Inesperado reencuentro

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Ambas salieron del aeropuerto con una sonrisa en el rostro, solo había sido una hora de vuelo, pero ninguna terminaba por acostumbrarse.

-Cada vez me parece más cansado-suspiro una mujer de cabellos castaños-¿cuánto tiempo teníamos sin venir a verlas?

-¿Cuando la boda de Remi?-se encogio de hombros, lo cierto es que no recordaba-bueno la boda cancelada.

-Eso significa que no tendré el premio a la mamá del año de nuevo-suspiro-¿dónde quedaba su casa?

-Lo tengo aquí-comenzó a buscar en su bolso-toma, solo tenemos que buscar un taxi, su piso es el cinco.

-¿Aún tendran la misma clave de seguridad?

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Necesitaba un respiro y un par de rastreadores que le indicaran en donde estaban metidas ese par de brujas. Termino de colgar el cuadro en la sala y subió corriendo las escaleras Karen estaba arreglando la habitación de Samanta.

La chica estaba acostada en el centro de la cama con una caja en la cabeza, no pudo contener una carcajada, se veía cansada como ella misma, se dejó caer a su lado y la escucho quejarse.

-¿Esto cuenta como regalo de cumpleaños?-gruño-esperó que sí.

-Yo diría que es más algo como méritos para un buen regalo de navidad-en menos de una hora habían ordenado él departamento, nadie podía decir que Sam se había ido días atrás.

-¿Sigues sin comunicarte?-asintió-¿se las trago la tierra?

-Podría apostar que Anne lo está pasando de lo lindo y Sam comiendo-ambas rieron-mañana tengo que ir a recoger los vestidos y escoger el diseño de las letras ¿quieres acompañarme?

-¿Eso significa qué tengo que sacrificar un día de escuela?-la rubia asintió-cuenta conmigo.

-¿Quieres pedir algo para cenar o esperamos la comida que seguramente traerá mi mamá?

-Las abuelas siempre son la solución-se incorporó.

El sonido de unos golpes en la puerta las hizo bajar, el reloj marcaba las nueve de la noche, seguramente serían su madre y la señora Bell. Karen fue quien abrió la puerta tirándose de frente con una sonriente Victoria.

-¿Eso es para mi?-señaló el ramo de rosas amarillas.

-Lamento decirte que no-Karen se encogio de hombros-¿puedo dejar esto aquí?, pesa más de lo que tenía en mente-asintió y la dejó entrar, Victoria dejó el ramo ramo en la mesa de centro y se dejó caer en el sofá.

-¿De Santiago?-Remi se sentó a su lado, la pelinegra asintió.

-Tengo otros en el auto, no puedo creer que ella este haciéndolo sufrir tanto-Remi suspiro.

-Es una tonta, sí no se da prisa cualquiera puede quitárselo-la más joven hablo mientras se acomodada en el suelo frente a ella.

-Deberías darle el mismo consejo a tu hermano-se mordió la lengua cuando entendió lo que había dicho, ambas la miraban curiosas.

-¿Tú sabes quien es la tipa con la que William salió ayer?-ahora la sorprendida era ella.

-¿William salió ayer?-Karen asintió-¿con Anne?

-¿Anne?-preguntaron a unísono-no, Anne estuvo conmigo.

-¿A William le interesa Anne?-Remi la miraba curiosa, genial, negó de inmediato.

-No, es solo que ellos siempre salen, ya saben-murmuro nerviosa. William la mandaría al otro lado del mundo si se le ocurría decirles su pequeño secreto.

Kiresa El compromisoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora