pie a nuevas historias que los llevarán a ser las personas que en real...