Los Portadores.

Parte 13

La ventana era pequeña, pero lo suficientemente grande para que el cuerpo de Net se precipitara al vacío de espaldas. El traspiés provocó el desafortunado accidente. Net caía desde lo alto de su cuero hacia el suelo de césped sin cuidar, tierra y roca. Gritó mucho más que todo lo que había gritado en su vida. Pero gritar surge efecto si hay alguien te escucha. Intentó brevemente usar su don para producir un colchón de agua pero tampoco fue posible. Se golpeó contra el suelo en un sonoro golpe seco. Entonces el cuerpo se hundió en el suelo desapareciendo por completo, siendo tragado por agua. Net estaba sumergiéndose en un nuevo mar surgido en la tierra habiendo recibido como único impacto él quemazón de un golpe de espaldas contra el agua desde una gran altura. Se vio entonces flotando en agua, agua que él mismo había invocado. Transformando el suelo en agua para evitar su prematura muerte. Pudiendo salir ileso de una caída mortal. Una vez sumergido en ese mar de vida, nadando en ese lago de emoción, Net comenzó a gritar de miedo, alegría y enfado.

Una vez ahí, nadó hacia la superficie, para sacar la cabeza y verse enterrado en la tierra. Esta no se había transformado en agua, si no que su don había hecho que pudiera dominar la parte acuática de ella para fundirse en una sola. Agitó ambas manos cerca de su cadera provocando un chorro de agua que le elevó desde los pies para depositarle bruscamente en el suelo. Vio entonces cómo su buzo blanco estaba desgastado, sucio y sudado. Las zapatillas estaban rasgadas y no llevaban con él ni medio día. El sol se estaba poniendo por lo que decidió subir a su cuarto a darse un baño relajante y descansar del intenso día.

Mientras esperaba a que la bañera se llenase seleccionó los capítulos de sus habilidades para leerlos en la ducha tranquilamente. Intentando aclarar cuáles de ellas formaban parte de él. Por ahora sabía que respirar bajo el agua, los escudos, el cambio (al menos a sólido) del estado de agua y poder extraer el agua de la materia los poseía. Solo uno de ellos no aparecía en ninguna hoja y tenía ganas de preguntarle a Tommy por qué.

Dentro de la suave espuma blanca que se había formado, se encontraba un Net dolorido y cansado pero con muchas ganas de aprender. Intentaba manejar el agua de su bañera, crear formas con ella, pero todas se debilitaban al momento. No era capaz de crear un arma con su don, simplemente de usarlo como escudo. También intentaba congelarla pero se le iba de las manos y volvía a ser agua. Llegó a la conclusión de que quizás eso solo podía hacerlo en la sala de pruebas o bajo presión, por instinto de supervivencia.

Al cabo de media hora ya estaba tumbado en la cama, vestido con esos calzoncillos cortos blancos que le habían dado de pijama. Escondido entre los edredones y las mantas de su cuarto dispuesto a descansar. Cerró los ojos y por un momento una fugaz imagen de su madre le vino a la mente. Un recuerdo borroso de antes de que él cumpliese un año. Agitó la cabeza muy rápido varias veces, moviendo con ella su largo pelo cada vez más cobrizo hasta que borró la imagen y pudo acostarse.

No habrían pasado ni tres horas cuando abrieron la puerta de su cuarto a gritos y le sacaron de la cama estando él con todos los sentidos alerta. Sabía que uno de los dos individuos que habían entrado era Tommy, había reconocido su luz al entrar. Le llevaban de ambos brazos por una serie de pasillo tenuemente iluminados. El que no era Tommy le agarraba con fuerza y vociferaba palabras sin sentido. Net estaba demasiado perdido para reaccionar. Giraban a la derecha y a la
Izquierda, subían y bajaban escaleras. No entendía nada. Hasta que llegaron a un cruce de pasillos donde una bola de fuego alcanzaba a un hombre vestido de traje militar blanco. Le daba en el pecho y estaba en llamas. Tristán estaba en el castillo dispuesto a acabar con todos. Estaban rescatando a Net, era uno de los elegidos para salvar la dimensión. El que no era Tommy tenía que ser otro de esos hombres de traje militar blanco, seguramente la guardia del castillo. Tardó pocos segundos en soltarle el brazo y correr en sentido contrario a enfrentarse a Tristán. Tommy tiraba de Net sin hablar, parecía un código firmado por ambos en el que se constataba que no era necesario hablar. Continuaron unos minutos hasta llegar a un pasillo de ladrillo visto sin salida. No había ruidos y debía haber humedad porque a Tommy le costaba respirar. Pulsó un ladrillo y el muro abrió un pequeño hueco por el que Tommy empujaba a Net.

- Espero que vengas conmigo- dijo muy fríamente Net- aún no sé qué está pasando.

- No se me ocurre nada mejor que esconderme en estos momentos - le replicó Tommy con su toque de gracia pero culminado en miedo.

Ambos pasaron por el pasadizo que daba a una pequeña sala de acero, fría y solitaria, bien iluminada pero sin un solo agujero más que el que acababan de usar. Cuando se cerró la puerta aumentó la luz y Net vio que Tommy estaba evitando mirarle. Cayó entonces en la cuenta de que solo llevaba los ajustados calzoncillos blancos.

- Prometo no desmayarme, pero explícame qué pasa- dijo en un tono de voz muy adulto.

- Tristan y los suyos nos están atacando. Cada uno de los portadores ha huido al escondite de su elemento con su sanador. Tú y yo estamos en la sala de..

- Persei, esta es la nave que pone en los libros. Donde ella venía a esconderse. Según el libro tiene que haber un armario escondido. Es donde ella guardaba sus cosas de valor por si ocurría algo. ¿Ha habido bajas?

- Todavía no lo sabemos, desconozco lo que ha pasado en el resto de habitaciones. Mi Don me dice que hay muchos heridos, tanto con posible Sanación como sin ella. Ojalá pudiera hacer algo.

- Podíamos enfrentarnos a ellos, luchar y ganar.

- Net, no digas tonterías, solo has hecho el test de reconocimiento y aunque fueses el que mejor lo has hecho de todos eso no te exime para..

- ¿ Soy el que mejor lo hice?- preguntó Net emocionado

- Sí, es información confidencial. Se me ha escapado.- dijo Tommy poniéndose rojo.

- Tommy, hice un escudo de agua y es algo que no aparece en los libros. No sé por qué, quizás sea algo normal.

- No aparece porque nunca había pasado. Nadie ha conseguido nunca hacer escudos defensivos, ningún elemento. Esa habilidad daría ventaja en las peleas pues si eres rápido puede protegerte de todos los ataques. Tú fuiste la primera persona registrado que ha hecho uno. Persei no podía creérselo. Además lo convertiste en hielo, haciendo que fuese también un arma. No sabemos por qué puedes hacerlo, nadie jamás ha sido capaz.

- Solo lo hice una vez, no he podido repetirlo. Seguramente fuese una casualidad.

- ¿Que estás haciendo pulsando los ladrillos?

- Persei guardaba aquí cosas, tiene que haber algo en algún sitio. - dijo mientras pasaba las manos por las paredes.

Entonces tropezó y miró el suelo. Tenía un color diferente y él era el único que sabía por qué.