Capítulo 16
Estoy en el coche, me voy antes gracias a que tengo que hacer una prueba para el nuevo colegio. Miro por la ventana mirando las casas porque puede que sea la última vez que vuelva a verlas. Aún sigo triste por lo de ayer por la tarde. Ayer aún seguía paralizada cuando terminé de escribir pero ya estoy más tranquila.
Después de encontrarlo llorando sobre la placa de mi antepasada y el darme una excusa poco creíble me quise ir pero me paró. Me quiso besar pero le pare, me miró y me susurró al oído: "Conocí a Sara, a Helen, a Raquel, a Siena, a… a todas y cada una de tus reencarnaciones. Te quiero y esta historia quiero que acabe bien no como todas las anteriores." Quise decirle en la cara que era mentira y que era imposible. Pero entonces recordé todos y cada uno de los cuadernos que había encontrado y todas las similitudes que había en mí incluso en uno decía que era igual a Sara, la antepasada desaparecida. Todo aquello me sobrepasaba, era demasiado para mí. Me fui de allí y me dijo todo lo que me tenía que haber dicho antes, aunque aún sigue habiendo dudas, ya no quiero saber sus respuestas. Me ha hecho demasiado daño del que yo pueda superar. Pero, aún pienso en él: en sus ojos, sus mejillas, su boca, su sonrisa, sus palabras, su delicadeza,… todo lo que hay en él. Cada vez que miro hacia un lado me recuerda a él: unos árboles, el bosque en el que nos escondíamos; un edificio, el instituto donde hablábamos de nosotros;… todo era un continuo recuerdo a él. Hasta que algo pasó por mi mente sin ninguna explicación, era uno de los sueños que tengo cada vez que me desmayo pero, estaba consciente mientras lo tenía.
"Era una habitación grande y espaciosa, en la que sólo había un pequeño objeto en forma de óvalo parecido al collar que me regalaron por mi cumpleaños. Me acerqué para abrirlo, pero algo me lo impedía. Meison se acercó a mí, me llamó Sara, Raquel, Helen, Siena, Marielena, Lisa y Sandra, entonces a parecieron muchas chicas iguales que yo pero con distinta vestimenta a la mía. Una iba vestida con un vestido blanco antiguo como si fuera un camisón, otra con un vestido de mediados de la edad moderna rojo con adornos en dorado, otra con un vestido de finales de la edad moderna azul con bordes plateados, otra como a principios de la edad contemporánea, con unos vaqueros antiguos y desgastados, y por último una que tenía tipo de los setenta o antes. Todas iban vestidas de diferente pero eramos iguales. A todas le pasaba lo mismo, cada vez que se acercaban a Meison una chica rubia aparecía y le daba con un palo parecido de metal y hacía que todas desaparecieran como el polvo. Llegó mi turno, pero en vez de acercarme a Meison, me separé de él apareció la chica rubia, pero no podía cogerme. Entonces Meison gritó: "¡Déjala en paz, Claire!" Fui y cogí el palo pero en vez de convertirme en polvo o a ella, lo rompí. La chica me miró, sus ojos parecían desprender fuego. Temí que me pudiera suceder algo asique, corrí sin detenerme. Entonces cogí el objeto, que durante todo el rato había estado allí, lo abrí y dentro había una promesa que hizo Sara: Moriré por ti o incluso volveré a la vida sólo para tener tu amor."
Cuando volví a la consciencia, estaba enfrente del nuevo colegio, que en verdad era un internado, saliendo del coche sólo para dar mi discurso de buena estudiante a mi nueva directora. El internado era muy extraño, estaba lleno de cruces y agua bendita a cada esquina que nos encontrábamos. En todas las paredes había colgada una enorme cruz. Llegando al despacho de la directora, ví los uniformes del colegio. Para mayor obsesión por las cruces, era un jersey gris con una cruz marrón, un polo celeste con una cruz marrón y una falda negra con una cruz marrón colgando por una cadena. Los calcetines y los zapatos eran negros, para mayor espanto. La prueba fue fácil sólo hablar de mí y lo que sé de mis antepasados. Parece que están muy interesados en mi conocimiento y mi opinión sobre mis antepasados. Lo curioso es que no era todos sino la más conocida allí, según decían ellos, Sara. Algo que nadie se había molestado a preguntarme. Parecía que hablar de ella era tabú.
