Una larga conversación se dio paso tras las presentaciones. Ahora ya no era privada la información a Alice a cerca de donde se había ido a meter en su carrera por atrapar al chico que al parecer jamás pudo ser encontrado ya que según Stephan no había visto a un menor de tales características. Ahora todos tenían una noción de lo que estaba ocurriendo; Resulta que Stephan realmente era un hijo que el padre de Cindy y Alice, el señor Azel Lutwidge, había tenido años antes de casarse con la madre de ellas y que ninguna de las tres , incluye a Luzbeth la madre de las gemelas, sabía nada al respecto. Grande fue la sorpresa de ellas al enterarse por las palabras de su nuevo hermano paterno que Azel había muerto hace más o menos un año y medio por "tristeza", desencadenada por la pérdida de Luzbeth un año antes de su descenso a causa de un cáncer óseo. Lo que pasó después, y que a Cindy le hizo enfurecer de sobre manera, fue que se buscó al heredero de la mansión Lutwidge que había puesto su padre en un testamento encontrado en el bolsillo derecho de este, en el cual se especificaba que el único con derecho a todos los bienes económicos era Stephan.
Esto lo acababa de contar el actual dueño de la mansión mientras todos se encontraban sentados alrededor de una pequeña mesa de vidrio o cristal mientras tomaban una tacita de té. Stephan había pedido una segunda taza que se la servía uno de sus " sirvientes" , un chico que aparentaba la edad de la mayoría del grupo. El chico tenía el cabello blanco y los ojos de color magenta, la piel pálida y una expresión tímida, extrañamente su apariencia lo hacía lucir como un conejo blanco.
- Muchas gracias, Jacob – Exclamó Stephan dedicándole una suave sonrisa. – Puedes retirarte.
-Para servirle, amo. – Respondió el chico del cabello blanco. Hizo una reverencia sin derramar ni una sola gota del contenido de la elegante tetera que tenía en sus manos y posteriormente se retiró del salón.
-Bueno estimados, esa es la verdad de lo que acontece – Mencionó Stephan con una sonrisa suave mientras miraba a sus hermanas.
-Ha pasado tanto – Exclamó Alice mientras se cruzaba de brazos y suspiraba – Pero aun no entiendo porque yo no recuerdo este lugar ni nada con referencia a nuestro padre.
-Me gustaría saberlo yo también Alice, pero supongo que no tengo esa información – Este hizo una mueca y luego lanzó su mirada hacia la otra rubia - ¿Pasa algo, Cindy?
Cindy se encontraba sentada en un sofá individual de cuero sin colocarse de forma elegante alguna por lo cabreada que se sentía al escuchar tantas cosas de las que se venía a enterar ahora. Según lo que pensaba Eliot, si la viesen así en una entrevista para convertirse en modelo jamás la escogería, ni por su pose ni por su floreado lenguaje, aun que poco es lo que se les pide a las modelos hablar.
-Si será hijo de puta Azel... - Exclamó en un suspiro, mientras revolvía el poco té que quedaba en su taza con la mano derecha – Primero me dice que no me preocupe por mi futuro y me manda a Darkness Academy y luego esto, ¿Quién lo entiende? De seguro tu lo hacías muy bien Stephan, de lo contrario no te hubiese dejado a cargo de todo. Vaya mierda
Todos podían deducir el amargo tono con el que hablaba Cindy al respecto, se veía totalmente podrida en el odio ante su padre. Odio que Alice no podía sentir, después de todo no podía recordar nada aun de su infancia, de lo que había antes de llegar a la familia que la acogió en Blackhole city.
-Vamos Cindy – Nicole tomó la palabra mientras miraba a la rubia mencionada por ella con una expresión suave, algo que hizo que la rubia abriese los ojos con sorpresa- Quizás vuestro padre tuvo muchos motivos para poner a Stephan como el heredero y no a los tres juntos. Piénsalo, Cindy, Stephan es el mayor de ustedes, Alice tenia amnesia y se encontraba en otra ciudad y tu...
