Capitulo X: Alas Desechas (+18)

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    Demian mantenía cierta distancia de Eliot mientras caminaban por los pasillos del manicomio en lo que el había denominado como un tour. No había mayor razón para su distancia con el vampiro solo que estaba totalmente prohibido estar tan cerca de alguien en ese lugar, había escuchado un rumor que se había expandido como un resfriado a cerca de un hombre que mato a un niñato al morderle el cuello en uno de los tours del lugar. Por eso también estaban aun en proceso para eliminar la regla de que los tours para los nuevos eran realizados por los mismos enfermos.
Eliot le vio de reojo mientras este contaba historias a cerca de los inicios del lugar.
-¿Pasa algo? - Pregunto Eliot, mientras caminaba.
-¿Por qué lo dices, chico? – Contesto Demian.
-Estas a un metro de distancia de mi, sabes que no me puedes hacer daño.
-Ni aun que quisiera, estoy sedado con Reprise atenuado – Menciono este, riendo un poco – Es una regla, en los tours no se puede estar muy cerca. No ha pasado una vez si no ya varias donde los "pacientes "– hizo las comillas con los dedos – han matado a los nuevos en un arranque de locura... ya sabes, no todos tienen sus cinco sentidos en regla.
-Tu pareces muy cuerdo... digo, dentro de lo que cae. – Dijo el vampiro mientras se encogía de hombros.
-Tu también, pero no cambia el hecho de que estemos aquí.
Entonces todo le quedo más claro al vampiro. Ambos estaban ahí por lo mismo; su hermano.
Quiso preguntar casi de inmediato porque estaba él ahí para confirmar su suposición, pero fue interrumpido por la repentina detención del chico quien mostraba la enorme puerta de madera y metal a su derecha.
-Bueno, hemos llegado a una parada importante. – Dijo Demian, mientras abría las puertas- Este es El Punto.
Tras la puerta que había abierto el demonio se encontraba un salón enorme con unas cuantas mesas redondas que podían ocupar hasta seis personas por cada una. Habían sillones, televisores antiguos y un enorme ventanal al fondo que daba vista hacia un hermoso patio que se extendía hasta donde alcanzaba la vista.
-El Punto es el lugar en donde nos dan un poco de libertad. Aquí nos dejan mezclarnos con otros pacientes, entablar conversaciones, jugar en aquellas mesas – Mencionó apuntando con el dedo índice derecho a un rincón de la enorme habitación donde habían unas cuantas mesas con juegos como el ajedrez y las damas – Y bueno, por lo general estamos aquí todo el día.
-No lo entiendo, hay un patio haya afuera –Dijo Eliot alzando la ceja derecha – Esta iluminado con faroles, ¿ Por qué no están allá afuera?
-Por qué no se puede, está cerrado con llave. Es como un mensaje de parte de la dirección, casi como decirnos " Están a un paso de salir de esta mierda pero no lo harán a menos de que recuperen los tornillos. " . Si lo miras del punto de vista profesional, el cual deberían tener, no tendrían que estar jugando con el sentimiento de esta gente tan frágil de esa forma. Algunos optan por quitarse la vida antes de seguir soportando esa vista.
-Vacantes disponibles... – Dijo el vampiro mientras desviaba la mirada.
-Ya lo captas, chico. – Y luego de esto Demian cerró las puertas y continuaron con su camino.

El tour siguió con los pasillos que llevaban a los baños, un pequeño taller de manualidades que se ocupaba tan solo para aquellos que estuviesen un poco mejor en cuanto al sentido común por el gran arsenal de potenciales armas de todo tipo que eran los materiales de construcción, los jardines botánicos y la sala de corrección. Este último lugar estaba siempre custodiada por dos enormes guardias que no tenían para nada una expresión amigable en el rostro. Según lo que Demian le había explicado a Eliot en aquella sala entraban aquellos internos que habían tenido conductas inapropiadas o conflictos con sus pares o aun mas grave con los enfermeros y en su interior eran torturados hasta que aprendiesen la lección. Obviamente eso era solo lo que Demian había escuchado ya que jamás había estado ahí y esperaba jamás tener que estarlo.
Obviando el tema de que se podían encontrar en el comedor , el último lugar al que llegaron eran los dormitorios. Estos se encontraban al fondo de un largo pasillo que se dividía en numerosos salones pequeños que en su interior tenían dos camas. Los dormitorios estaban organizados por inicial de nombre así que básicamente Eliot y Demian eran vecinos.
- Te mentiría si te dijese que no tienes un porque es algo que desconozco – Menciono Demian.
-No te preocupes por eso. Es lo de menos. – Dijo Eliot para luego dar unas palmaditas en el hombro al demonio – Gracias por el tour, Demian.
-De nada, chico. Es mi trabajo – Menciono este antes de dar media vuelta – Bueno, nos vemos al rato, tengo cosas que hacer. Si necesitas preguntar algo estaré en El Punto.
Y luego de esto Demian se retiró a trote rápido de aquel pasillo. Eliot por su parte ingreso a al salón que debía pertenecerle por lo que dijo el contrario. Era una habitación " E " que mantenía sus luces apagadas todo el tiempo, por lo que aparentaba estar desocupada.
Al entrar al salón de su habitación se sintió como si en verdad jamás hubiese llegado ahí y que en la corte hubiesen decidido mandarle a la cárcel. Habían dos colchones con una sabana cada uno y una almohada un tanto improvisada sobre sus correspondientes marquesas echas de metal. Las camas estaban a unos tres metros de distancia de la otra y pegadas a la pared que le correspondía a cada uno. Al lado de cada cama había un pequeño mueble con un solo cajón que lo podría ocupar cuando y como estimara conveniente.
Eliot se acerco al cajón para abrirlo pero unas pisadas que venían del exterior le hicieron voltearse hacia la puerta en un movimiento rápido, pero luego un sonido chirriante y suave le hizo girar su cabeza hacia el lado para toparse con un extraño hombre delgado y de piel pálida llena de marcas extrañas y de ojos nublados como los de un ciego quien estaba sentado con las piernas dobladas sobre la cama. A Eliot le dio un susto enorme ver a semejante tipo sentado sobre una de las camas como si nada, simulando una especie de pose de yoga de lo más calmado como si siempre hubiese estado ahí.
Eliot le observo un momento, intentado pensar que hacer al respecto mientras sentía algo de miedo por no saber cómo había ingresado a la habitación de forma tan silenciosa. Antes de que este pudiese decir algo el hombre sobre la cama estiro su delgado brazo hacia un lado y a su vez el dedo índice con el cual señalo el mueble del lado de la cama desocupada, que por razones obvias tenía que ser de Eliot ahora.
Temeroso de los resultados de obedecer a aquel sujeto, el vampiro estiro su mano hacia el gabinete de su mueble y lo abrió, cerrando uno de sus ojos para no ser sorprendido del todo con algo desagradable. Sin embargo, su mirada se topo con un papel dentro del cajón el cual estaba doblado a la perfección. Eliot miro de reojo al sujeto en la cama y noto que había vuelto a su pose de yoga y no prestaba atención al mundo en lo absoluto , esto le dio algo de seguridad a Eliot aun que no la suficiente. Tomó el papel del cajón y lo abrió para encontrarse con unas cuantas letras escritas que comenzó a leer en alto.