Sé que algo es muy extraño en este internado sobre todo las pintas de todas las alumnas era horrible, pero cuando miraba a sus caras, era de temor y tristeza. La tristeza es normal, pero el temor, ¿A qué se supone que tienen miedo? Pero lo más increíble es que se esconden a al lado de las luminosas ventanas. Un gran edificio antiguo parecido a una iglesia del siglo pasado. Era muy luminosa, con grandes ventanas que daba al gran patio con flores en cada esquina, tenía un solo árbol que estaba en el centro. Todos los alumnos, por increíble fuera, iban por alrededor del árbol pero nadie estaba posado en él. Parecía romántico acercarse y apoyarse, como en esas películas de amor en las que la chica está sentada leyendo un libro y aparece el chico para darle un beso. Pero, los alumnos parecían mirarme con cara de "¡Qué valiente es!" "Seguro que está aquí para saber más". Pero, todo esto es extraño. Me quieren alejar de algo pero, ¿de qué? Quiero que mis padres me cuenten todo lo que pasa, ya que no me lo dicen. Una familia normal se lo cuenta todo, pero mi familia no es normal. En principio, yo soy la que es más rara de todos y nunca me han dicho el por qué. Mis padres saben que tenía poderes pero ahora no saben que los sigo teniendo ya que lo puedo controlar.
La directora me ha mostrado un camino para mi habitación. Está muy escondida, la más escondida de todas las que hay en el internado. Mi habitación tiene una gran cruz en la puerta, enorme, como el tamaño de la puerta. Es muy grande, las paredes son de color blanco y tiene un corcho. La directora me ha dicho que piense como puedo decorarlo ya que me pedirá el color que le voy a poner a la habitación y toda la decoración que voy a poner. Me quedaré aquí hasta el viernes y después me iré a Cantabria para coger mis cosas. Ya sé incluso del color de la habitación: azul mar, verde hierba y azul cielo. Un recuerdo del acantilado que tanto me inspira y que hace que mis ideas se vean claras. De hecho las paredes serán el acantilado y cuando quiera pensar, solo tengo que ponerme en el suelo y poner el ipod mientras pienso. Lo mejor de todo es que mi habitación es insonorizada. Por lo que puedo tocar tan alto como pueda y nadie podrá escucharme. Extraño mi hogar, pero no está nada mal.
Todo esto es una pasada además, me han dado mi ordenador. Me puedo meter en todo lo que quiera ya que hay wifi gratis. ¡Esto es una pasada! Sólo hay una cosa que me entristece: que no es mi hogar. Hay chicos guapos, es precioso y es lo más impresionante que te puedas imaginar, pero no es mi hogar. Extraño a mis amigos, mi casa, mi cuarto, mi grupo y, sobre todo, a Meison. Pienso en él cada vez que miró un escondite bueno, pienso en él cada vez que veo las rosas del jardín, pienso en él cada vez que veo mi habitación y me digo "Mi nuevo hogar",... no puedo dejar de pensar en él. Tenía razón de que yo soy rara y de que soy la reencarnación de Sara. Hace mucho tiempo que sé que lo sé pero que había más no y, sobre todo, que todas conocieron a Meison, es fue una sorpresa. Cuando lo supe, le pregunté a mi madre que si creía en esas cosas y ella sin dudarlo me contestó:
-No, son una de las cosas que nunca podrán pasar y que nadie es o será. Es una enorme pérdida de tiempo pensar eso.
Pero, si supiera que yo soy una reencarnación querría que no me pasara igual que la anterior. Meison dijo algo que es imposible. Si ha habido más de una reencarnación, ¿cómo había podido llegar a vivir ahora?
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Espero que os aya gustado y lo siento por no aber subido antes.
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El amor más allá de la vida
RomanceSanadra es una chica de 15 años que, por tradición familiar, tiene que escribir en un diario. A los pocos días de empezar escribir en su diario, aparece Meison que le cambia la vida.