- Contigo ya son seis - digo esa profunda voz proveniente de los incorpóreos cuerpos de luz. - es normal que ahora te encuentres perdido, que no sepas dónde estás. Nosotros podemos narrarte lo acaecido en este lugar hace miles de años, lo que nos lleva a traeros aquí. Pero todo ello solo aumentaría tus ganas de querer saberlo todo. El conocimiento se obtiene a través del descubrimiento. Bien es cierto, hay cosas que debes saber de antemano para poder comprenderlo todo.
Net giraba siguiendo a los símbolos de color amarillo y verde, se sentía totalmente atraído por ellos. Escucha cada palabra e intentaba grabarla en su mente. Quería saber cómo volver a su casa, cómo recuperar su vida. Pero había algo especial en ese baile lumínico, algo que le hechizaba y dejaba fuera de combate.
- Nosotros somos los Portadores, almas sacrificadas a la vida eterna a través de formas errantes con nuestra esencia. Llevábamos aquí desde hace demasiado tiempo, hemos conocido generaciones enteras de la misma familia, activamos los portales de transferencia y devolvimos la vida a los caídos. Fuimos los primeros seleccionados de un largo linaje. Somos el poder y la debilidad, la locura y la cordura, el amor y el odio, el frío y el calor, antagónicos y necesarios. Nos encargamos de mantener la estabilidad de los mundos, de darle sombras a la luz, vida a la naturaleza. Esta estabilidad se está rompiendo, fuerzas desterradas han encontrado la manera de volver. Antes fuimos miles unidos para derrocarlos, ahora solo seis. La magia del mundo se agotó hace tiempo, ya no queda otra solución. Tú eres el último, el Portador del Fuego. Aquel por el que correrá sangre de dragones, con fuego en la mirada y lava en las manos. Aquel traído para arrasar a su paso. Pero antes hay algo que debes saber sobre nosotros. Los Portadores fuimos escogidos por los Dioses de los Dones, a cada uno de nosotros se nos entregó la capacidad de ser sobrehumanos, la habilidad de poder cambiarlo todo. Estos Dones se nos entregaron sabiendo que podíamos ser exentos de ellos al más mínimo error. Pero no contaron con la descendencia, nuestros dones se fueron multiplicando, desarrollándose en el mundo, pues uno no tiene más control que sobre él mismo. Algunos de los Herederos de estos Dones fueron corrompidos por las fuerzas malvadas que existen para equilibrar la balanza. Es por ello que tuvo que llevarse a cabo La Cruzada de los Seis. Los Portadores Primarios tuvimos que recurrir a todas nuestras fuerzas acabar con la injusticia, con el mal uso de nuestro regalo. Por ello los Ocho Dioses decidieron confinar al mal en una dimensión fruto del reflejo de esta, acabando con todos los Herederos y castigándonos a nosotros a la vigilancia eterna de este espacio. Ahora el mal ha vuelto, ha roto la magia que los encerraba y son muy poderosos. El castigo de los Dioses nos dejó sin un ejército para pelear y es por ello que te encuentras aquí. Hemos traído a diferentes personas a las que regalar nuestros Dones, confiando en ellas el poder más sagrado que tenemos. Convirtiéndolas en los Segundos Portadores y tú eres una de ellas, la última, el Portador del Fuego. Una vez que te otorguemos este Don nosotros desapareceremos, las ánimas necesitamos tiempo de descanso, ha sido un trabajo muy duro. No podrás acudir a esta nave hasta que nosotros queramos que vengas, Tommy te avisará de ello. Ahora ha llegado el momento Net, puede que te duela pero debes resistir por el bien del este mundo.
Net quería expresarse, quería decir que él no deseaba ser un Segundo Portador. Que solo quería volver a su casa, que nunca había querido acercarse al fuego. Net solo quería salir de ahí pero sus pies estaban pegados al suelo. Las luces giraban cada vez más rápido, convirtiéndose en un tornado de color que iluminaba toda la sala. Net asumió entonces que no tenía opinión y en caso de tenerla iba a dar igual.
El tornado se colocó encima suyo y Net notó como la energía de esas ánimas entraba dentro suyo, como un calor desbordante le llenaba por dentro, sentía como su sangre comenzaba a hervir y le ardía la cabeza. Estaba siendo el momento más doloroso de su vida pero había algo placentero en ello que no le hacía tirarse al suelo y rodar.
Entonces se oyó un golpe y una lluvia de cristales comenzó a caer. Una de las vidrieras de la cúpula se había roto, cuando Net miró hacia arriba vio que bolas de fuego se precipitaban hacia él. El tornado pudo defenderlo mientras Net notaba que el calor de su cuerpo iba recobrando su temperatura. De golpe sombras rápida, ágiles y siniestras se colaron en la nave y fueron saltando de pared a pared mientras empezaban un ataque a bocajarro contra las ánimas. Rayos oscuros y bolsa de fuego llenaban la sala. Net pudo contar tres sombras, que cuanto más se acercaba más humanas se volvían. Cuando llegaron al suelo distinguió que las tres personas iban encapuchadas vestidas con un mono negro, pero una de ellas llevaba el emblema de una llama en el cuello de su traje. Pese a que las ánimas fueron rápidas Net notó como un rayo le atravesaba el cuerpo haciendo que este se desplomase, antes de cerrar los ojos pudo ver como por detrás de los enemigos se abría la puerta de metal dejando paso a una luz cegadora que él ya conocía muy bien. Lo siguiente que pudo ver eran diferentes colores luchando contra el negro y un ruido muy difuso de gritos y agonías de fondo hasta que quedaron totalmente mudas.
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Los Portadores.
Teen FictionEn una dimensión paralela vinculada con la nuestra, hace mucho tiempo, ocho dioses escogieron quienes serían los encargados de la estabilidad del mundo. Entregándoles los Dones Esenciales. Las fuerzas se revelaron, volviéndose oscuras, necesitando s...