Parte 4

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El dolor del abdomen era insoportable. Tanto que Net se retorcía sin parar en la cama de algas de su cuarto. Sus brazos y piernas estaban atados con firmes cadenas al suelo, evitando que pudiera tocarse el epicentro de su dolor. La manta le cubría hasta la garganta, una garganta donde se reflejaban todas las venas, gotas de sudor y un atormentadamente profundo sufrimiento.

Tommy entró corriendo, iluminando la sala a su paso, cargado con una pequeña caja de marfil blanco no más grande que su mano. Sin detenerse se arrodilló de golpe contra el suelo, tendiendo su mano derecha sobre la frente Net, notando que la temperatura de su cuerpo estaba demasiado alta. Bajó la manta y descubrió un profundo agujero a la altura del esternón, el buzo se encontraba quemado y el pecho marcado por unas raíces negras que se extendían sobre el cuerpo de Net. Cogió la caja de marfil, la abrió sacando de ella una pequeña daga enjoyada de piedras de color morado y un bote con una especie de pasta de color blanco amarillento. Destapó el bote y se cortó la palma de la mano con la daga, cerrando el puño a la vez para no perder ni una gota de sangre. Volcó toda esta en en bote y la pasta empezó a tornarse en un color anaranjado, en el color del atardecer. Extendió toda esta crema sobre el pecho de Net y dejó sus manos quietas. La pasta tapaba la totalidad de la herida, dela rotura del buzo.

Entonces Net se incorporó, pudo reclinarse y su cara volvió a un estado de bienestar. Lo primero que vio fueron esos profundos ojos azules de Tommy muy cerca de su cara, unos ojos que le miraban con toda la alegría del mundo.

- He llegado a tiempo, he llegado a tiempo, he llegado a tiempo- dijo un hilo de voz a través de la boca de Tommy.

- ¿Qué acaba de ocurrir?- gritó Net

- Hemos sido atacados por Los Rechazados.- dijo a la vez que escondía disimuladamente la daga en su caja de marfil.

- Quiero que me lo expliques todo, quiero saberlo ahora, quiero volver a mi casa, quiero irme de aquí- dijo Net mientras las lágrimas se salían de sus ojos

-Bueno, creo que deberías saberlo todo, al menos para entenderlo antes de tu segunda Dotación...

- No quiero más Dotaciones, no quiero más luces que hablan, más niebla, más bolas de fuego, quiero irme de aquí Tommy- dijo en un claro estado de ansiedad.

- Escúchame- le dijo mirándole profundamente a los ojos y soltando las cadenas de sus brazos para que este tuviera mayor libertad

- También tengo en las piernas- dijo señalando las cadenas de sus tobillos

- No quiero que eches a correr.- dijo antes de estallar en una carcajada a la que Net se unió con los ojos llorosos.

- Net, tú eres uno de los Segundos Portadores. Los Portadores han visto algo en ti especial, algo que te diferencie del resto de humanos. Si estás aquí es porque tienes algo, no digo que sea bueno, que te hace ser una persona excepcional. Ellos te han elegido para combatir el mal y poder devolver el equilibrio a este mundo y por ende al tuyo.

- ¡Mi mundo no corre peligro!- dijo Net brotando en cólera

- Sí lo hace, el Calentamiento Global, la carencia de alimento, los terremotos, todo lo que vosotros conocéis como desastres naturales se origina aquí. En este mundo. Desde que Los Rechazos han vuelto esas catástrofes se están ocasionando con más frecuencia. Tanto tú como el resto de los Segundos Portadores podéis evitarlo, podéis solucionarlo.

- Ni siquiera sé lo que quieren que sea, no entendí nada, Dios- dijo llevándose las manos al pelo

- Dioses, aquí lo que tenemos son Dioses. Concretamente ocho que se dividen el trabajo para mantener este gran mundo en pie. Ser un Portador significa tener poder sobre algo y este poder se obtiene a través de los Dones. Existen muchos tipos de Dones, muchos de ellos se adquieren con el tiempo, se mejoran o pueden ser aprendidos. Pero existen algunos, los llamados Dones Primarios que son inherentes a nuestra existencia. Es decir, que no se pueden obtener. Por ejemplo, alguien puede tener el Don del Habla con los animales y enseñárselo a sus hijos, pero nunca controlará a los animales. Porque el poder de la llamada animal es una característica del Don Primario de la Naturaleza.

- ¿ Me estás diciendo que aquí todo el mundo es caos de hacer algo increíble?

- Bueno, no todos. - Dijo mientras sonreía y apretaba la mano de Net- solo aquellos que son elegidos para poder aprenderlos. Aunque muchos se vuelven Rechazados y abusan de sus Dones. - Net pudo leer el dolor en sus ojos durante un momento

- ¿Cuál es tu Don?

- Bueno, eso es algo difícil de explicar. Yo, bueno, a ver, yo tengo el Don de la Salud. Yo puedo curar heridas, sanar golpes, devolver la energía al cuerpo. Soy un pequeño canalizador de la salud.

- ¿Tú me has quitado este dolor del pecho?- Dijo llevándose las manos al agujero de su buzo.

- Sí, pero no le des importancia. Antes de que me lo preguntes lo que te atacaron era un pequeño escuadrón de Rechazados. Te dieron con un rayo negro, es uno de sus ataques más importante puesto que si te atacan con él durante las primeras 24 horas de haber obtenido un Don lo destruyen y no podrás aprenderlo nunca más. Tuviste la suerte de no haber recibido por completo tu Don, si no ya no podrías recibirlo.

- Pero yo no quiero un Don, y en caso de quererlo no querría el del fuego.

- Buenos, cámbiate y vayamos otra vez a la Nave de - un fuerte golpe se oyó fuera y ambos corrieron a asomarse por la puerta.

Cuando se asomaron Net pudo ver cómo los tres encapuchados estaban en ese camino de madera destruyendo la casa del pañuelo amarillo. Sin pensárselo dos veces Net intentó salir del cuarto pero las cadenas no se lo permitieron. Vio en que Tommy se agachaba a soltárselas y antes de poder reaccionar Net salió del habitáculo en dirección a los Re
chazados.

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