-¿Yo qué? –De toda la sorpresa que le había provocado que Nicole hablase se había contenido con una mala idea de lo que diría - ¿Soy altanera? ¿Poco responsable? ¿Una idiota?
Como era de esperarse la reacción de la chica de cabello violeta no fue indolente en lo absoluto, sus ojos desviaron la mirada de forma apenada y su sonrisa suave se apagó en una mueca seria que evidenciaba una auto culpa. Eliot la intentó sacar de aquella oscuridad que se la comía, por lo que le cogió de la mano suavemente y asintió en cuanto esta le miró.
-Lo que Nicole quería decirte, Cindy, es que ustedes estaban lejos, ocupadas, ¿O se te olvida que eres modelo y estabas estudiando? – La rubia no respondió – No hace falta tener un dedo de frente para darte cuenta del punto al que iba Nicole.
-Siempre tan idiota – Finalizó Walter, mientras daba un sorbo a su té y miraba de reojo a la rubia.
-Ok, esto es estúpido. – Cindy se levantó y dejó la taza de porcelana sobre la mesa. Luego soltó su cabello de la coleta que habitualmente usaba y se lo desordeno un poco – Me iré a buscar un lugar donde descansar en la ciudad.
-No es necesario que hagas eso, hermana – Stephan se había levantado repitiendo el gesto de la rubia al dejar la taza sobre la mesa- Podéis quedarse en la mansión el tiempo que deseen. Muy bien sabrás que hay muchas habitaciones para invitador. – Miraba a Cindy con una sonrisa amplia.
-OK, excelente. Nos quedaremos entonces, solo esta noche y mañana nos iremos en la tarde, después de todo veníamos con un motivo en concreto y al saber que el viejo esta muerto ya no hace falta seguir aquí. –Sentencio ella.
-Como deseen. Jacob – Llamó al sirviente que se hizo presente en menos de un segundo. – Indícale a los jóvenes cuales serán las habitaciones que ocuparan. Puedes darles libertad de decidir con quien compartir.
-Para servirle, amo. –Repitió el chico tras la reverencia. Luego esperó a que todo el grupo estuviese cerca para darles la espalda – Síganme por favor.
El chico albino comenzó a caminar dejando atrás el salón donde había estado hace algunos cuantos minutos, seguido de los alumnos de Death Academy quienes eran guiados por este en la mansión. La estructura que tenia la construcción era amplia y llena de pasillos en todas direcciones, escaleras y puertas que harían fácil que alguien poco instruido se perdiese al intentar recorrer solo aquel lugar. Cindy parecía no tener la menor intención de aprenderse todos los lugares por donde pasaba Jacob, es más, se podía notar que iba un paso más delante de este como queriendo dar a entender que no quería ser considerada una inquilina nueva como el resto. Alice , por su parte, intentaba recordar todo los lugares por donde pasaban en aquel rápido recorrido. Tanto Eliot, Nicole, Walter y Alex mantenían silencio escuchando las ocasionales indicaciones que daba Jacob cosa de que pudiesen enterarse de por donde pasaban. Por ejemplo, menciono que desde la tercera escalera que se veía por el largo pasillo, si uno se giraba a la izquierda y luego a la derecha en el primer pasillo transversal se podía encontrar una enorme biblioteca dotada de muchos volúmenes interesante sobre la historia de Costabrave como también replicas originales de los tomos más completos a cerca de técnicas mágicas y manejo del Mana, por si alguien estuviese interesado en sacar un libro para esta noche y alimentar su sabiduría. Aquel dato fue de vital importancia para Alice, quien en ese momento tenía un hambre de sabiduría latente y bastante peculiar .
Tras un momento más de caminatas por tantos pasillos y luego de subir a una de la escaleras que destacaba del resto por estar hecha de mármol blanco, el grupo llegó a las habitaciones de huéspedes. Era un pasillo tan extenso como la vista alcanzaba y de un encanto sin igual por lo pulcro que se encontraba. Las puertas de las supuestas habitaciones tenían números y por lo que se lograba apreciar eran bastantes, quizás sobre las cien. Obviamente ocuparían las primeras habitaciones por estar más a la mano, sería algo tonto tener que recorrer todo un pasillo de habitaciones vacías para llegar a la escalera y poder bajar, por lo que ocuparían de la uno a la tres.
-Hemos llegado, jóvenes – Jacob era bastante educado y respetuoso, incluso cuando trataba con chicos de su misma edad a pesar de estar lejos de su amo. – Como el señor Stephan ha mencionado, quedan en total libertar para repartirse las habitaciones. Sin mayores esperas les entrego las llaves de las habitaciones que ocuparan. – Del bolsillo de su pantalón blanco sacó un pequeño llavero con un sombrero de copa pequeño, el cual tenía insertada tres llaves. Estas fueron depositadas en la mano de Cindy. – Sin más que decir, me retiro jóvenes. – Hizo una reverencia rápida antes de marcharse en dirección a la escalera que llevaba a los pisos inferiores.
Cindy miró las llaves un instante antes de mirar a sus compañeros.
-Bien, repartámonos...
-Voy con Eliot. – Saltó Walter, sin mostrar ni una expresión especial en contraste a la de asombro de Cindy por la rapidez de este. Eliot se sentía igual de sorprendido al escucharle, quizás pensaba en estar con Nicole antes que con cualquiera... quizás hasta con Cindy, pero con Walter jamás.
-De acuerdo... aquí tienen . – La rubia le lanzó la primera llave a Walter.- ¿Siguientes?
-Yo y Alex – Elevó la voz Alice, con una sonrisa suave. Su hermana no esperó nada para lanzarle la segunda llave.- Gracias.
Y tan solo quedó una llave en las manos de Cindy, al igual que una sola compañera de habitación. Su mirada se posaron en los ojos de Nicole por unos cuantos segundos y los retiró rápido ya que no quería sonrojarse. Forzó un poco su garganta tosiendo un poco para que las palabras pudiesen salir más normales.
-Entonces quedamos juntas Nicole. – Menciono la rubia ante las miradas expectantes de todos.
-Creo que si... - Respondió aun que con tono triste. Todo indicaba que aun sentía algo de resentimiento por la forma en que Cindy le había elevado la voz cuando estaban en el salón anterior.
-Vale – Cindy se había dado cuenta de aquel tono y como la había cagado. – Me iré a mi habitación, voy algo cansada y necesito calmarme, ¿No? Nos vemos mañana chicos.
Cindy se dio media vuelta y caminó hacia la habitación número 3, puso la llave en el picaporte y abrió la puerta para luego ingresar. Todos desviaron su mirada a Nicole por breves segundos antes de que Eliot le diera un pequeño empujoncito. Ella respondió con una mirada que se topó con la de todos y en especial con la de su primo que le hacia un gesto para que se marchara. Ella no hizo caso omiso a lo que este le indicaba y pronto se fue corriendo hasta donde se encontraba la puerta para hacer ingreso al interior.
Hubo una breve pausa antes de que Alice le cogiera la mano a Eliot, algo que hizo que este saltara ya que se le vino el recuerdo fugaz de aquel sueño tan extraño que había tenido. Este gesto del pelinegro hizo que Alice retirara su mano rápidamente como si hubiese cogido un fierro candente.
-Perdón... - Se excuso Eliot – Tan solo me tomó por sorpresa.
-No te preocupes – Sonrió más calmada la chica – Necesito pedirte un favor.
-Claro, ¿De qué trata? –Preguntó interesado el vampiro.
-Acompáñame a la biblioteca de la mansión, necesito buscar algo.
Nicole ingresó a la habitación número 3, luego de que la rubia compañera que tenia entrara primero. La chica de cabello violeta no había mirado hacia el frente al momento de entrar sino más bien al suelo con algo de vergüenza por la forma en que Eliot le había dado a entender lo que tenía que hacer, ¿Cómo era tan boba? Se sentía como una pequeña niña enamorada hasta la medula que se avergonzaba al tratar con la persona que en secreto amaba, aun que la realidad no estaba muy alejado de aquello.
Una vez a dentro, Nicole se puso contra la puerta y fue entonces que alzó la mirada para encontrarse con Cindy en la cama que tenía en frente. Vio en la pose que se encontraba ella y sintió que las cosas no iban tan bien; Cindy se encontraba acostada con su cuerpo mirando hacia el lado derecho donde se alzaba una ventana de mediano tamaño. Sus brazos estaban cruzados en equis sobre su vientre y sus manos escondidas entre sus muslos como si quisiera darles algo de calor. Nicole suspiró de forma suave mientras comenzaba a dar pasos hacia la cama. Una vez estuvo por el lado derecho de esta se recostó, mirando de frente a Cindy que tenía los ojos abiertos. Aquellos ojos celestes se posaron en los azulados de Nicole y una sonrisa se dibujo suavemente en sus labios un tanto temblorosos, ¿Cómo era posible que Cindy tuviese frio si su habilidad en síntesis era el frio?.
-¿Te sientes bien, preciosa? – Preguntó Nicole, con una expresión un tanto preocupada mientras posaba sus dedos sobre la frente de la chica para buscar signos de fiebre.
-Perdón por ser tan idiota, Nicole...- Suspiró la rubia algo dolida o al menos eso se podía expresar en su tono.
La chica de cabellos violeta abrió un poco más los ojos antes de mirarle con ternura y compasión. Retiró sus dedos de la frente de la chica sin tener éxito al encontrar algo y luego rodeo suavemente el cuerpo de ella con sus brazos. A pesar de lo que creía en un principio al respecto de Cindy , su cuerpo emanaba un calorcillo reconfortante, después de todo ella era una persona como cualquier otra, con sentimientos y emociones.
-Esta bien, todo está bien... tan solo fue la tensión del momento..- Le tranquilizaba, mientras acariciaba su espalda suavemente.
-No quise verme ofendida... creo que me sentía irritada.
-Es natural, creo que me sentiría igual si supiese todo tan de golpe. No hace falta disculparte Cindy, sabes que no podría enojarme contigo.
-Solo lo dices por qué no me conoces lo suficiente –La rubia cerró los ojos para evitar de alguna forma escapar de la ternura de la contraria.
-Por eso quiero estar contigo, quiero aprender más de ti – Rio por lo bajo la chica de violeta cabello, mientras posaba sus manos en las mejillas de ella con suavidad. – Quiero seguir amándote, Cindy.
Antes de que hubiese alguna respuesta de la chica que abría sus ojos nuevamente, los labios de Nicole se adelantaron y atraparon a los de ella en un beso dulce pero intenso. Las manos de Cindy respondieron casi al instante saliendo de su escondite entre sus muslos para posar la diestra tras la oreja izquierda de la contraria y su zurda sobre el costado derecho de esta, dando pequeñas caricias.
-Te amo Cindy - Nicole suspiró entre aquellos besos llenos de sentimientos.
-Y yo a ti... - Sonrió Cindy mientras besaba a la contraria- Quédate conmigo, siempre...
-Toda la vida... - Exclamó ella con una mirada confiada y sincera a los ojos de quien se había convertido en la luz de su vida.
Pronto el deseo que emanaba de los cuerpos de ambas jóvenes rebalsó toda contención, moviendo sus cuerpos directo a lo que ambas sabían que pasaría tarde o temprano.
Cindy se subió sobre Nicole, sentándose en su regazo mientras esta se acomodaba quedando boca arriba. Una vez de esta forma Cindy bajo su torso y rostro dejando que sus cabellos rubios se mezclaran con los violetas de la otra chica y volviese privado aquel nuevo beso en el cual se unían sus delicados labios. Las manos de Nicole subían por la espalda de la rubia dejando suaves caricias que se correspondían por las manos de ella sobre sus hombros, cuello y mejillas sin siquiera tomar por demasiado tiempo aire, era como si sus labios no necesitaran absolutamente nada mas, ni una palabra, ni un suspiro, ni un espacio para respirar... solo ellas, solo necesitaban de la otra para seguir. Pronto sus ropas comenzaron a volverse un impedimento para ambas, por lo que Nicole rápidamente adoptó una pose sentada rompiendo por breves segundos el beso y sin necesidad que su compañera le dijese algo al respecto, luego Cindy cogió de la parte inferior de la camiseta que ella llevaba y la subió con cuidado de no lastimarla al despojársela para observar su torso semi desnudo tan solo tapado por el brasier negro que ella llevaba.
-Eres preciosa... - Menciono Cindy, contemplando la figura de Nicole.
-Aun falta por ver- Rio suavemente ella- ... yo también quiero verte...
Fue así como las manos de Nicole se deslizaron lentamente hasta coger el extremo inferior de la blusa que llevaba la contraria y la subió para despojársela lentamente, mientras Cindy se balanceaba hacia los lados suavemente como si estuviese bailando una tonada lenta pero sensual. Esto causo algo de risa en Nicole que pronto se silencio al contemplar la esbelta y hermosa figura de Cindy. No se podía esperar menos de una modelo de alta costura como ella, era sin dudas perfecta a pesar de que aun no estuviese totalmente desnuda, deslumbraba de todas formas.
Pronto Cindy se abalanzó nuevamente a los labios de la chica para besarla intensamente, mientras sus brazos se abrazaban al cuello de ella, haciendo algo de contacto con su piel desnuda, un roce al nivel de sus abdómenes que hizo que ambas sintieran mas propia aquella situación.
Las manos de Nicole se deslizaron una vez más por la espalda de Cindy, pero ahora el roce de sus palmas contra la espalda de la chica en movimientos suaves hacia que la rubia suspirara de vez en cuando entre beso y beso. Las manos continuaron su camino hasta llegar al broche de los sujetadores de ella con hábiles movimientos para luego retirarlo suavemente, deslizando los tirantes de los hombros suavemente y dejándolo junto a las blusas de ambas. Nicole quiso tomar control de aquella situación, por lo que de un movimiento logró ponerse sobre Cindy y entre sus piernas, dejando a esta acostada boca arriba, giradas ambas hacia el lado de los pies de la cama. La chica de cabellos violeta se separó de los labios de su chica para contemplar su torso totalmente desnudo, apreciando sus senos bien formados y proporcionados a su cuerpo. Cada vez se le hacía más perfecta la figura de Cindy. Sin dar palabra alguna desabotonó el pantalón de la chica para deslizarlo junto a su ropa interior lenta y suavemente por sus muslos y piernas hasta sacarle la ropa por completo.
El brillo suave y azulado de la luz de la luna que entraba por la ventana no fue para nada un elemento invasivo en aquella escena, si no todo lo contrario, logrando que la piel de porcelana del cuerpo desnudo de Cindy se viese mas divino, casi esculpido por la mano de algún Dios. Ella era una diosa para Nicole.
Cindy no se quería quedar atrás en este perfecto juego de sensualidad entre ambas, quería tener las mismas ventajas que tenia Nicole, por lo que le tomó con cariño una de sus manos y la atrajo hasta ella sin desarmar la pose en la que estaba. Una vez más cerca pudo pasar ambas manos hacia su espalda de la forma en que ella lo había hecho antes, dejando suaves toques de sus dedos por sobre la piel de Nicole quien cerraba sus ojos y suspiraba suavemente en respuesta a los estímulos. El brasier negro de Nicole era retirado de su cuerpo para queda junto al de color lila de Cindy, para luego ser acompañado del pantalón corto y las bragas de ella que también eran retiradas con calma y sensualidad por parte de la rubia. Al fin ambas estaban sin ningún objeto sobre el cuerpo , que fuese capaz de molestarlas en lo que tanto ansiaban. Sus miradas se encontraron una vez más, libres de toda vergüenza y confiadas de lo que deseaban de la otra, mientras sus cuerpos se comenzaban a rozar en movimientos lentos acompañados de las caricias de sus manos curiosas por la extensión de ambas pieles , incluso adentrándose en los caminos que llevaban hasta las intimidades de cada una. Aquella noche estaba comenzando para ellas, en la búsqueda de lo que tanto ansiaba la una de la otra; la confianza, el amor y la entrega por la otra.
Eso ocurría en la privacidad de la habitación número 3, mientras que Eliot y Alice se encontraban ya en la biblioteca de la mansión Lutwidge tras haber dejado atrás tanto a Alex como a Walter quienes posiblemente se habían ido cada uno por su lado porque al parecer no se llevaban para nada bien.
Eliot no hubiese podido llegar solo a la biblioteca de no ser por la compañía de Alice, quien parecía haber memorizado el camino y haberlo puesto al revés para que fuese un camino de regreso. Era un logro considerable sobre todo al tomar en cuenta de que los pasillos eran casi todos igualmente grandes con una que otra diferencia en los cuadros que estaban puestos en la pared y por las plantas de interior que adornaban uno que otro mueble puesto en el camino, pero eran detalles que Eliot no había tomado en cuenta cuando se dirigían hacia las habitaciones .
-¿Ya recuerdas algo, Alice? – Eliot sintió la necesidad de preguntarle, quizás a eso se debía el que pudiese recordar el camino de regreso a la biblioteca sin siquiera dudar.
-No aun –Le dijo Alice en un tono de voz suave, mientras recorría por entre los estantes como si buscará algo entre ellos. Hasta que se detuvo en frente de uno en especifico. – Aquí están – Mencionó sonriente mientras sacaba un par de libros de ahí.
-¿Qué son?
La pregunta de Eliot tuvo una respuesta, aun que no precisamente una verbal. Alice alzó uno de los libros frente a los ojos de Eliot para que pudiese ver la leyenda de la portada de este donde figuraba "Toque de cronos: la habilidad del manejo del tiempo. Tomo 1 ". Ahora todo tenía sentido para el vampiro, lo que buscaba Alice era aprender más de su habilidad y eso era realmente valioso. Eliot sonrió y siguió los pasos de la chica hasta que acabaron por tomar asiento frente a una de las mesas ,donde ella apoyó y abrió sus libros para comenzar a leer, pero ante de esto volteó a mirada hacia el vampiro.
-Eliot no es necesario que me acompañes si no quieres – Le dijo con una sonrisa amplia la rubia.
-No te preocupes de eso, no te molestare en lo absoluto mientras lees – Le dijo para luego reír por lo bajo.
-En realidad lo digo más porque leeré bastante, no quiero que te desveles junto a mi tan solo por las ganas.
-Que dices. Puedo leer algo también, sería bueno instruirme un poco.
Entonces Eliot fue a la sección de los estantes donde Alice había sacado los dos libros anteriores y se fijó que en una placa a la entrada de ese corredor ponía " Habilidades nivel 1 – 5 ". Llegó hasta la letra que correspondía a su habilidad, cuando cogió aquel libro de tapas violeta oscura que decía " Umbraquinesis: El inicio de las artes oscuras. ". Al volver se sentó a un lado de Alice mientras ella ya había avanzado hasta la mitad del libro que había llevado, mientras tenía su mano derecha con el dorso de esta apoyado en la mesa y movía sus dedos como intentado reproducir alguna indicación escrita entre los párrafos de las paginas.
Eliot obviamente no la iba a interrumpir como había dicho y se sentó sin más para comenzar a leer el libro que él tenía. Aquel libro era interesante, demasiado. Trataba de la historia completa de la Umbraquinesis, los primeros vestigios, sus utilidades en la antigüedad para las labores cotidianas e incluso para la medicina como por ejemplo la conservación de vacunas virales sensibles a la luz. El libro continuaba ahora a interiorizarse a explicar como el efecto de una sombra creada y despegada del suelo podía durar más, recalcando la importancia del foco lumínico del ambiente que hacia más o menos marcadas las sobras. Pero pronto las palabras comenzaron a verse borrosas y de a poco se perdía el sentido de ellas. Eliot tenía que leer varias veces el mismo párrafo que se apagaba, se nublaba o parecía estar escrito en chino para pronto se percatarse del peso de su cuerpo que apenas podía mantenerse apoyado en la mesa.
-Eliot , ve a dormir... - Le dijo con un tono suave la rubia a su lado. Grande fue la sorpresa de Eliot cuando vio la cantidad de libros que ahora habían sobre la mesas, con la tapa frontal boca abajo y la trasera mirando hacia arriba. Un total de cuatro libros cerrados y separados de manera desordenada en la mesa, contrastando a unos tres libros más apilados que parecían estar en cola, puesto Alice devoraba un nuevo libro de tapas anaranjadas. – Te estás quedando dormido ahí sentado...
-¿Cuánto he dormido...? – Preguntó él, en un tono un tanto somnoliento pero con un matiz de duda y preocupación. Para que Alice hubiese avanzado tanto en sus estudios quería decir que había pegado la pestaña un buen rato, unas dos horas a lo menos.
-Lo suficiente como para saber que estas cansado –Mencionó ella en una risa suave para luego darle un empujoncito con su hombro en el del contrario – Anda, estaré bien. Creo que terminare de leer este último libro y me iré a acostar también. Adelántate y ve si Walter no se ha liado con Alex... no quiero que vuelvan a pelear – Suspiró.
Sin protesta alguna, Eliot cerró el libro y lo dejó en la mesa a petición de Alice quien se ofreció a devolverlo a la estantería cuando ella terminara de leer. Mientras caminaba de regreso a los dormitorios guiado por el recuerdo de los pasos de Alice, repasaba mentalmente la última escena de la biblioteca que su adormilada mente había retenido... Era sorprendente con la velocidad que Alice había terminado aquellos libros. Nunca en la vida había visto alguien tan empeñada por aprender algo como ella, era realmente admirable.
Poco después, Eliot llegó a su habitación y antes de girar el pomo de la puerta dio unos cuantos golpecitos suaves para avisarle de aquella forma que había llegado a la habitación, pero no hubo respuestas. El vampiro entró para darse cuenta de que Walter no se encontraba en el interior de la habitación. " Debe estar arreglando las cosas con Alex ", pensó en un momento pero la opción era casi considerada por él como inviable; se notaba a lo lejos que de tener la oportunidad Walter le cocinaría el rostro a Alex en cosa de segundos. Pero se limitó a quedarse con esa idea tan extraña de lo que planeaba Walter para desplomarse sobre la cama de dos plazas y media que tenía en frente para quedarse a los pocos segundos más tarde profundamente dormido. Jamás había sentido tanto cansancio, como si hubiese estado despierto durante días en vela aun que sabía muy bien que esto no era así, por lo general dormía bastante; en sus tiempos libres, en las clases aburridas, en la noche y hasta la mañana pasando a tarde.
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T.D.A. - Libro I : Black Star
Science FictionAdentrate en la historia de un grupo de alumnos de la Death Academy, una de las cinco prestigiosas academias de MacroLand destinada a entrenar a los nuevos héroes del futuro. . Esta historia gira en torno a un grupo de estudiantes de la sección...