Fue ese día, si lo recuerdo bastante bien, ese extraño 19 de junio de 1967, en esos momentos yo estaba volviendo a mi casa del colegio, recuerdo que no me había ido bien en las dos últimas semanas escolares, pensé que eso era lo único preocupante para mí, pero yo ahora veía cosas, me pareció haber visto una o dos personas muertas en la calle. Cuando llegue a mi casa no tenía hambre y me dolía mucho la cabeza, al parecer mi madre no se daba cuenta de eso y actuaba diferente, como si no fuera ella. Recuerdo que esa noche no pude dormir por los dolores y las alucinaciones. Al día siguiente estaba tan cansado que no fui al colegio, decidí ir a caminar, yo sentía que el sol me destruía y estaba a punto de desmayarme. Vi mucha gente pero me enfoque en un solo hombre que me miraba fija mente, en algún momento me distraje y no lo volví a ver. En la noche me desperté a las tres de la mañana, me levante para ir a tomar algo de agua, cuando llegue al corredor sentí que alguien me observaba y sentía miedo. La cocina estaba echa un desastre, como si alguien estuviera buscando algo, había sangre en el piso y vidrios rotos, me di cuenta de que eran pedazos de la ventana, decidí ir afuera a revisar lo que había pasado. Hacía mucho frió afuera y había algo en el suelo, me acerque para ver lo que era pero algo me golpeo en la cabeza y me desmalle. Cuando desperté vi a mi madre pero lucia diferente, me aterroricé cuando me di cuenta que nunca fue ella, parecía un perro pero tenía la piel pálida y muy pegada a los huesos, como si nunca comiera, estaba llena de cortadas y tenía los ojos tan oscuros que realmente al mirarlos podías sentir escalofríos. Parte de la casa se estaba quemando, recuerdo que ella se acercaba hacia mí rápidamente, logre golpearla y pararme pero no podía escapar, la puerta se quemaba y el fuego destrozaba lo que quedaba de la casa. Escuche lo que parecía un aullido producido por esa cosa, intento atacarme otra vez, pero por suerte se escuchó un leve sonido que hizo que la criatura se distrajera. Salto por la ventana, me asome para ver qué pasaba, no vi mucho porque el fuego se acercaba rápidamente hacia mí, logre ver a la criatura corriendo hacia un hombre de corbata negra, tenía pelo negro ojos cafés y una nariz enorme. Recuerdo haberlo visto muchas veces antes, podría decir que me seguía desde hace 4 años sin que yo lo notara. Ahora paso todo el día encerrado en un cuarto con unos monstruos de traje blanco tratando de relajarme y dormirme. Lo único que distingo con claridad es la ventanilla del cuarto, con la que veo al hombre de corbata negra y sus extrañas criaturas mirándome desde lejos.