- << Te doy la bienvenida, ¿Me puedes decir tu nombre? En voz alta por favor. >>– Eliot dudo un momento y luego suspiró – Me llamo Eliot. – Y luego continuo leyendo, mirando de reojo al hombre, pensaba que algo tenía que ver en todo esto- <<He estado aquí casi un año, es algo que no le deseo a nadie en realidad. Cada día que paso en este lugar siento que mi cordura va bajando mas y mas. Por eso quiero ayudarte a salir de este lugar en menos tiempo que el que estado yo. Encontraras mis notas por todos lados, no te preocupes, me e cerciorado de que así sea gracias a la ayuda de quien está frente a ti, su nombre es Ellux y es un precognitivo.>>
Ahí acababa aquel papel. Se sintió un tanto extraño al saber de que alguien prácticamente le estaba enviando papeles de quien sabe dónde. Luego, lo que seguía en lista de cosas que habían llamado su atención era la habilidad del hombre frente a él quien respondía al nombre Ellux. La habilidad de la precognición daba la capacidad de ver el futuro e interpretarlo en la manera que más conveniente le pudiese resultar a su dueño, mediante dibujos, escritos, canciones o inclusive en una rima introducida en un poema. Pero, ¿ Que tenía que ver eso con los mensajes?.
-¿Es cierto que eres un precognitivo? – Pregunto Eliot, mirando al hombre que se encontraba sentado en la cama. Este no le daba respuesta alguna. - ¿Ellux? – Lo intento nuevamente, pero tampoco hubo respuesta.
Eliot no sabía si estaba en medio de un viaje astral hacia el futuro o tan solo no tenía ganas de hablar con él, pero el hombre no respondió ante sus preguntas. Fue entonces cuando Eliot se tiro sobre su propia cama quedando sentado sobre esta y medito un tanto la situación antes de que su curiosidad pudiese con él, lo que lo llevo a revisar una vez más el cajón en busca de alguna otra cosa que hubiese quedado dentro. Y eso dio resultado, otro papel estaba hasta el fondo del cajón que leyó en voz alta al igual que el anterior.
- <<¿Ves? Te lo he dicho, encontraras mis notas todo el tiempo. Debo decirte algo, no intentes hablar con Ellux, por lo general nunca escucha a nadie por estar muy ocupado viendo el futuro, pero como si fuese poco también es mudo y ciego.>> –Aquello sorprendió un poco a Eliot, ¿Cómo podía expresar sus visiones entonces? - <<Te preguntaras como le hace, bueno... tiene un método muy particular que a lo mejor veras algún día...por cierto, tienes un lindo nombre, Eliot. >> -Un escalofrió recorrió el cuerpo del vampiro en aquel momento. Se sintió acosado por alguien o algo que no estaba presente pero a la vez sí. Aun quedaba un pequeño mensaje hasta el final del papel por lo que volvió a leer - << Pero he sido un bobo, no me he presentado aun. Mi nombre es Martin. >>
No pudo evitar arrojar el papel al leer aquello, ¿Había visto bien? ¿Martin le había escrito aquellos papeles? No podía haber tanta coincidencia en eso. Eran tan difícil de creer todo aquello, ¿Cómo era que Martin no le hubiese contado acerca de esto en aquel momento? Se sentía abrumado por la situación. Como si se tratase de un niño pequeño, Eliot subió todo su cuerpo a la cama y se acostó boca abajo mientras deslizaba ambas manos bajo la almohada quedando en esa pose inmóvil, aun que tan solo unos segundos ya que su mirada se levantaba y se fijaban en otro papel que sus dedos habían encontrado bajo la almohada. Abrió el papel con inseguridad y se dispuso a leer pero en voz baja puesto su boca ahora estaba contra la almohada.
-<< Perdón, creo que te asuste. Según lo que me muestra Ellux, nos conoceremos en persona en un año y algo más. No te niego que estoy emocionado por eso en verdad. Te ves como una buena persona, alguien interesante. >> - Y de solo leer esas palabras por parte de la carta que mandaba Martin desde el pasado una sonrisa suave se dibujó en sus labios, quitando las emociones negativas de momento - << Estas a un mes del torneo y te han condenado a un año, ¿ Cierto? No te preocupes, hace lo que yo te diga y saldrás en menos de un mes de aquí. Te lo prometo. >>
El mensaje al final de este papel había llamado su atención totalmente, era lo que buscaba puesto no pensaba fallar aquel día que se había convertido en algo tan importante para él, una meta que tendría que vencer. Pero luego recordó las palabras de Demian y las recito como si en el papel estuviesen escritas también.
- Tu no debes ganar el campeonato de habilidades, es mas... ni siquiera debes participar- Dijo, en voz baja mientras arrugaba el papel en su mano. Sentía como su sangre hervía al recordar aquello.
Decidido saber la verdad de una buena vez por todas, se levanto de la cama y se dirigió a la puerta, pero cuando iba a colocar su mano sobre el pomo de esta alguien más lo movía desde el exterior. Dio unos cuantos pasos hacia atrás esperando a ver quien abría la puerta y pronto sus ojos ocres manchados sutilmente por pintas rojas se posaban en el uniforme azul de un enfermero de mirada un tanto fría que traía un recipiente de reluciente acero en sus manos. Una vez dentro de la habitación cerró la puerta tras él.
-Buenos días, es hora de su medicación. – Menciono este, pasando por el lado de Eliot y dejando su recipiente sobre el mueble cerrado de Ellux. Al tener aquella altura Eliot pudo apreciar que había dentro del recipiente; un par de jeringas de metal que poseían una pequeña hendidura de vidrio donde podía apreciar el negro liquido en su interior, seguramente el famoso Reprise.
Sin mucha dedicación ni empatía, el enfermero cogió una de las jeringas y la examino unos cuantos segundos para quitar cualquier burbuja que se le hubiese escapado y acto seguido derribó a Ellux sobre la cama boca abajo. El hombre no puso ninguna resistencia ante aquel movimiento del enfermero quien lo trataba como un muñeco. Luego y sin mayor cuidado clavó la aguja de la jeringa al nivel de los riñones al hombre quien no hizo ningún ruido por sus condiciones, aun que Eliot notó la expresión de dolor en su rostro. Ellux cerró sus ojos y aparentemente se sumergió en un profundo sueño.
-Es tu turno – Mencionó el enfermero, dejando la jeringa vacía dentro del recipiente para sacar la que quedaba – Te quiero tendido en tu cama, boca abajo... ahora – Ordenó sin más.
-Lo siento, pero tengo que hacer algo antes yo...
Pero Eliot no alcanzó a decir nada mas ya que la fuerza desmedida del enfermero lo lanzó hacia la cama sin poder resistirse ante ello y luego lo aprisionó agarrándolo de la nuca con su mano izquierda con tanta fuerza que Eliot pensaba que en cualquier momento aplastaría su cráneo y lo reventaría contra la almohada. Eliot asustando por la situación movió un tanto las piernas con desesperación y pronto sintió el enfermero le alzaba la pollera e introducía la aguja de la jeringa por su piel sin aviso generando un intenso dolor punzante en la espalda. Lo siguiente fue sentir el liquido entrar a su cuerpo quemando todo a su paso, seguido de una ceguera que lo desesperó aun mas. Su vista se nublaba en un mar de tinieblas que lo atraparon por completo, sumiéndolo en un sueño absoluto del cual no tuvo escapatoria.

Al cabo de unas cuantas horas Eliot despertaba aun tirado en la cama boca abajo con los ojos contaminados por el químico. Veía nublado pero de a poco la neblina se iba disipando dejando los iris de sus ojos de un color opaco. Su cuerpo se sentía pesado, agotado y bajo el efecto secundario del Reprise combinado así con el efecto principal de este mismo; agotamiento parcial y pérdida temporal de las habilidades. Ahora Eliot entendía como la gente de aquel lugar no hacía nada para salir al exterior, las fuerzas no los acompañaban.
Pese a todo el esfuerzo que tuvo que hacer para levantarse lo consiguió al fin y al cabo. Vio a su lado y diviso a Ellux aun dormido boca abajo sin señales de querer despertar, era un hombre de mediana edad y quizás el efecto del Reprise era un poco más fuerte en su agotado cuerpo, por lo decidió dejarlo dormir ya que tampoco serbia mucho para resolver sus preguntas. Eliot se acerco a la puerta una vez mas y giró el pomo para abrirla y una vez concretada la acción un nuevo papel que había estado atascado en la puerta cayó al suelo frente a los pies de él. Eliot no dudo en tomarlo y comenzar a leer en un susurro.

-<<Es casi como un castigo la medicación. Ese enfermero era el mismo que me medicaba a mí, frio... sin pasión por el trabajo. Deberían arrestar a ese tipo de personas>> -Eliot estaba totalmente de acuerdo con eso - <<Pero no te resistas, es peor... a demás de que la buena conducta acelerara el proceso de evaluación para ti. Te aconsejo que no luches contra nadie, que sigas las ordenes que te dan y tengas un bajo perfil. Solo mírame a mí, he sido el mismo desobediente durante todo este tiempo y ya llevo un año aquí. >>.
Eliot comprendió el plan de Martin para salir antes de un mes de aquel lugar. Necesitaba ser el paciente mas mentalmente equilibrado para tener la tan esperada libertar que necesitaba, por lo que imponerse era sinónimo de alargar su estadía en el asilo. Guardó la nota mental de aquello y salió de su habitación con rumbo a El Punto.
Una vez llego a la inmensa y vieja puerta que separaba el pasillo de el mundo " oculto " llamado El Punto, colocó ambas manos sobre esta y empujó hacia adentro para ingresar a aquel lugar donde se podía olfatear la perdida de cordura. Camino con calma por el gran salón, mirando de reojo a los demás internos que estaban en lo suyo con cierta cara de zombis aun que después de la dosis del Reprise a nadie normal le podrían quedar ganas de ser más activo. Se había preguntado si a todos les inyectaban la droga al mismo tiempo, pero en eso una mano se alzo a lo lejos entre un grupo de sujetos. Era la mano de Demian que intentaba llamar su atención.
El vampiro camino hasta donde se encontraban ellos y notó que tenían una especie de mapa hecho con objetos de las mesas de juegos; dominós como si fuesen salones, los peones como si se tratasen de pacientes y las demás piezas del ajedrez como si fuesen los funcionarios. En un salón más grande que los demás estaban colocadas a un rincón unas cuantas fichas de damas a las cuales Demian incluyó una más, al parecer los simbolizaba a ellos.
-¿Qué tal tu primera dosis, Eliot? – Preguntó el hombre del cabello violeta y mechas azuladas. – No te vez para nada bien, aun que tus ojos se ven bastante atemorizantes con esas marcas rojas.
-El niño casi convierte a alguien – Mencionó una mujer de cabello negro y un parche en el ojo derecho. Su otro ojo era de color rojo y su piel contrastaba con su color blanco pulcro. No había como equivocarse, ella era un vampiro.
-¿El qué?- Preguntó Eliot tomando atención a las palabras de ella. Antes, cuando había ido al baño de la comisaria para cambiar sus ropas se había visto al espejo y en su reflejo había notado las manchas rojas en sus iris.
-Es eso. Tus ojos son dorados, ¿ciertos? – Pregunto la mujer.
- Lo eran, ahora tengo las manchas.
-Podría apostar a que atacaste a alguien, pero no para consumir su sangre, si no para causar daño.
Había sido demasiado exacta para el gusto de él , por lo que se quedo en silencio otorgándole la afirmación a la mujer.
-Tienes que tener cuidado, niño – Continuo la mujer – No puedes ir por ahí mordiendo a diestra y siniestra sin saber la técnica. No querrás convertir a tus enemigos y concederles el don de la inmortalidad vampírica , ¿O sí? Informante antes de actuar.
-Ya dejale,Scarlett. – Dijo Demian, fulminando a la mujer quien ahora se encogía de hombros y le sonreía suave, incluso un tanto burlona. – Venga Eliot, acomódate. – Menciono este dando unas palmaditas al asiento a su lado.
-Vale – Exclamó Eliot, acercándose al círculo formado alrededor de la mesa redonda con el mapa 3d sobre ella. Se sentó al lado de Demian y se quedo en silencio puesto sabía que iba a comenzar a hablar en cualquier momento.
-Bueno bueno... Como iba diciendo, aquí tenemos el plano del lugar – Explicó Demian, pasando su mano por sobre la mesa sin tocar nada en absoluto – Sabemos que las fichas de damas somos nosotros y el plan en si consiste en salir de este lugar lo antes posible. Tenemos tan solo tres semanas para que la absolución dé comienzo y según lo que he averiguado no absuelven a que estén encerrados en este lugar. ¿ Alguna idea?
Todos se quedaron en total silencio tras la pregunta del hombre. Se miraban los unos a los otros como si entre ellos encontraran algo que decir al respecto para no quedar como unos totales imbéciles. Al final de unos cuantos segundos la paciencia de Demian por esperar una respuesta apropiada se había acabado, por lo que dio un suspiro y continúo.
-De acuerdo, es simple ¿Vale? Tenemos que crear un caos. Juntaremos todos los objetos inflamables que podamos encontrar y los colocaremos todos dentro del salón de Mantenimiento en el sub. Uno ...- Mencionaba Demian, mientras iba moviendo las fichas de damas a distintos sitios dentro del improvisado tablero. El colocaba las damas donde supuestamente encontrarían cada objeto inflamable y luego se volvían a juntar todas en el denominado salón de mantenimiento- Así cuando estos estallen crearan una reacción en cadena que hará volar todo esto... entonces cuando estén corriendo despavoridos por todos lados nosotros tomamos control de la situación y nos salimos.
-¿Crees que tendremos la fuerza para echar a correr después del Reprise? – Pregunto un hombre más adulto, con el cabello canoso.
-La idea es hacer esto antes de que nos den el short del Reprise. Muchos ya nos hemos dado cuenta que los enfermeros o gran parte de ellos tienen la habilidad de supe fuerza por lo que es casi imposible librarse de la medicación.
El plan de Demian le parecía bueno a Eliot pero no dejaba de inquietarle por algún motivo que aun no lograba descifrar. Él se hubiese convencido de ayudar si no hubiese sido que al coloca de forma instintiva su mano por debajo del asiento en el que estaba no hubiese encontrado un papel entre la almohadilla y el marco que lo sostenía. Eliot retiró el pedazo de hoja doblada y la escondió haciendo un puño para que nadie dijese nada al respecto.
Continuaron hablando acerca del plan que cada vez se veía mas formado y sin fallas evidentes, hasta que ya todos estuvieron claro en qué hacer. Los preparativos tenían fecha hasta en dos semanas más para evaluar la situación en la que estaban y los peligros, como también para que quienes aun no estuviesen cien por ciento seguros de si cooperar o no se decidiesen.
Una música suave había comenzado a sonar de la nada por todo El Punto y una media docena de enfermeros ingresaron por las puertas para comenzar a retirar a los internos.
-¿Qué está pasando? – Preguntó el vampiro a Demian sin entender mucho.
-Llegó la hora del almuerzo – Contestó el demonio mirándole de reojo – Será mejor que camines por cuenta propia, si lo haces muy lento con ayuda de algún enfermero podrías terminar con una fractura.
Eliot no comprendió si eso había sido una broma de mal gusto o una advertencia, pero no tenía ganas de averiguarlo por lo que se distancio casi de inmediato del grupo de Demian y se adelanto en ir hacia el pasillo que dirigía hacia el comedor, de esa forma también podría leer el papel que había encontrado en el asiento con absoluta tranquilidad .
-<<El plan está bien, de hecho me sorprende>> - Comenzó a leer - <<Pero que ni se te ocurra ser parte. Ellux me dijo que el plan si se concretaba de forma exitosa, pero tu historial seria manchado por algo que tiene más solución que esa. Solo tienes que obedecer a lo que te digan los funcionarios y ya.. Por cierto, noté que hay alguien que te vigila. >>
Casi como si Martin hubiese adivinado cuando Eliot leería el mensaje, este sintió como alguien seguía sus pasos. Su corazón se aceleró mucho mientras caminaba por los pasillos. Cuando Eliot dobló hacia la izquierda para llega al comedor, alguien le tomó del brazo y lo halo con fuerza mientras este no tenia más remedio que confrontar a quien fuese.
-Hey chico, ¿ Por qué tanta prisa? – Preguntó Demian, soltando del brazo a Eliot.
-Demian... me has dando un susto tremendo – Dijo el vampiro sintiendo como un calor en el pecho se disipaba suavemente. Por instinto llevó su mano hacia atrás de su espalda junto con el papel que arrugaba con sus dedos involuntariamente.
-¿Qué traes ahí? – Pregunto el mayor, notando que el vampiro ocultaba algo.
-No es nada – Dijo este de manera serena.
-Vamos, dime...
-Demian - Hizo una pausa pensando en cómo zafarse de mostrar el papel. Por algún motivo Martin había detonado una desconfianza solida en su interior con respecto al demonio- No estás en condiciones de pedirme nada.
-¿Y eso? ¿Por qué, pequeño? – Rió Demian, mientras le miraba con una ceja arqueada sin entender por qué de la nada el vampiro había puesto tal barrera.
-Porque... aun no me cuentas lo que me debes – Sacó de sus recuerdos dicho pasaje que podrían sacarlo de esa situación- te salve,¿ Recuerdas? – Había encontrado la excusa perfecta por la forma en que Demian lo miraba.
-Ya veo - Echo a reír con más fuerza. Luego cogió del brazo a Eliot y reanudo los pasos de ambos - Vamos al comedor, ahí te cuento.
El comedor tenia la estructura típico de una escuela. Habían mesas grandes por todas partes y una barra gigante al fondo del recinto donde se mostraba la comida que estaba disponible gracias a las cocineras que eran ayudadas por uno que otro interno con un buen estado de conciencia, obviamente a lo que se podía pedir dentro del sanatorio.
Ambos se acercaron a la barra tras tomar una bandeja cada uno y comenzaron con la cadena de producción. Una chica con el uniforme de paciente colocó sobre las bandejas de ambos un plato que parecía de plástico junto a los cubiertos del mismo material, luego pasaron por otro que les colocó una pasta de color café claro sobre el plato y luego una rebanada de pan que aparentaba ser del día anterior por lo duro que había sonado al caer sobre el plástico de la bandeja sobre una servilleta. Tras estos primeros pasos llegaron hasta una mujer un tanto subida de peso que revolvía con un cucharon una sustancia viscosa dentro de una olla a su lado y con la mano libre sostenía una pinza con la que colocaba un pedazo de carne no más grande que la suela de un zapato sobre el plato de cada uno. Por último aun que no menos importante, una chica conocida de ambos chicos colocaba una copa de plástico que contenía un delicioso postre de frutas en cada bandeja. Ella les había guiñado el ojo derecho a Demian, mientras su otro ojo era cubierto por un parche.
-Disfrútenlo... - Comento con una sonrisa suave.
-Sabes que así será, Scarlett – Menciono Demian, guiñándole el ojo de vuelta.
Eliot por su parte sonreía de forma suave, en su mente había agarrado nota mental de hablar con ella cuando hubiese tiempo ya que era quien podía darle explicación más detallada acerca de su facción, después de todo era la única vampiro a parte de su hermano que había conocido durante toda su vida.
Ambos fueron a tomar asiento a una de las mesas que ya estaba ocupada, pero a una distancia considerable del otro grupo para no tener complicaciones.
-Me trae loco, ¿Sabes? – Dijo Demian, suspirando mientras picoteaba las frutas del postre con el tenedor.
-Lo noto – Rio Eliot sin aguantar el comentario.
-Bueno ya, ahora si te cuento todo lo que quieras saber. – Mencionó el hombre mientras sacaba algo de la pasta sobre su plato – Por cierto, es puré de patatas o al menos eso intenta ser. – Luego llevo el cubierto con la porción de comida a su boca y saboreo el bocado – Si, sabe a patatas aunque sea difícil de creer
-Dime que fue exactamente lo que te dijo tu precognitivo. – Exigió casi de inmediato el vampiro sin dar mucha importancia a la apreciación del demonio con respecto a la extraña comida.
-Lo recuerdo bien – Comenzó Demian- Ese día habíamos terminado de preparar al grupo que incursionaría en el asalto al banco y fue cuando él se impuso ante nosotros. Lo tome por sorpresa cuando intentaba convencer a Brodie de que no fuese. El precognitivo me dijo que ese mismo día un niño llamado Eliot mataría a uno de mis mejores aliados sin importar a quien pusiera como obstáculo para llegar a mí. Por eso puse a uno que impusiera algo de respeto - Rio – Me recalcaba que tenias algo especial
-¿Especial? –Repitió el vampiro mientras miraba a Demian imaginando lo que había sido ese día.
-Si, destacas en tu facción, aun que no me dijo el por qué – Dijo mientras cortaba la carne – Pero si hay algo importante en todo esto es el hecho de que tu no puede ganar el torneo de habilidades.
-Pero no lo entiendo, ¿Por qué? - Exclamó Eliot, tan confuso como la primera vez que escuchó aquello de la boca del mayor.
-Me dijo que imponías un gran problema si ganabas el torneo – Cogió un trozo de carne y lo llevo a su boca. Tras tragarlo continuo con tranquilidad – Me dijo que todo quedaría sumido en oscuridad durante el día en que tendrías tu pelea final y eventual triunfo. Luego de eso, Un ser se elevarías de las tinieblas y destruiría el equilibrio que siempre hemos llevado, desatando una guerra en la que conseguiría ganar y aplastarnos a todos. Por eso no debes concursar, básicamente eres la llave de ese caos.
Eliot sintió un escalofrió y su vista fue directamente al plato de su bandeja donde se asomaba la esquina de un nuevo papel, pero su atención se discutía entre eso y lo que Demian había revelado ya que no sabía si creer o no, ¿Cómo podía ser posible que tan solo con ganar ocurriesen tales desgracias? ¿A qué ser se refería? Ahora Eliot sentía confusión e incertidumbre acerca del futuro que le deparaba. Sin esperar nada mas, Eliot se levantó de su asiento y tomó su bandeja, tenía la necesidad de leer el nuevo papel que su plato tapaba pero no podía hacerlo frente a Demian.
-Hey niño, ¿A dónde vas? – Pregunto el mayor sin entenderle. – Tienes que contarme que ocultabas – Exigió alzando un poco la voz.
-Quizás luego. Nos vemos – Cortó Eliot y se dio media vuelta para largarse sin siquiera esperar una respuesta de Demian. Colocó su bandeja sobre una estructura de metal en la que se colocaban las bandejas que ya habían sido utilizadas y en un ágil movimiento saco el papel. Posteriormente salió del casino y comenzó a caminar por el pasillo de vuelta a su habitación mientras desdoblaba la hoja hasta que lo consiguió abrir.
-<<¿Qué le pasa a ese tipo? Dice demasiadas cosas raras... ¿Por qué no tendrías que concursar? Tienes que mantener tus creencias a flote, no te doblegues. >> - Pero aquellas palabras causaron más confusión en el. Ahora sí que no sabía en quien realmente confiar.
Eliot llegó a su habitación y se sentó en la cama mientras bajaba momentáneamente la mirada. Al subirla nuevamente vio a su compañero despierto y meditando como lo había estado haciendo antes del shot de Reprise. El se alegraba de ver que estaba consiente ya.
-¿Estas siendo un puente para que los papeles aparezcan? – Le pregunto el vampiro, aun que sabía que la respuesta seria el silencio. Su mano se deslizo de forma instintiva bajo la almohada y como se lo esperaba saco un papel de dicho lugar.
-<< No te resistas >> - Fue lo único que encontró escrito en la nota. Sus ojos pronto se fijaron en la puerta puesto había sonado un par de segundos después de haber leído el papel que arrugaba en su puño, había entrado el enfermero de la vez anterior, con ambas jeringas y la misma inexpresivo en su rostro, como si de un deja-vu se tratase. Pasó exactamente de la misma manera que antes; el enfermero colocó primero la dosis de Reprise a Ellux a quien previamente lo había derribado sobre la cama y luego preparo la jeringa para Eliot, quien le hizo caso a la nota y se tendió de forma voluntaria sobre la cama para recibir el medicamento que lo hizo volver al mundo de los sueños tras doloroso espasmos y ardor en sus venas.

La misma historia se repitió día tras día, el enfermero entraba, sometía a Ellux y luego cuando iba a por Eliot este tan solo se acostaba en la cama como un buen chico y recibía la medicación.
No solo en eso se había vuelto casi un esclavo el vampiro, sino también en las demás ordenes que tenía como el hecho de ir a las regaderas, el de ir a El Punto cuando le mandaban, el de volver a su habitación e incluso el momento en el cual ir a la cafetería. Se había vuelto un engranaje del sistema que funcionaba tal cual ellos querían.
Para no desmotivarse con la idea de ser una simple marioneta de un show que se repetía diariamente a la misma hora y en el mismo canal, Eliot leía las cartas que le mandaba Martin desde el pasado en donde siempre se encontraba mensajes de aliento y fuerza que le ayudaban a sobre llevar aquel encierro.

Un día, en el Punto mientras Demian seguía llevando a cabo su plan, informando a unos cuantos de sus seguidores dentro del sanatorio, Eliot encontró la oportunidad precisa para hablar con Scarlett que se encontraba sentada en el marco de uno de los ventanales mientras observaba el patio que aparentaba mostrar una escena de noche, pero como ellos sabían podía ser cualquier hora del día por el solo hecho de que en Blackword City jamás amanecía.
-Hey, Scarlett- Saludo Eliot, esperando que la mujer le diese un buen recibimiento.
-Hola Eliot, ¿Qué ocurre? – Menciono esta con aire amistoso, mientras le miraba con su ojo descubierto como se acercaba. – Si es por lo de Demian te juro que ya reuní todo lo que me pidió, aun que aun no voy por los tanques de oxigeno de la enfermería, cientos que los enfermeros ya nos tienen el ojo en sima.
- No , no es eso – Rio Eliot, mientras se daba la autoridad de tomar asiento a un lado de ella – Es sobre lo de... la facción.
-Te he visto bastante dudoso al respecto. – Mencionó la mujer con una sonrisa un tanto suave- Creo que no estuvo correcta la forma en que te trate cuando llegaste al grupo.
-No pasa nada, aunque lo mejor que podrías hacer seria hablarme acerca de las mordidas y el por qué mis ojos están negros de vez en cuando y..
-Una cosa a la vez, chico – Mencionó está colocando el dedo índice sobre los labios de Eliot- Primero las mordidas, existen tres tipos de mordida.
-Vale – Respondió él, en cuanto la mujer bajó la mano y le dejo libre.
-Una para alimentarse – Continuo ella – aunque esa está obsoleta por los múltiples reemplazos alimentarios que han hecho, era la que obviamente matas a tu presa al drenarle la sangre, otra que es para lastimar que es cuando no sacas sangre y solo rompes tejido o piel o lo que sea tu objetivo... y otra es la conversión.
-¿A qué te refieres con ese término?
-Fácil, conviertes a alguien más en vampiro.
-Entonces, ¿No nacimos vampiros?
-No todos – Dijo Scarlett- Se dice que hay tan pocos vampiros puros que casi es imposible toparse con uno. Aun que hay rumores que en tu familia, Eliot, hay un vampiro puro.
Aquella noticia le hizo sentir escalofríos. La única persona que podía ocupar aquel puesto tan reconocido en la facción era su hermano, aun que de todas formas no sabía de los demás miembros de su familia que fuesen vampiros, puesto Nicole era aun humana.
-¿Qué tienen de especial los vampiros puros? – Pregunto con curiosidad.
-Son lo mejor de lo mejor – Menciono ella – Ellos poseen ventajas únicas que nosotros los convertidos jamás tendremos. Por ejemplo, los vampiros originales pueden salir a la luz del sol sin sufrir quemaduras, pueden hipnotizar con la mirada y también ver en la más absoluta oscuridad, entre muchas otras cosas más.
-Una raza superior... - Dijo Eliot, suspirando.
-Lo son Eliot, lo son – Reafirmo Scarlett ante de mirarle de reojo – ¿Cuál era tu otra pregunta?
-El color de los ojos – Menciono Eliot – Digo, mis ojos naturalmente eran dorados, aun que de vez en cuando se volvían negros como ahora si no tomaba unas píldoras que hasta hace poco descubrí que eran de sangre artificial – Eliot no lo olvidaba. Piero le había confesado de que estaban hechas las pastillas que le daba Nicole, con quien tendría una charla cuando volviese.
-Es natural cuando se nos acaba el suministro de energía cuando tenemos los ojos dorados estos se vuelven negros, pero se recuperan al tomar sangre. Sin embargo, cuando tenemos los ojos rojos estos jamás vuelven a ser de color negro ante la fatiga. Hay estudios que dicen que era para no vernos débiles contra los Lycan.
-Ya veo. Pero, ¿Por qué mis ojos tienen estas manchas rojas? – Señalo una de las manchas en su iris que tenía el mismo tono que el ojo de la contraria.
-Los ojos rojos aparecen cuando convertimos a alguien. Como tú mordiste sin matar liberaste un químico que se ocupa para convertir a otras personas de forma automática, por eso tus ojos no se tintaron por completo ya que no mantuviste la mordida lo suficiente para convertir a quien hayas atacado.
-Ahora todo me queda más claro - Mencionó Eliot.
-Me alegro mucho. A por cierto, los neófitos o vampiros en inicio tienen los ojos de color celeste casi blancos, para que no te vayas a asustar cuando conviertas a alguien – Rio por lo bajo la mujer.
-Lo tendré en cuenta Scarlett – Rio el joven vampiro.
Pronto los ojos manchados de Eliot miraron hacia el lado donde se encontraba un blanco papel que se encontraba bajo una almohada apoyada en el marco de la ventana al lado del pie izquierdo de Scarlett. Eliot necesitaba sacarlo sin que ella se diese cuenta para no tener que explicar de qué se trataba.
-¿Algo más que quieras saber Eliot? – Pregunto ella mirándole de reojo.
-No, creo que sería todo - Palpaba con sus dedos el lugar donde se encontraba el papel, pero algo mas lo desconcentró en ese instante. Incluso antes te de que Scarlett llamase su atención para que fijase la mirada en frente Eliot ya lo había hecho. Sus ojos estaban tan abiertos que parecía que se iban a salir de sus orbitas en cualquier momento al mismo tiempo que su corazón rompería su torso para escapar a la velocidad de la luz por la forma tan rítmica y sobresaltada cuando vio a aquel chico entrar a El Punto. Era tan pulcro como siempre lo había sido con aquel cabello castaño ligeramente desordenado, semblante limpio y puro libre de toda maldad de la vida moderna y aquellos ojos verdes protegidos como un par de esmeraldas tras el cristal de sus anteojos.
Los labios de Eliot se movían sin emitir ruido alguno, en un murmullo silente que ponía en exposición su impresión al tiempo que cogía el papel a su lado y lo llevaba de forma celosa hasta su mano para encerrarle en un puño sin tener conciencia plena de su acto.
-Eliot, oye Eliot... ¿ Hay alguien ahí? – Scarlett movía a Eliot para despertarlo de su transe, con suaves movimientos sobre su hombro hasta que este volteo la mirada a ella - ¿Haz escuchado lo que te dije? Creo que han venido a ver a alguien, mira su uniforme – Señalo la chica sin hacerse notar demasiado.
No sabía bien de que se trataba todo eso, el uniforme del chico era bastante elegante, como si de un traje de alta costura se tratase. Confeccionado en un material aparentemente ligero, de colores negro y gris. El conjunto era una playera blanca ajustada con una chaqueta corta en sima de media manga con ambos colores, un pantalón no tan apretado de color negro y varios cinturones que cruzaban la cintura y algunos que cruzaban por sobre la pelvis. Jamás había visto un traje de esa forma en aquel lugar, lo único que había visto eran los trajes de los funcionarios y el que el usaba en calidad de interno, pero el traje que aquel chico usaba era totalmente distinto a cualquier otro.
La voz de Eliot volvió a su lugar y salió de su garganta en un hilo dificultoso luego de reiterados intentos de escapar del encierro de su laringe que incluso dolía por lo apretada y seca que estaba.
-Leo – Dijo lento y suave casi en un murmullo.
-¿Leo?¿ Le conoces? – Preguntó Scarlett mirándole extrañada.
-Es Leo -Confirmó Eliot antes de ponerse de pie- Joder, ¡Leo! - Grito mientras iba corriendo hacia el mencionado sin mediar su acción.
-¡Eliot! Espera – Dijo la mujer estirando su mano sin oportunidad de coger el brazo de él para detener su enérgico avance.
Eliot cruzó El Punto a paso rápido para llegar hasta donde se encontraba Leo, quien subía la mirada casi en el momento en que el vampiro llego a unos cinco metros de distancia de él antes de que un enfermero lo sostuviese de brazos y torso frenándolo en seco. Los ojos de Leo se posaron en el vampiro con una cálida mirada al notar de quien se trataba.
-¡Hey! ¿Que hacen? – Exclamó enfadado el vampiro mientras intentaba zafarse.
-Eliot, amigo... tiempo sin verte – Mencionó el castaño, mientras anotaba en una tabla con una hoja llena de números y cuadros como si de una evaluación se tratase. – Mmm ¿Será él, cierto? – Pregunto a los enfermeros mientras le apuntaba con la parte superior de una pluma mientras ellos daban la afirmativa. – Perfecto. Eliot, me han mandado a evaluarte.
-¿Qué? – Preguntó este, confuso de la situación.
-Así es, Angie me ha enviado a evaluarte. Quizás te acorten la sentencia- Menciono el castaño con una sonrisa suave.
A Eliot le incomodaba el semblante tan tranquilo que tenia Leo. No lo veía de tanto tiempo pero a este no parecía importarle del todo, ni siquiera le había dado un abrazo como él lo tenía planeado, ni siquiera se notaba preocupado por que estuviese internado en aquel lugar. Eliot tan solo se tranquilizo bajando los brazos y logrando que los enfermeros lo dejasen libre, aun que no le quitaban la vista de en sima.
-Veamos... - Dijo Leo, pasando su dedo índice derecho por la hoja sobre la tabla – Ya. Eliot necesito ver tu tolerancia al Reprise.
-¿Quién debe ir con usted, profesor? – Pregunto uno de los enfermeros que según la identificación de su broche se llamaba Scott.
-Iré solo, no hace falta nadie. Me se defender solo y ustedes saben hacer su trabajo, por lo que no deben aprender nada de mí. – Menciono Leo, con aquella imborrable sonrisa en sus labios. – Tan solo preparen el medicamento. Eliot, nos vemos en tu habitación en una hora. Procura ser puntual porque mi tiempo vale oro.
No le dio tiempo alguno a Eliot de responder por que casi inmediatamente el chico se marchaba con los enfermeros mientras anotaba unas cuantas cosas en la tabla. El vampiro esperaba que no fuese nada malo ya que al parecer estaba en las manos de su viejo amigo salir de aquel encierro antes de cumplida la fecha limite que tenia para entrar al torneo. De pronto se acordó del papel que aun tenía en su mano y no esperó abrirlo en un lugar solo, ya de por si se sentía solo al estar tan alejado de todo su grupo en El Punto. Dio unos cuantos pasos hacia a delante y abrió el papel tan solo para toparse con dos palabras finalizadas con un punto más que definitivo al final de la segunda.
-<<No confíes. >> - Las dudas se apoderaron de la mente de Eliot nuevamente, ¿A quién se refería Martin? ¿A Demian? ¿A Scarlett? ¿ A Leo? No lo tenía claro y quizás no lo sabría hasta que ya todo fuese inevitable o al menos eso era lo que sentía.

Las hora pasaron lenta y difícil, pesándole como nunca al joven vampiro. La espera lo llenaba de ansiedad que se traducía en una taquicardia suave pero que para él era como si su corazón quisiese salir disparado por su garganta. Eliot podía comprender en este momento el cómo se sentían las personas que iban a ser ejecutadas por la pena de muerte .
Eliot había salido del comedor hace unos quince minutos atrás sin poder ingerir absolutamente nada y sabia que Leo había anotado eso, viéndolo de algún lugar del gran comedor que no pudo deslumbrar mientras miraba a su alrededor. Se sentía observado todo el tiempo pero prefería callar antes de explotar y salir corriendo o simplemente encarar a quien fuese, sabía que los errores se pagaban caro y no tenía tiempo a su favor para pagar esa condena.
Mientras caminaba hacia los salones de dormitorios vio pasar a Leo, unos cuantos metros más allá y junto a un enfermero que tenia la bandeja de acero en sus manos donde probablemente llevaba la jeringa con el medicamento. Su corazón se acelero tal cual lo había hecho en una primera oportunidad y sus pies respondieron al compas de este órgano, haciendo que los pasos del vampiro fuesen aun mas rápidos y largos mientras observaba como el enfermero se retiraba dejando a Leo en la puerta de la habitación. Él abrió la puerta con la diestra y se dio media vuelta para mirar al vampiro llegar con si hubiese sabido que venía caminando por el pasillo.
-A delante, Eliot – Menciono Leo quitándose del frente de la puerta.
-De acuerdo – Fue la respuesta de Eliot mientras ingresaba a la habitación. Lo primero que hizo fue mirar hacia la derecha para comprobar si su compañero de habitación se encontraba pero grande fue la sorpresa al notar que no se encontraba ahí por primera vez. Comenzó a pensar en que había pasado con el precognitivo cuando el sonido de la puerta cerrándose lo sacó de las escenas de su mente para dar paso a la vista de sus ojos que notaron como Leo caminaba hacia la mesa pequeña al lado de la cama para depositar ahí la bandeja de acero inoxidable.
-Necesito que te recuestes para administrar el Reprise.- Ahí estaba nuevamente ese tono con el cual le hablaba Leo, era tan indolente, tan insensible y poco cálido que calaba en los huesos de Eliot con potencia haciéndole un daño enorme. Eliot se mantuvo quieto unos cuantos segundos antes de darse la vuelta de forma rápida y sin mediar su fuerza se abalanzo contra Leo, tomándolo de ambas muñecas y colocándolo contra una de las paredes de la habitación chocándolo con esta por el impulso.
-¡Dime! – Exclamo Eliot, sin soltarlo – Dime... ¿Qué fue lo que te pasó, Leo? – Su voz se quebró un poco al decir aquellas palabras pero necesitaba la verdad.
-Eliot- Su sonrisa imborrable permanecía en sus labios a pesar de todo. No era una expresión burlesca si no llena de paz- ¿A que te refieres?
-No te hagas el idiota. Tu... tu no eras así – Tomó de las muñecas a Leo nuevamente y lo sacó de la pared solo un poco para volver a estrellarlo contra ella, notando la expresión de este al cerrar sus ojos. - ¿Dónde está el Leo que yo conocí?, ¿¡Dónde!?
El tan solo rio por lo bajo. Luego abrió los ojos y observó directamente a los del vampiro.
-¿Qué me dices de ti? ¿Dónde quedó el Eliot que yo conocí? –Menciono Leo, sin siquiera forcejear contra el vampiro. – No eres el mismo tampoco, no eres de quien me enamore. Solo mírate, eres un animal ahora, lleno de ira e impulsividad.
Sus palabas dejaron boquiabierto al vampiro, quien no sabía cómo responder a las preguntas del chico. Bastó un par de segundos para que Eliot soltara las muñecas de Leo y colocara ambas manos en las mejillas de este, al tiempo que sus labios iban a los contrarios y los atrapaba en un beso lleno de necesidad, lleno de aquel deseo que tantos años se había privado tras la partida del contrario. Bajo todo mal pronóstico de cómo había comenzado aquella confrontación sentimental, Leo no forcejeo ni atacó a Eliot, todo lo contrario; correspondió aquel beso. Los labios de ambos chicos se rozaban con tanta intensidad que incluso llevaba a doler, mientras sus lenguas se encontraban dentro de la unión de ambas húmedas cavidades en un movimiento que hacía perderse a cada uno en el otro. Leo hizo retroceder a Eliot a la cama sin cortar aquel beso tan apasionado hasta caer ambos en el colchón que amortiguo su caída, al tiempo que Eliot rápidamente cambiaba de posición con Leo colocándose sobre él. Sus ojos se abrieron en el mismo momento y sus miradas llenas de fuego se cruzaron antes de que el vampiro soltara los labios del chico y bajase hasta el cuello de este.
-Eliot...- Suspiraba el castaño, mientras acariciaba la espalda y cuello del contrario quien no paraba de dar besos y lamidas a la extensión de su cuello causándole un escalofrió en todo el cuerpo.
Eliot tenía que concentrarse el doble por la falta de alimento que tenia, sentía el calor del cuerpo de Leo por la sangre que fluía por sus venas y el hambre se apoderaba de su razón, pero no podía morderlo, No podía lastimarlo. Con desesperación, Eliot arrancó las ropas de Leo rompiendo su playera y dejando al descubierto su torso marcado y tonificado que ocultaban celosamente aquellas ropas que ahora yacían bajo las espalda del castaño hechas girones. El vampiro bajó hasta el pecho ajeno y recorrió posesivamente delineando con su lengua cada marcado musculo con lujuria desenfrenada hasta llegar a su obligo, cuando le lanzo una mirada mientras jadeaba. Quería su consentimiento a pesar de que si lo tenía o no continuaría de todas formas con sus instintos más bajos, por suerte Leo asintió mientras se mordía el labio inferior. Él sin perder ni un solo segundo abría el pantalón del contrario con más cuidado que con la playera que este llevaba puesta. Bajó la ropa interior del castaño a su merced y se topó con la erección de este muy cerca a su rostro.
-Te deseo... - Mencionó Eliot ante el silencio que se había desplegado entre ambos y que del cual no se había dado cuenta hasta que miró nuevamente al rostro de Leo. Posteriormente dio una lamida a toda la longitud del miembro del contrario provocando que se endureciera aun mas.
La mano derecha de Leo se dirigió con algo de timidez al cabello de Eliot como si le estuviese dando una orden sin siquiera decir nada, sabía que si abría la boca no saldrían palabras de esta por las enormes cantidades de placer que Eliot le daba con cada acción que llevaba a cabo. Pronto Leo tuvo que cerrar los ojos y morder con fuerza su labio inferior ya que Eliot había introducido la vigorosa erección en su cálida boca y lamia de manera interna, al tiempo que movía su cabeza lo que causo oleadas de placer a Leo que en su vida había sentido.
El sabor del miembro de Leo se mezcló con el pre semen que salía de este por la reacción natural a los estímulos. Eliot disfrutaba de su propio actuar hasta que se quedo sin aire y tuvo que detener sus movimientos , sacando el húmedo falo de sus fauces mientras jadeada.
Leo, por su parte, abrió la boca para dejar escapar un suspiro que hizo evidente que el trabajo de Eliot estaba siendo bien realizado. Luego, miro a quien le estaba acariciando el cabello y lo hizo subir hasta su altura. No podía negar que no quisiera seguir sintiendo la boca de Eliot dándole aquel exquisito placer, pero también se moría por tener sus besos.
Sus labios se tocaron nuevamente con pasión y energía entre suspiros de placer, en los cuales se filtro alguna palabras del castaño.
-Te ... necesito... -Menciono este, mientras abría el pantalón del vampiro para igualar sus condiciones.
Eliot no respondió a aquello y siguió besándolo esperando a que le despojara de sus ropas. Primero su pantalón, luego la playera y por último la ropa interior para liberar la hombría de Eliot que fue apresada por la mano derecha de Leo que lo acogió con desesperación para masturbarlo, al tiempo que Eliot hacia lo mismo con su mano derecha sobre el miembro de Leo que ya estaba menos húmedos. Ambos chicos dejaban en segundo lugar su necesidad básica de respiración y se enfocaban mas en el placer, en sentir el cuerpo del contrario totalmente suyo y disfrutar de todo aquello que los llevaba a los estadios más grandes de satisfacción.
Pronto y en un desliz de deseo carnal, Eliot puso boca abajo a Leo quien no se resistió ni en lo más mínimo y se montó sobre él, colocando su miembro erecto entre las nalgas desnuda del chico. Al momento de subir su cuerpo para tener mejor posición, el vampiro notó un vistoso tatuaje en la espalda de Leo, un circulo con unas formas retorcidas que había visto en algún libro de texto. La curiosidad de Eliot no se mantuvo a raya y haciendo reposar su cuerpo sobre la espalda del castaño acerco sus labios al oído de este.
-¿Qué eres...? – Le preguntó, temiendo la respuesta de este.
-Eso que importa ahora– Respondió el chico entre jadeos.
-Dímelo...- Exigió Eliot, apresando las manos de Leo bajo la almohada con las suyas encima .
-Soy un ángel - Menciono en el mismo tono de susurró el chico del cabello castaño.
Pero no era momento para detenerse a hacer más preguntas, las oportunidades a veces solo se dan una vez en la vida y aquella pintaba de esa forma. Dejando pasar aquello a segundo plano, se incorporó nuevamente y afirmándose de la cadera del chico al obedeciendo sus instintos más primitivo comenzó a penetrar.
Leo gimió con fuerza mientras ocultaba su rostro en la almohada y apretaba las sabanas bajo sus palmas volviéndolas parte de sus puños, sintiendo como el vampiro entraba a su cuerpo sin tener la menor delicadeza. Ambos estaban tan desesperados que no había tiempo para preocuparse por aquello, más aun, podían descubrirlos en cualquier momento.
Eliot dejo de lastimar a Leo en el momento en que sintió que no podía estar más a dentro de su cuerpo y comenzó a moverse, dando pequeñas embestidas en un principio que los hacían gemir a los dos y que se intensificaron en cuanto el cuerpo del ángel se acostumbró al miembro del vampiro. A su vez, el dolor iba desapareciendo gracias al efecto del placer que llenaba los cuerpos de ambos y brotaba por cada poro de ambas húmedas pieles por el calor que se apoderaba de la habitación. El vampiro continuo con aquellas embestidas, con intensidad y rapidez mientras sentía cosquilleos eléctricos desde su miembro y hasta la parte baja de su pelvis los cuales se difuminaban recorriendo todo su ser por completo, tal y como lo hacía a su vez el cuerpo de Leo, que temblaba de placer incapaz de contener los gemidos que ahogaba en la almohada. Pronto, por la intensidad de el acto sexual que llevaban a cabo, el ángel sintió como su miembro se hinchaba aun mas y las ganas incontenibles de evacuar su esencia se hacían presentes, a pesar de que Eliot no estuviese dando estimulo físico alguno sobre él.
-V-Voy... A... Ahí-h... acabar... - Menciono el castaño, sin mover su boca de la almohada.
Eliot no respondió una vez más a las palabras de este ya que sus gemidos y suspiro que intentaba ahogar con todas sus fuerzas se apoderaban de su boca junto a los escalofríos que recorrían todo su cuerpo en repuesta a la presión de su abdomen bajo. Al parecer tampoco soportaría mucho mas aquel acto. Este se tumbó sobre la espalda del ángel, tapando el tatuaje de la aureola de Leo que había comenzado a cambiar sin que Eliot se diese cuenta y extendiendo sus manos hasta quedar sobre las del chico, entrelazando sus dedos y sin detener sus embestidas a esperas de sentir aquel orgasmo venir, el cual no tardo mas allá de unos cuantos segundos más y que ambos lanzaron al unisonó mientras sus cuerpos temblaban de fatiga y placer.
Una vez que ambos se corrieron, Eliot se salió del cuerpo de Leo y se acostó a su lado mientras ambos jadeaban y se miraban de reojo con una sonrisa de oreja a oreja.
Eliot alzó su distrae y la apoyó en la espalda de Leo para dar suaves caricias sobre esta y fue en ese instante que se dio cuenta de la alteración de la aureola que ahora estaba llena de manchas negras tatuadas como si hubiesen derramado tinta en sima.
-Leo algo le pasó a tu marca – Exclamó Eliot mientras se había intentado incorporar para tener una mejor visión de la marca, pero en un movimiento sumamente rápido del brazo de Leo, este cogió la jeringa que se encontraba en el contender de acero quirúrgico sobre la mesa y le clavó la aguja en el pecho a Eliot, administrando el negro liquido en su cuerpo sin siquiera expresar remordimiento en su mirada calmada.
-¿Qué...? – Exclamo Eliot, quien había quedado totalmente atónito ante la acción de Leo mientras veía como este lanzaba la jeringa lo más lejos que pudo dentro de la habitación.
-Lo siento. – Su tono ocupado era de cinismo puro como lo había detectado Eliot sin creer la falsa culpa del castaño.
Y eso fue lo último que Eliot pudo escuchar, ya que las sombras invadieron hasta el último pedazo de su conciencia mientras era sumido en la oscuridad absoluta de un profundo sueño.
Cuando despertó seguía desnudo, pero tapado con una sabana y Leo no se encontraba a su lado. Se dio media vuelta al sentir a alguien en la habitación y sus ojos se toparon con la mirada fría de uno de los enfermeros.
-Ya era hora. Toma – Mencionó este mientras le lanzaba su ropa característica y no el uniforme de interno – Eres libre. Unas chicas te han venido a buscar. Te espero afuera para acompañarte hasta la salida.
No podía creer lo que estaba escuchando, al fin saldría de aquel lugar mucho antes de lo planificado pero no dejaba de sentirse un tanto incomodo por los pensamientos que invadían su mente ahora, todos referentes a Leo. Mientras se vestía a solas en su habitación, pensó en lo que había acontecido hace algunas horas atrás, ¿ Había sido todo gracias a Leo? Que sucio se sentía ahora, no podía quitar de su mente la idea de que había comprado con sexo su salida de aquel lugar incluso si no hubiese sido así. Se sentía asqueado.

Luego de salir de su habitación y seguir al enfermero hasta la salida, vio a Demian quien se despedía de él con la mano y una sonrisa amplia un tanto incomoda surcando su rostro, se podía oler la maldad que emanaba del cuerpo del chico y su inminente salida de aquel lugar que dejaría, quizás, un centenar de personas lastimadas por la explosión.
Cruzó la ultima puerta que llevaba al recibido solo para encontrarse con dos pares de ojos azulados que le miraban atentos, aunque uno más animado que el otro. Gigante fue la sorpresa que se había dado Eliot al ver que se trataba de Alice y Cindy.
-Lindo lugar, ¿cierto? Te van a extrañar aquí – Menciono Cindy, con los brazos cruzados bajo sus pechos.
-Pueden extrañarme todo lo que quieran – Dijo Eliot, sonriendo de forma burlona ante las palabras de Cindy quien en un gesto infantil le sacaba la lengua. – No pienso volver jamás.
-Que gusto verte de nuevo, Eliot – Menciono Alice, yendo a abrazar al vampiro – Junto a Cindy te hemos venido a buscar... Necesitamos de tu ayuda.
-¿Ayuda? – Pregunto Eliot, un tanto extrañado mientras abrazaba a Alice.
-Como oíste, iras con nosotras a pedir explicaciones a nuestro padre. Quieras o no. –Dijo Cindy.
Fu sorpresiva la notica para el vampiro y mucho más que entre los solicitantes estuviese la misma chica que lo había encerrado ahí.
-...Vale, ¿Cuándo? – Pregunto Eliot.
Alice se separó de Eliot y fue hasta donde se encontraba su gemela.
-Mañana a primera hora. – Mencionaron ambas chicas tomando cada una de un brazo a Eliot.

De esa manera los tres chicos abandonaron el lugar y a los pocos minutos de que se fueran, la primera explosión reventó estrepitosamente los ventanales que se encontraban en El Punto, mientras una risa malévola se hacía escuchar antes del segundo estallido.



T.D.A. - Libro I : Black StarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora