Los globos llenos de helio flotaban por todas partes y de todos los colores en tonalidades oscuras en una de las estancias de Darkness Academy. La festividad que ahí celebraban ese día no era una festividad comercial o masiva, sino mas bien algo personal.
Martin Gerelli, el Lycan que había ayudado en una oportunidad a Eliot y sus amigos y que después se había encontrado con el vampiro de Blackhole emprendía su transferencia aquel día a menos de unos cuantos días de los juegos interescolares hacia la academia de dicha ciudad, Death Academy.
La decisión del cambio no había ido absolutamente propia ya que en un principio había sido la propuesta del director y su gran maestro Piero que con el tiempo fue tomando consistencia y fuerza para dar paso ese momento tan ansiado por ambos.
Para sorpresa de sus tres mejores amigos, Caroline, Garvan y Penny, aquel día se había desatado un pequeño temporal que les bloqueo la oportunidad de realizar algo al aire libre como lo habían planeado hace algún tiempo cuando supieron que habían aprobado el traslado, por lo que aprovecharon el bajo publico en el salón común de la escuela para despedir a su mejor amigo con comida, golosinas y unos cuantos regalos.
-Chicos, en verdad se los agradezco mucho – Mencionó Martin con alegría mientras bebían gaseosa casi a la par- No tenían por qué hacer esto.
-Claro que si teníamos – Contesto Garvan, un chico de cabello plateado y ojos avellana quien le miraba atento – No pensabas que no íbamos a hacer algo especial para nuestro amigo especial, ¿ O sí?
-Sabes que todo hubiese salido mucho mejor de haberlo hecho afuera, pero el temporal nos arruinó todo – Exclamó Caroline, una chica quien tenía el cabello largo y desordenado de color negro. Ella no estaba tan interesada en la comida como lo estaba de la paleta con la que jugaba entre sus dedos.
-Pero es lo máximo, incluso aquí – Acotó el Lycan sonriendo suavemente. Mientras degustaba el pastel de chocolate que sus amigos le habían preparado no pudo evitar desviar la mirada hacia la parte de la mesita que tenia apilados los regalos. – Tampoco se hubiesen molestado con lo de los regalos
-Nada es suficiente para nuestro amigo – Dijo Garvan mientras le daba un golpe suave en la rodilla a Martin – Vamos, ábrelos tío que son todos para ti.
Martin intento aguantar las ganas de estirar la mano para sacar uno de los presentes pero al final termino por sucumbir a ellas. De esta manera cogió el regalo que más cerca tenia siendo una hermosa caja de color azul profundo con una cinta violeta oscuro que destacaba de entre los demás.
-¿Quién trajo este? – Pregunto el chico del cabello sutilmente rojo mirando a sus amigos quienes no contestaron y negaban moviendo su cabeza. En eso Martin se fijo en alguien que no había comentado absolutamente nada en todo este tiempo y que se mantenía distante- ¿Penny?
Ella negó al igual que sus otros dos amigos, pero murmuraba algo suavemente. En su rostro se leía miedo e inseguridad por donde se apreciara y eso a Martin lo ponía un tanto inquieto.
-No le hagas caso, solo ábrelo – Exclamó Caroline sonriente.
Martin lo dudo uno cuantos segundos mientras escuchaba las palabras de aliento que salían de Caroline y Garvan quien se sumaba para que procediera pero él solo se fijaba en la negación de Penny intentando escuchar lo que ella decía en su susurro, sin darse cuenta de que estaba desatando el lazo del regalo hasta que bajó la mirada. Era como si sus manos se movieran solas y no pudiese detener la forma en que avanzaban ahora para abrir la caja cuando escuchó en su mente la voz de Penny.
-Despierta...
Las palabras retumbaron en su cabeza mientras veía como sus manos retiraban la tapa y desde el interior de la caja salía un espeso humo de color verde que lo inundó todo hasta que la oscuridad consumió la escena por completo. Dentro de esa oscuridad hubo un silencio incomodo por varios segundos antes de que se escuchara un golpeteo que se repitió con intervalos de tres segundos y después de varios más antes de volver a dar una secuencia breve, mientras las ondas de aquello hacían estremecer el cuerpo de Martin que de a poco recobraba el sentido de sí mismo.
Al abrir sus ojos solo vio oscuridad hasta que se sentó puesto había despertado acostado en el frio suelo de algún lugar. Su vista intentó encontrar algún punto de referencia antes de levantarse de donde estaba, pero pronto resolvió aquello al encontrar un punto rojo entre tanta oscuridad. Era minúsculo, como la mirilla de un laser que se apuntaba contra lo que se podría deducir como una pared.
-¿Qué es eso...? – Se cuestionó sin mover su cuerpo ni un solo centímetro de su posición temiendo a lo que estuviese a su alrededor entre tanta oscuridad cuando escuchó el repiqueteo y vio como las baldosas en el suelo que antes no veía ahora se iluminaban una por una con una luz anaranjada que avanzó como una onda expansiva. Cuando la luz llegó hasta la altura donde se encontraba el punto rojo en lo que podía ser una pared una pantalla se iluminó por breves segundos antes de colocar en ella: " ¿Eres un verdadero héroe?" en enormes letras rojas que se apagaron al cabo de un instante.
Se sentía tan desorientado que pronto la angustia de no saber donde se encontraba le hizo desesperar, mas no intentaría correr sin saber hasta dónde llegaría y mucho menos encendería su habilidad si no sabía si el lugar era seguro del todo. El repiqueteo volvió a sonar y las baldosas volvieron a encenderse una por una volviendo a apagarse cuando la onda pasaba a la siguiente y en eso Martin escuchó una voz en su cabeza.
-Es tu examen de traslado Martin –Era la voz de Penny. La habilidad de ella era la telepatía por lo que podía estar usándola desde otro lugar para comunicarse con él – El regalo que cogiste no era de nosotros, alguien más lo puso ahí...
-¡Penny! ¿ Estás bien? ¿Cómo están los otros? – Preguntó inquieto el lobo en voz baja.
-Tranquilo – Mencionó ella en esa voz de ultratumba dentro de su mente – Todos estamos bien... peo debes darte prisa. Tus examinadores van contra nosotros... tienes que vencerlos...ocupa tu habilidad, no hay peligro.
Martin sentía inseguridad en lo que pasaba. Piero le había explicado como seria el examen hace una semana atrás. El examen de traslado consistía en salir de las instalaciones de la escuela y la ciudad con un contador de doce horas para completar la misión. La dificultad del examen era que existía un grupo de alumnos elegidos mediante sus calificaciones y excelencia para que fuesen los examinadores quienes harían dificultoso el cumplimiento de la misión de traslado, una forma de dejar en claro a la institución a la que se derivaban de que quien salía tenia altas competencias. El final de la prueba terminaba en los límites de Darkness Academy donde estaría esperando el tren que lo llevaría a la ciudad del traslado y que tan solo lo llevaría si estaba contemplado en la misión o si había cumplido con el plazo. Pero lo que no calzaba era la extraña forma de haber empezado la misión, no tenía sentido que noquearan al examinado haciéndolo perder tiempo en despertar y mucho menos de que incluyeran a sus amistades como parte del objetivo de los examinadores. Algo olía mal y tenía el presentimiento de que Piero no tenía nada que ver en esto.
Sin perder más tiempo en sus deducciones ya bastante formadas, Martin ocupó su habilidad para iluminar el lugar. De su mano salió una llamarada enorme que esclareció el escenario en donde estaba, una habitación enorme con una pantalla gigante delante de él que se encendió nuevamente pero en vez de tener esas palabras en rojo que había visto antes ahora tenía un temporizador de once horas y en retroceso.
Desde el fuego de Martin y antes de que siquiera moviese sus pies para avanzar salieron cuatro esferas de fuego pequeñas que se colocaron alrededor de él.
-Esos somos nosotros –Aclaró la voz de Penny – Interferí tu habilidad para mostrar la posición de Caroline, Garvan, yo y... otro chico. Hay alguien mas implicado en tu examen pero no logro desbloquear su mente aun para saber quién es – Hubo una pausa antes de proseguir con el mensaje - Date prisa Martin, nuestras vidas están en tus manos.
-Entendido – Mencionó el lobo en voz alta con decisión ocultando lo preocupado que estaba de las últimas palabras de Penny, por lo que se encaminaría lo antes posible para resolver como salir de ahí.
-¿Con quién hablas? Pareces un loco – Rio alguien a sus espaldas en ese momento lo que le hizo ponerse a la defensiva y darse vuelta de golpe para notar la presencia de alguien con un enorme báculo que justo en ese momento lo hizo piquetear el suelo, liberando la estela de luz anaranjada sobre las baldosas que había visto antes.
No notaba bien el rostro del chico arriba de una caja de madera vieja, pero bastaba con que Martin lanzara una llamarada hacia ese rincón para iluminar lo que no podía ver y así lo hizo. El chico dio un grito ahogado de la impresión al notar el ataque de Martin y con el mismo bastón levantó una muralla de baldosas con tan solo dar un golpe aun mas fuerte delo que habían sido los anteriores. De esa manera no cupo ninguna duda a Martin de quien se encontraba oculto tras las sombras, era su antiguo compañero Vidith.
-¿ En verdad te haz vuelto loco? – Le dijo Vidith asomándose detrás de la muralla de baldosa.
-Claro, ya veremos quién está loco – Exclamó Martin frunciendo el entrecejo. A él no lo engañaba, Vidith era uno de los examinadores puesto la esfera de fuego que representaba a la cuarta víctima del examen ni siquiera se había movido.
Las manos de Martin se envolvieron en fuego hasta la mitad de su antebrazo sin quemarlo mientras salía corriendo hacia donde se encontraba resguardado el brujo quien se defendía lanzando las baldosas con el manejo de su habilidad y la magia que se liberaba tras cada golpeteo de su báculo cuando sintió peligro, pero el lycan seguía avanzando a pasos agigantados hasta él esquivando cada ataque. Vidith sintió la presión que generaba Martin al verse tan intocable e imponente y como antes había sido su compañero de equipo ya sabía que él no era de andar con rodeos tan solo para alardear, por lo que hizo girar su báculo tres veces por sobre su cabeza antes de golpear con la punta superior de este el suelo que se estremeció con fuerza mientras las líneas que separaban baldosa por baldosa se iluminaron radiantemente antes de que el suelo comenzara a desmoronarse.
Martin vio como las baldosas caían a un vacio oscuro del cual no estaba seguro que había abajo ,por lo que intento correr lo más rápido que sus pies le permitieron pero no fue suficiente ya que resbaló en el último momento cayendo al enorme agujero oscuro que se había tragado el suelo en donde pisaba mientras su mirada se fijaba en la pantalla que una vez más colocaba la leyenda " ¿Eres un verdadero héroe?".
Martin caía sin saber hasta dónde llegaría mientras intentaba no ser aplastado por los pedazos de concreto que le seguían, lanzando bolas de fuego para interceptarlos hasta que su espalda tocó fondo frio y húmedo entrando al agua en la que había chocado apenas con el ultimo respiro que dio por la impresión. El oxigeno le preocupaba poco ya que los gigantes escombros también entraron al agua como proyectiles que tuvo que esquivar hasta salir del agua lo mas ileso que pudo, tan solo con una cortada en el muslo y otra en el hombro por unos pequeños guijarros que no pudo evadir. Subió a la superficie y tan solo nadó hasta salir de ese estanque que una vez seco pudo iluminar con una pequeña llamarada en su mano derecha y notar que se trataba de una piscina olímpica que jamás en la vida había visto en Darkness Academy.
-Donde diablos estoy... - El olor a cloro le hacía doler su nariz por tan desarrollados olfato que tenia gracias a su especie lamentándose el no tener más desarrollado el sentido de orientación puesto se sentía aun intranquilo por no saber donde estaba metido– Penny...¿ Estás ahí?...
Llamó a su amiga mientras caminaba por el borde de la piscina mientras las cuatro pequeñas esferas de fuego aparecían sobre sus hombros nuevamente. La que seguramente representaba a Penny se iluminó con más fuerza mientras su voz empezaba a acercarse desde la lejanía dentro de su cabeza.
-Martin, he averiguado que no estamos dentro de la academia... – Exclamó la chica con inseguridad.
-Lo sé, ¿ El cuarto chico era Vidith?
-No, el era un examinador- Respondió ella para luego dar una pausa y seguir – Aun no me puedo contactar con el cuarto chico y no quiero pensar que esta...
-No, no está muerto de lo contrario su llama no estaría encendida al lado mío. – Martin negaba la posibilidad pero aun ni siquiera podía pensar en que podría ser la cuarta persona que tenía que salvar cuando ni siquiera había dado con sus amigos. – Seguiré buscándolos.
-Siento a Garvan, está muy cerca tuyo – Exclamó Penny.
Escuchar eso fue un alivio pero cuando iba a responder escuchó las pisadas de alguien al otro lado de la puerta que tenía en frente. Aprovechó la oscuridad del lugar para esconderse apegando su cuerpo a la pared que tenia al lado derecho de dicha puerta a esperas de que quien estuviese al otro lado la atravesara, pero no fue así. Con cautela estiró su mano hacia donde se encontraba el pomo de la puerta y lo giró para abrir está dando con la sorpresa de que quien había estado caminando hace un instante ahora caía al suelo puesto se había apoyado desde el otro lado de la puerta. La sorpresa hizo saltar al lycan pero cuando notó que esa persona no lo atacaría bajó la guardia y lo examinó rápidamente notando que se encontraba en una especie de transe y sus ojos estaban nublados.
Sin mayor cuidado pasó por encima de él hasta llegar al otro lado de la puerta donde vio un pasillo blanco lleno de gente en el suelo en las mismas condiciones que el anterior, todas en un transe que no podía definir con certeza. Avanzó lentamente teniendo cuidado de no pisar a nadie y siempre mirando al frente en caso de que apareciera algo de improvisto pero pronto se encontró con una encrucijada de tres pasillos, todos en total oscuridad. Pararse en medio y lanzar una esfera de fuego a uno de ellos para iluminar lo dejaría totalmente desprotegido de los otros dos. Mantuvo calma un momento mientras pensaba que hacer hasta que recordó algo que le serviría para iluminar los tres pasillos a la vez. Se acercó lentamente al fin de las luces donde comenzaba la encrucijada y preparó las esferas de fuego en sus manos y una dentro de su boca, un truco que había aprendido luego de leer algunos textos de dragones en la biblioteca de la academia. Si los dragones podían lanzar fuego por la boca, ¿ Por qué él no? Después de todo la ignición era su habilidad.
Hizo una cuenta regresiva de tres y cuando llegó al uno dio un paso adelante y lanzó su fuego en las tres direcciones para echar una mirada rápida a cada uno de los sectores, todo iba bien hasta que fue interrumpido por el pasillo de la derecha donde salió una cadena de gruesos eslabones disparada desde una de las puertas que se destrozó ante su paso. Si no hubiese sido por sus reflejos la cadena le hubiese dado de lleno en el pecho y quizás hubiese acabado con él tan solo por el peso, pero esta siguió su camino y se incrustó en una pared que tenia atrás aun que no se detuvo ahí; desde el lugar de impacto de la cadena surgieron otras tres cadenas mas chicas a la revancha del ataque.
-¡Martin, atrás de ti! – Exclamó la voz de Garvan desde el pasillo del frente mientras salía de las tinieblas solo para recibir una de las cadenas que el mencionado había esquivado, saliendo disparado de vuelta hacia lo oscuro.
Martin fue al rescate de su amigo adentrándose al pasillo donde había lanzado mientras veía a su paso como las murallas se seguían desmoronando por la constante creación de cadenas a partir de la que impactaba primero.
-¡Garvan! – Exclamó el lycan mientras encendía sus manos envueltas en fuego para derretir las cadenas más delgadas que seguían surgiendo de las murallas.
-¡Es metalurgia, Martin! – Grito desde el fondo Garvan, poco ya se veía a través de tanto metal que seguía y seguía saliendo – ¡No se detendrán si sigue habiendo material, tienes que seguir a delante!
- No, yo...
-¡Vete ya! ¡Yo me encargaré de esto!
La duda invadió la mente de Martin pero el chico de cabello plateado no le perdonaría si no hacia lo que él le mandaba. Obedeciendo las palabras de su amigo, Martin salió de ese pasillo ya lo suficientemente bloqueado por las cadenas que no paraban de salir y dobló hacia la izquierda para salir de dicho lugar. A medio camino del pasillo escuchó una explosión desde el pasillo en donde se encontraba Garvan, el chico tenia la habilidad de la erudición y con ella había aprendido el funcionamiento de muchas cosas por lo que quizás pudo encontrar la forma de colapsar la metalurgia y salir ileso ya que la esfera de fuego que le representaba aun seguía brillando sobre su hombro.
Martin intentó centrarse en salir de ahí cuando vio de reojo una de los televisores del pasillo en el que se había metido. En ella vio el temporizador que se transmitía anunciando que tan solo le quedaban nueve horas con cuarenta y cinco minutos para acabar su examen y aun no los había salvado a todos, eso lo desesperaba en gran medida y lo desestabilizaba un poco, pero tenía que seguir a delante. Sus pasos lo llevaron hasta una escalera de emergía en donde colocaba " quinto piso ", pero ni siquiera intentó pensar en que pasaba en los demás pisos por que su objetivo sería la planta baja. Fue entonces que bajó lo más rápido cada escala hasta que Penny volvió a interrumpirlo cuando iba bajando desde el tercero al segundo piso.
-Siento a Caroline.
-¿Dónde está? – Preguntó Martin mientras detenía sus pasos esperando las indicaciones de quien se había transformado en su guía.
-Final del tercer piso, en una bodega. Ten cuidado.
Martin asintió como si Penny estuviese en frente suyo y lo viese hacer el gesto, luego se dispuso a subir las escaleras nuevamente. Cuando dio con la puerta de la entrada de emergencias del tercer piso sintió un fuerte aroma antes de abrirla, un aroma químico. Por precaución apagó sus llamas antes de ingresar y estuvo en lo correcto puesto cuando abrió la puerta salieron un montón de pequeñas burbujas de colores con signos químicos en ellas. Eso era obra de Caroline sin dudas, su habilidad era la ruptura química con lo que podía desmoronar los objetos para dejar en estado puro sus compuestos químicos en forma de burbujas. Martin caminaba entre las burbujas lentamente para no causar ninguna reacción de las partículas que por ahí volaban como lo eran el Fosforo y el Hidrogeno que eran altamente inflamables. Más cercano a la parte final del pasillo notó una mayor concentración de burbujas de Hierro, Oxigeno, Calcio y Aluminio lo que no podía significar otra cosa más que Caroline estaba desmoronando el cemento y si hacia esto podía destruir el suelo y caer junto a los escombros sumado a la fricción de algunas partículas que podían incluso generar una explosión y eso era lo que más le preocupaba. El último tramo lo avanzó más rápido para encontrarse con la chica dentro de una habitación, en un rincón y abrazando sus piernas.
-Caroline... -Exclamó Martin mientras estiraba su mano hacia ella intentando esquivar lo que más podía la concentración de químicos
-No... aléjate... - Exclamó ella subiendo su mirada solo un poco haciendo notorio el transe en el que estaba cuyos ojos lucían tan nublados como los de las personas en el pasillo donde estaba Garvan – Tengo miedo...
-Caroline soy yo... Martin...
Cuando el lycan iba a tocar a la chica sintió el sonido de alguien que quitaba el seguro de una pistola tras de él. Al darse media vuelta para mirar de quien se trataba vio a una chica de cabello corto y negro con una playera holgada a la cual ella misma le había quitado las mangas por cómo se veía el corte.
-Aléjate de ella – Dijo en un tono de orden – O nos moriremos todos aquí.
-¿Qué le hiciste a Caroline? – Pregunto Martin mientras se enderezaba nuevamente y ponía sus manos en alto sin darse la vuelta.
-Se veía mas inteligente de lo que pensaba, pero también cayó en mi hipnosis – Exclamó la chica del cabello corto riendo por lo bajo - ¿Tu eres Martin? Te conocen más como él traidor.
Tan solo con ese descuido de la chica que tenia atrás pudo darse cuenta de que era lo que estaba pasando en realidad, como cada parte del rompecabezas se unía y le dictaban la verdad de la situación. Rió entre dientes satisfecho por al fin encontrar una de las respuestas a sus interrogantes de ese día y tan solo se encogió de hombros cerrando sus ojos con suavidad.
-Con que Félix alteró mi examen, ¿Cierto? Todo porque no quise ser uno de ustedes, del Black Star...
- Le diste la espalda de la noche a la mañana cuando ya teníamos todo listo, eres un traidor – Dijo ella mientras acariciaba con la yema de su dedo el gatillo de la pistola – Pero puedo conseguir todo el crédito acabando contigo aquí y ahora...
-Me parece ridículo que quieran acabar conmigo tan solo por eso – Rió nuevamente Martin negando con la cabeza.
-Sabes demasiado de nosotros, velo por ese lado y quizás le encuentres la razón a Félix...
-Entonces hazlo, ¡Mátame de una maldita vez y veras que nada cambiara! ¡ No sois el futuro de nadie! – Exclamó Martin en voz alta.
-¡Será un placer! – Respondió la chica dispuesta a apretar el gatillo en ese momento, sin importar si moría Martin o los tres juntos con la reacción que ocasionarían los químicos que Caroline había formado. La sangre le estaba quemando las venas tan solo del coraje que sentía pero no alcanzó a concretar su acción, un golpe certero y bastante fuerte de aire en su muñeca le hizo botar la pistola que no alcanzó ni a accionarse mientras se quejaba del dolor con los ojos cerrados antes de que un chico de cabello negro y levemente rizado le diese una patada en los tobillos para reducirla.
Martin se dio vuelta en cuanto escuchó todo aquello y vio a su salvador apuntando a la chica con una flecha conformada de aire al igual que el arco que la impulsaría en caso de que intentase hacer algo. Aquel chico no era un desconocido para Martin puesto varias veces había topado con él en algunos concursos hechos en la academia, su nombre era Ryu y era un mago joven aceptado en la legendaria Orden Mágica.
-Como te atreves – Exclamó la chica de cabello corto mientras abría uno de sus ojos, pero tan solo pudo hacer eso puesto Ryu tensó la cuerda de su arco en son amenaza
-Si abres el otro te atravesaré la frente con mi flecha. Estas advertida Camille – Exclamó este con una expresión seria mientras miraba de reojo a Martin. – Parece que he llegado en buen momento,¿ No?
-¿La conoces? – Pregunto el lycan mientras miraba la escena sin bajar su guardia, aun que sabía que Ryu no estaba en su contra.
-No mucho más que tu – Fue sincero el arquero – Se llama Camille, su habilidad es Hipnosis y es de los Black Star. Creo que se han puesto de acuerdo para funar nuestro traslado.
-Tal parece- Dijo Martin viendo a Camille aun en el suelo. Tenía el característico tatuaje de la estrella negra en su hombro izquierdo lo que confirmaba lo que Ryu decía. Luego miró hacia el lado en que se encontraba Caroline y notó que había despertado del transe.
-¿Qué está pasando..? – Dijo ella al tiempo totalmente desorientada viendo las burbujas y luego la escena frente a ellos – Martin...¿ Dónde estamos?
-No lo sé, pero tenemos que salir – Exclamó el lycan viendo a Ryu de reojo mientras ayudaba a ponerse de pie a Caroline. - ¿Alguna idea?
-Tus amigos tienen que esperar hasta que los vengan a buscar, nosotros tenemos que seguir avanzando. La salida del primer piso estaba bloqueada pero encontré un fallo en el baño de ese piso – Exclamó Ryu mientras fijaba nuevamente su vista en Camille. – Adelántate, yo voy de inmediato.
Martin aceptó aquello antes de que algo mas pasara y salió de ese piso junto a Caroline para comenzar a bajar las escaleras. Saber que no estaban solos en la misión le hacía sentir tranquilidad y confianza, mas cuando se trataba de alguien tan hábil.
Ahora Martin y Caroline bajaban por las escaleras de emergencias hasta que la chica detuvo su paso en seco haciendo que el pelirrojo girara la mirada un par de escalones más abajo.
-Tienes que seguir tu solo – Exclamó ella mientras le miraba de reojo entre sus alborotados cabellos negros – Estaré bien.
-Caroline... - Susurró Martin sin entender lo repentino – Tengo que ponerlos a salvo...
-Creo... que somos solo un peso adicional a tu misión. Martin es tu examen de traslado, no el nuestro. Que nosotros lleguemos al final contigo es exactamente igual a que si lo haces solo... tú te irás y nosotros nos quedaremos.
Aquel razonamiento estaba correcto de un punto de vista objetivo, pero subjetivamente no era acertado para Martin, él no podía dejar que sus amigos se quedaran en ese lugar lleno de peligros potenciales. Dejar a Garvan atrás había sido tan solo un impulso a la orden que él le había dado pero por lo mismo no se sentía tranquilo a pesar de que la esfera de fuego que le representaba aun seguía encendida.
-Ve. Me pondré a salvo hasta que Piero mande un equipo a rescatarnos cuando sepa que lo que está pasando aquí no es lo que debía - Le animó Caroline mientras sonreía. – ...Martin, gracias por todo.
Aquellas palabras le alentaron a seguir a parte de sentir que no podía hacerle cambiar de parecer. Luego de asentir a su querida amiga continuó con su camino bajando los escalones que faltaban hasta llegar al primer piso. Cuando pasó la puerta que llevaba al primer piso su paso se frenó de golpe ante lo que sus ojos veían: sentía como su corazón se aceleraba excesivamente mientras en su mente se liberaban todo los recuerdos que tenia de ese lugar en el que estuvo todo un año encerrado. En efecto, el lugar en el cual se había despertado para su examen era ni más ni menos que el sanatorio mental de Blackword city donde había sido mandado en aquella ocasión por Cindy tras una injusta acusación. Jamás pensó que volvería a pisar ese espacio pero nunca hay que decir nunca, solo que ahora su estadía seria en extremo pasajera. Se acercó al lugar que le había indicado Ryu estaba la posible salida y no le fue muy difícil llegar hasta ese baño ya que conocía las instalaciones al derecho y al revés. Cuando entró notó el agujero que era bastante simétrico que llevaba hasta lo que aparentaba ser la red del alcantarillado desde lo que habían sido antes las duchas. Tanta simetría en el corte solo le hizo acordar de la única persona que podía haberlo hecho, lo que le hizo chistar antes de estirarse.
-Parece que tendremos nuestro segundo round, Vidith - Dijo antes de posicionarse para bajar cuando una de las esferas de fuego comenzó a decrecer lentamente. Esto lo alarmó bastante puesto se trataba de la de Penny - ¿Penny? ¡Háblame!
-Baja – Le escuchó decir a la chica en su mente – Baja, rápido. Me tiene...
El corazón de Martin se aceleró al escuchar las palabras de Penny , lo que le hizo salta sin más dentro del agujero hasta caer en un túnel donde el agua solo le tapaba hasta los tobillos. Ignoró por completo el mal olor del lugar por estar concentrado en encontrar a Penny, corriendo lo más rápido que pudo por el lugar mientras veía como la llama que le representaba estaba cada vez más débil. Dejó que sus instintos lo guiaran por el alcantarillado mientras corría sin mediar el factor sorpresa, no podía darse el lujo de dejar que ella muriera por nada del mundo y fue así como llegó hasta lo que era un enorme espacio donde caían las aguas más suaves de aquel lugar en un estanque que no sobrepasaba el metro y medio de profundidad antes de desembocar en otro más profundo y amplio. En ese lugar había un intenso olor a muerte que Martin fue incapaz de bloquear mientras miraba el escenario; el agua estaba llena de cadáveres en proceso de putrefacción y mas al rincón se encontraba una montaña de ellos torcidos entre sí que hacían un especie de pilar donde destacaba Penny en el centro de las manos que la sostenían. Su cabello castaño claro le cubría el rostro mientras miraba hacia el suelo respirando cada vez con más dificultad por la presión que ejercían las manos de los muertos al apretar cada vez más su pecho.
-¡Penny! – Exclamó Martin saltando hacia donde se encontraba el asqueroso estanque solo para ser recibido por los cadáveres que se levantaban de las aguas con los ojos encendidos por una luz verde intensa.
Desde la parte posterior del pilar salió el responsable de dicho escenario, un chico delgado de cabello castaño cobrizo con un sombrero hecho de telas cocidas. Sus ropas eran pequeñas y bastante roñosas lo que hacía que sus canillas y abdomen se viera a simple vista, partes de su cuerpo que no se salvaban de las costuras que unían distintos colores de piel en una especie de lienzo humano. Inclusive su boca tenia costuras colindantes a lo que era el tatuaje de la estrella negra en su mejilla derecha.
-Vaya... jamás pensé que ibas a llegar hasta mi, Martin – Mencionó el chico con apariencia de espantapájaros mientras se cruzaba de brazos – Presentía que Camille acabaría con tu existencia pero parece que no fue así, no le dio el valor.
-Tu... eres el hijo del rey de la necrópolis de las llanuras de Arthem City – Apreció Martin mientras le miraba de reojo reconociendo al personaje ante él sin quitar la atención a los zombis. Habían rumores muy fuertes del chico ante sus ojos, uno de ellos que había sido él que había acabado con el rey antes de escapar de la ciudad.
-Exactamente. Pero odio que me reconozcan por lo que fue mi padre. Mi nombre es Riot – Dijo haciendo una suave reverencia antes de mover la mano izquierda hacia adelante tras soltar su cruce de brazos. Sus dedos tenían cada uno un anillo que brillaba con la misma intensidad que los ojos de los zombis en pie – Y yo daré fin a tu misión aquí, donde han desechado a todos quienes han completado su ciclo vital o su " misión" en este mundo.
Ante aquel gesto los cadáveres reanimados comenzaron a avanzar, algunos mas rápidos que otros por las circunstancias en las que se encontraban para ir al ataque por ordenes de su extravagante amo. Ellos gruñían y lanzaban sus fauces y garras al cuerpo de Martin, quien se movía mas rápido y los golpeaba con sus manos envueltas en fuego. El fuego les hacía daño constante a los zombis hasta que eventualmente caían al suelo envueltos en llamas que tan solo se apagaban por las aguas residuales bajo sus pies. El chico saltaba por los aires con sus brazos cubiertos en fuego mientras golpeaba y lanzaba esferas de fuego para desarmar a cada cadáver en su camino, pero parecían que no se acababan jamás, mientras más quemaba mas aparecían desde dentro de las turbias aguas y así no veía siquiera una pisca de progreso. Los que lograban acercarse más eran quemados por flamas que surgían del cuerpo de Martin por medio de la reacción de su mana, pero aun así no podía con todos lo que aparecían.
Cuando el lycan pudo alejarse al fin de aquella interminable horda se dio cuenta de que Penny estaba cada vez mas hundida en el pilar y su flama era cada vez más pequeña, por lo que se alarmó y corrió a toda velocidad hasta donde se levantaba dicha estructura sacando garras de fuego con las que cortaba e incendiaba a todos los que se interponían.
-Es inútil – Dijo Riot – No lo conseguirás nunca.
Y en efecto, cuando Martin estaba por llegar al pilar unas manos salieron desde el agua para agarrar sus pies y subir por sus piernas inmovilizándolo en su carrera , pero Martin no se rindió ahí, al sentir la desesperación por no poder avanzar y al notar que cada vez mas zombis le rodeaban su cuerpo se llenó de flamas incluyendo sus pies dentro del agua puesto eran llamas de Mana, la energía espiritual más grande que existe en el universo entero. Algunas de sus prendas se calcinaron pero eran un precio mínimo para acabar con los muertos vivientes que más cerca tenia, inundándolos en las llamaradas que se extendían desde su cuerpo acompañado de un grito similar a un aullido. De esta manera los cuerpos cayeron vueltos cenizas y Martin pudo seguir avanzando hasta el pilar que comenzó a atacar con enormes llamaradas desesperado por la vida de su amiga.
-No vas a conseguirlo, lycan – Exclamó con ira el villano mientras hacía surgir de las agua mas zombis para frenar nuevamente a Martin –Yo tengo todas las de ganar...
Riot rió mientras ordenaba a sus nuevos lacayos a atacar a Martin, pero todos fueron reducidos con flechas directamente ensartadas en sus podridas cabezas apagando la luz de sus ojos; Ryu había llegado en el momento preciso nuevamente para ayudar a Martin quien no paraba de quemar el pilar cada vez más reducido. Riot lanzó una mirada de enfado hacia el chico del cabello rizado mientras este derribaba a los zombis con sus flechas uno por uno con una amplia sonrisa mirándole de reojo.
El chico del cabello rizado dio un salto para bajar sin detener su ataque mientras caía hasta estar al borde del estanque donde continuo cada vez más rápido incluso lanzando de a tres flechas por tiro. Su lanzamiento final lo hizo hacia el cielo donde se formó una runa blanca a partir de los primeros impactos de aire, dicha marca recibió a las demás flecha y cuando el chico chasqueo los dedos una lluvia de flechas cayó sobre todos los zombis que aun quedaban en pie y sobre aquellos cuerpos que aun no habían sido reanimados por el necromante quien no podía creer que el mago se hubiese anticipado a su siguientes movimientos con todos lo que tenía en reserva. Luego Ryu saltó hacia el agua y apuntó a Riot con una flecha tensando la cuerda dispuesto a darle el golpe final como lo había hecho antes con Camille.
-Detente o será tu turno – Exclamó alzando una de sus cejas mientras miraba a Riot.
-Oh no, no te adelantes a los hechos – Dijo este alzando las manos mientras sonreía de medio lado mirándole con sus ojos sombríos – Es muy pronto para acabar con la diversión, aun que por hoy ya haya sido suficiente. Nos veremos en otro momento...
Cuando Riot dijo estas palabras su cuerpo se hundió en el suelo entrando a un agujero formado por un sello bajo sus pies, desapareciendo de dicha escena justo cuando Ryu lanzó la flecha. Al no estar presente el necromante, el pilar se comenzó a desmoronar solo entre las llamas que había dejado Martin, quien sin esperar hasta que todo llegara al suelo se subió en el montículo de cuerpos y escarbó para sacar de ahí a Penny quien aún seguía viva pero a penas.
-Penny... - Susurró Martin mientras le daba ligeros golpecitos en la cara a la chica y luego escuchaba su corazón el cual seguía latiendo.
-Se a desmayado por la conmoción – Dijo Ryu acercándose a él mientras se ajustaba las gafas ópticas – Estará bien. Martin, tenemos que terminar la misión.
-No la voy a dejar aquí si es lo que piensas – Exclamó Martin mirando de reojo al chico que guardó silencio un momento por la agresividad del lycan.
-Vale. Llevémosla a la superficie – Dijo de mala gana el rizado mientras se cruzaba de brazos aceptando los términos de Martin.
Ambos chicos idearon la mejor forma de salir gracias a las runas que realizaba el chico de los anteojos para poder salir de aquel agujero mientras Martin la cargaba en su espalda. Luego de recorrer de regreso las tuberías gracias a las flechas que había usado Ryu para marcar el camino, salieron por el agujero del baño hasta la superficie. De ahí caminaron hasta la entrada del sanatorio donde se encontraron sorpresivamente con Caroline y Garvan, ambos en buenas condiciones generales. Cuando ellos los vieron llegar de inmediato fueron a ayudarles con Penny mientras la dejaban en el suelo y la auxiliaba Caroline quien más o menos sabía algo de atención de salud.
-Estará bien – Exclamó Caroline mientras terminaba de evaluarla – Esta solo desmayada pero no tiene mayores heridas. Estaremos con ella hasta que despierte, no se preocupen.
-Ya he llamado a la escuela para que vengan por nosotros – Acotó Garvan sonriente mientras mostraba su comunicador.
Martin sonrió suavemente satisfecho al ver a sus tres amigos sanos y salvo luego de haber pensando en varias ocasiones que no podrían resolver lo que pasaba aun que una vez más se podía deducir que la perseverancia triunfó.
-Debemos irnos ya Martin – Le recordó Ryu mientras le esperaba en la salida. Al parecer ya había resuelto el cómo abrirla con magia – Quedan solo seis horas y media.
-De acuerdo. – Dijo este asintiendo mientras se acercaba a sus amigos – Bueno, es hora de irme.
-Si – Respondió Caroline levantándose – Sabes que te irá bien a dónde vas... eres lo mejor.
-Nos ha salvado a todos esta noche – Dijo Garvan acercándose a ellos – Eres un verdadero héroe.
-No podría haberlo hecho sin vuestra ayuda y la de Ryu.
-Pero no nos diste la espalda y eso es lo mas valeroso – Recalcó la chica – Y hablo por todos cuando te digo que estamos profundamente agradecidos de tu amistad y entrega.
-Exacto, lo que dijo Caroline. Lo hubiese dicho yo, pero ya ves – Garvan se encogió de hombros – ella es la chica de las palabras.
Esto hizo reír a Martin y sin poder evitarlo se abalanzó sobre ambos para un abrazo grupal, quizás el ultimo de hoy pero no el ultimo de siempre. Luego miró a Penny y sonrió suavemente cuando soltó a sus amigos.
-Díganle que la quiero mucho también, ¿vale? Seréis siempre lo más importante para mi chicos.
-Lo sabemos – Exclamó Garvan cruzándose de brazos bajo una sonrisa de medio lado.
-Hasta la próxima. – Mencionó Martin guiñando el ojo derecho para ir con Ryu y terminar de una buena vez por todas aquella misión.
Fue así como el lycan y el mago salieron del sanatorio de Blackword mientras se despedían de los dos chicos que se quedaron ahí esperando a que lo rescataran desde la academia.
Ahora solo quedaba la ultima parte, quizás la más simple que era llegar hasta donde se encontraba el tren a la espera de ambos chicos. Las calles a esas horas de la madrugada no era tan concurridas por lo que no tuvieron mayor problema para recorrerlas corriendo en medio de la calle confiados de que no quedaba un solo examinador si es que alguna vez hubo alguno ya que a los que tuvieron que vencer no eran mandados por Piero, si no por otra persona.
A cuatro horas y media de terminar con el plazo de la misión ya podían divisar la estación de ferrocarriles de los confines de Blackword a espera de ellos, con un enorme tren negro parado en la estación.
-Estamos a tiempo – Exclamó Ryu mientras jadeaba por el cansancio de correr sin parar a la par de Martin.
-Lo logramos – Dijo este sonriendo ampliamente mirando de reojo al chico de las gafas conforme por el desempeño de ellos. Pero las cosas eran demasiado fáciles para ser ciertas y eso se acababa ahora cuando a la lejanía e podía ver a alguien parado en medio de la calle. Mientras más se acercaban mas notaban que su paz se había acabado puesto quien se veía era ni más ni menos que el líder de los Black Star; Félix Neville.
Ryu se detuvo a una distancia considerable de diez metros dispuesto a atacar a la distancia mientras que Martin seguía avanzando cada vez más lento hasta convertir su avance en solo una caminata tranquila llegando hasta donde se encontraba Félix.
-A pesar de mi ceguera aun puedo sentir tu presencia Martin, es bastante útil la rivalidad de especies – Dijo el vampiro de cabello negro y costado blanco que mostraba orgulloso su marca de la estrella negra en su cuello - ¿Cuánto queda para finalizar la prueba?
-Algunas horas, suficientes en caso de que se te ocurra otro sucio juego – Dijo el lycan sin miedo y con decisión antes de hacer su pregunta - ¿Ha sido por venganza?
-No en realidad, de lo contrario no hubiese ido tras Ryu también – Sonrió el vampiro – Es solo que tienen mucho conocimiento del Black Star y aun ni siquiera hemos salido de la fase de reclutamiento .
-Félix, da lo mismo si comento o no a cerca de lo que sois, no duraran mucho y eso te lo aseguro. Tienen solo un virus a su poder y se puede combatir como lo han hecho con muchos otros a lo largo de la vida – Martin
-Pero no cuando se transforme en una epidemia – Acotó el chico ciego – Piénsalo, hay muchos en el mundo que van a querer el poder que les ofrecemos.
-Pero mientras haya quienes lo rechacen jamás podrán ganar –Dijo Martin sonriendo triunfal a pesar de que el contrario no lo viese.
-Eso lo veremos. La noche trae oscuridad y entre la oscuridad siempre asechan las criaturas más despiadadas...
Aquellas palabras hicieron estremecer a Martin, sabia en el fondo de que la pelea contra ellos no sería tan simple como lo había expuesto hace algunos minutos. Las enfermedades se controlan cuando se comprende su funcionamiento pero para ello debía pasar mucho tiempo, ¿ Cuando tiempo tendrían que esperar para sobrepasar al Black Star? Solo el tiempo lo diría.
-Lo tendré presente Félix... lo tendré presente.
El vampiro tan solo asintió cerrando los ojos antes de dar un paso para el lado y abrirlos nuevamente viendo a Martin con aquellas pupilas nublosas y privadas de la virtud de la visión.
-No te detendré mas, ve a tu destino Martin que pronto nos volveremos a encontrar.
- Eso espero, Félix - Exclamó el lycan antes de seguir con su camino acompañado de Ryu quien volvía a acortar la distancia y le seguía, mientras Félix miraba hacia el cielo oscuro de la ciudad sonriendo suavemente.
-Veremos si sois capaz de enfrentar la oscuridad con vuestras pequeñas luces artificiales....
La imagen de Félix se distorsionaba siendo apoderada por las tinieblas que lo cubrían de pies a cabeza y que ahora se comía toda la escena que una precognitivo había estado apreciando durante toda esa noche antes de su primera misión.
Chrome era la hermana de Will y estaban juntos en la sección B, pero a diferencias de su hermano su habilidad tan solo serbia para sí misma. Ella podía ver el futuro y las escenas que esa noche habían visto a cerca de un chico llamado Martin habían sido una de sus visiones que tenía como fecha la próxima semana. Pero lejos de importarle quien o qué papel tendría Martin en todos los acontecimientos que había visto antes, lo que más le preocupaba era que en todos y cada uno de ellos se encontraba aquel vampiro de nombre Félix.
¿ Qué papel seria el que jugaría él en este juego llamado vida? Cualquiera que fuese este Chrome sabía que no era una persona común y corriente, si no un potencial peligro para el mundo entero.
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T.D.A. - Libro I : Black Star
FantascienzaAdentrate en la historia de un grupo de alumnos de la Death Academy, una de las cinco prestigiosas academias de MacroLand destinada a entrenar a los nuevos héroes del futuro. . Esta historia gira en torno a un grupo de estudiantes de la sección...