La vida es Aburrida

Los amigos hacen favores

Bueeeno, aquí seguimos con la conti ^^ Gracias a todos los que comentáis siempre en la obra, últimamente no tengo tiempo para contestar y vivo en el caos, pero siempre lo leo todo y siempre em alegra el día

Debería haber estado preparado y más que acostumbrado por la ostentosidad de mi amiga, pero a juzgar por como me quedé boquiabierto al ver su habitación está claro que la chica aún sabe como sorprenderme. Crystal parecía haber decidido que quería pasar sus noches en un mini mundo victoriano más acorde con los vampiros que con una chica que estudia filosofía. La habitación, enorme por cierto, estaba decorada con tonos oscuros y rojizos, grandes tapices, muebles con enrevesados decorados de hierro, espejos que alcanzaban el techo y que tenían pinta de ser extremadamente antiguos. Todos aquellos muebles que bien podrían triplicar mi edad hacían un gracioso contraste entre las guitarras, los amplificadores modernos, el ordenador de última tecnología y con las estanterías llenas de títulos de lo más estrafalarios.

Crystal no pareció no notar mi asombro por su "humilde" morada y cerrando la puerta tras de mi se sentó en su cama con dosel negro soltando un tremendo suspiro.

— Primero y ante todo, cuéntame que pasó cuando me fui del pub. Lo único que se es lo que me contó Mía ayer por teléfono —Me senté a su lado con unas confianzas que solo aquella pelirroja me podía proporcionar y relaté los hechos desde que los amigos de Jack me arrastraron al almacén la noche del pub hasta como habíamos tenido que llevar a Nay a urgencias la noche pasada. La chica se mantuvo en silencio todo el rato, aunque de vez en cuando podía notar como sus labios se torcían en una mueca. Cuando por fin terminé mi relato (Omitiendo obviamente el hecho de que había pasado la noche en casa de Nay) Crystal permaneció unos minutos pensativa, hasta que por fin habló.

— Es todo mi culpa — Intenté volver a decirla que lo que hiciese o dejase de hacer aquel idiota de Jack no tenía nada que ver con ella, pero la chica continuó sin dejarme hablar. Inconscientemente se llevó una mano al cuello, rozando con los dedos la zona donde ahora brillaba el tatuaje que Nay le había hecho hace apenas tres días—. Cuando Nay terminó con el tatuaje me volví a casa y le encontré aquí. Había venido para verme según él, aunque estoy bastante convencida de que solo quería hacerle la pelota a mi padre —Los ojos de la chica parecieron endurecerse ante la mención de su progenitor—. Mi padre siempre ha sido una persona muy dura, nunca aprueba a nadie de la gente con la que suelo salir y por ellos Jack se cree especial por ser el único novio al que él ha tolerado.

Crystal chasqueó la lengua y una pequeña sonrisa cruel luchó por salir de entre sus labios.

—No se da cuenta de que lo único que ve de bueno mi padre en él es la capacidad que tiene de manejarle como una marioneta... patético—Hasta entonces nunca había oído a la pelirroja hablar de su familia, aunque ya había sospechado que su relación debería ser un poco... tensa.

—Él estaba ahí con Jack. Normalmente apenas nos saludamos cuando cruzamos por casa, si es que nos saludamos, pero aquel día mi ex-novio debía resultar cargante así que se fijó en mi con la esperanza de que yo me librase de él... Fue entonces cuando se percató del tatuaje. Mi padre es una persona bastante estricta y supongo que el tema de marcarse la piel no le parece algo "digno para el apellido" —Habló con burla, como si intentase imitar a su progenitor—. Le molestó que me hubiese hecho algo tan vistoso y tan expuesto y me preguntó donde demonios me lo había hecho. Creo que piensa que Nay me mal influencio para hacerlo, después de todo la única vez que se vieron las cosas no fueron muy ...agradables. Quiso que me apuntase a unas sesiones para quitármelo y ahí es cuando empezó la discusión. Pensaba que estábamos solos cuando nos gritamos, pero seguro que Jack estaba husmeando entre las paredes. Debió oír como acusaba a Nay de meterme ideas de majadero en la cabeza y pensó que si hacía algo al respecto se ganaría aún más el respeto de mi padre. Nada más lejos de la verdad