Many manos largas

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El circo "Veredic" llegó a mi pequeña ciudad. No me sorprendió que la mayoría de los habitantes se entusiasmaran por la llegada del circo. Las boletas para las funciones se agotaron en muy poco tiempo; después de todo, este circo prometía ser un gran espectáculo con la nueva presentación de "Many manos largas". En lo personal, jamás me gustaron los circos, nunca encontré gracia en estos lugares; sin embargo, había algo particularmente inusual en este circo, incluso, fui una de los idiotas que gastó su dinero en una entrada. Qué estúpido de mi parte.

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El espectáculo empezó con dos de los personajes más queridos por el público: "El hombre fuerte" y "El payaso sonrisas".

La gente a mi alrededor aplaudía y festejaba los espectáculos, cada uno más vistoso y emocionante que el anterior. En lo que a mí respecta, no parecía algo increíble. Magos, payasos, trapecistas, nada que no se hubiese visto antes hasta que llegó el turno del gran espectáculo: "Many manos largas". Lo que entró al escenario era una niña de entre trece y quince años, con cabellos rojizos y una venda negra que cubría sus ojos. Lo que impresionó a todos fue que aquella niña caminaba con unos brazos que curiosamente parecían superar su altura.

Pasaron varios segundos para que, desde los pequeños niños a ancianos, empezaran a reírse, burlarse y tirarle cosas a la niña. Podía escuchar diferentes insultos: "adefesio" "fenómeno", y ella... Solo se quedó allí, con la cabeza baja, ignorando todo lo que ocurría a su alrededor. A medida que la algarabía del publico aumentaba, ella comenzó a pasearse por el gran escenario, pero en su cara se veía reflejado un gran dolor.

Esto me hizo enfurecer mucho. ¿Por qué se quedaría allí? No lo entendí. Intenté pedir que se callaran, que la dejaran en paz, pero no pude hacer nada, ya que mi voz no era nada comparada a los gritos y risas de los demás... Entonces decidí irme.

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Dos días después quise ir a verla, quería hablar con ella y asegurarme de que estaba bien. No había podido dormir bien pensando en su dolor, quería apoyarla, extenderle una mano amiga, aunque no sabía cómo hacerlo. Reuní fuerzas y caminé hasta la colorida tienda. Quería escabullirme sin que nadie me viera. Para mi mala suerte, me topé con ese horrible payaso.

- Quiero ver a Many.

- ¿¡Hablar!?¿Tú crees que ese adefesio sabe hablar? No me hagas reír, niña. Es un fenómeno, solo sirve para divertir. Yo en tu lugar me marcharía, pierdes tu tiempo intentando acercarte a ese monstruo.

Apreté los dientes. Realmente me enfureció esa respuesta, la forma en cómo se refería a ella, pero no me sentía bien como para continuar discutiendo. Cuando estaba a punto de irme, oí hablar a unos de los trapecistas.

- ¿Dónde esta Many? ¡No la encuentro!

Un murmullo empezó por parte de todas las personas del circo. No le di mucha importancia a esto, incluso me alegró. i no estaba cerca de ese horrible lugar, no la lastimarían...

Después de la desaparición de Many, el maestro de ceremonia anunció que el circo cerraría sus puertas temporalmente, prometiendo que reabriría lo más pronto posible.

24/6

Después de cuatro meses el circo volvió a abrir, proclamando por todos lados el regreso de la famosa "Many manos largas". Muchas personas de diferentes lugares asistieron, incluyéndome. Aún me preocupaba Many, quería estar totalmente segura de que estuviese bien.

El espectáculo empezó como siempre: con carcajadas provenientes de las absurdas actuaciones del inútil payaso y de los malabaristas; esta supuesta "felicidad" de las personas terminó cuando llegó Many. Las risas se convirtieron en abucheos, llovieron insultos, lanzaban al escenario lo que tuviesen a la mano, la multitud le gritaba nuevamente cosas como "monstruo", "deforme", entre muchas otras.

La niña apoyó sus débiles pies en ese escenario y, sosteniendo sus brazos, empezó a caminar en círculos; esto no solo sorprendió al público, sino que también al resto de integrantes del circo. La gente se quedó muda cuando ella se quedó inmóvil y, sacándose la venda, con sus ojos amarillentos, me miró fijamente y soltó una simple palabra:

- Gracias.

El silencio recorrió el lugar. El payaso, furioso, se acercó a Many y le propinó una bofetada. Acto seguido, las luces comenzaron a parpadear fuera de control hasta apagarse, dejando el lugar totalmente a oscuras. Todo estuvo en silencio hasta que una gran risa demencial, que parecía provenir de ella, inundó todo el lugar. Muchos niños y adultos empezaron a llorar, posiblemente paralizados por el temor.

Las luces volvieron. Los llantos no cesaron, sino que se transformaron en gritos de horror. El temor y la angustia se apoderaron de mi cuerpo al ver un espectáculo de órganos esparcidos por el suelo del escenario. Many se había ido, remplazada por el cadáver destripado del payaso. Me quedé inmóvil, mi cuerpo no reaccionaba, sentí ganas de vomitar. La gente comenzó a salir corriendo del lugar, yo hice lo mismo.

La vida en la ciudad no volvió a ser la misma, la alegría del pueblo se había desvanecido. Nadie salia por las tardes, cerraban las ventanas y aseguraban las puertas. Tenían temor: no los culpo, yo también tenia miedo.

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Comencé a sentirme extrañamente acosada, pero no creo que sea de gran importancia, es solo parte de la paranoia.

7/6

Al salir de la escuela fui atacada por dos hombres, trataron de robarme, me golpearon, pero un instante después allí estaba ella. Estranguló a uno de mis agresores, al otro le arrancó la cabeza. El pánico me inundó. Ella se acercó a mí, pero no puedo recordar más. Perdí el conocimiento.

9/6

Supongo que ver eso me afectó gravemente, mi paranoia ha aumentado. Ahora siento que en todo momento me vigilan. Podrían creer que estoy loca, que yo fui la culpable, pero no... Nadie puede saber que yo estuve allí.

13/6

Hoy la volví a ver. Cada día la veo por mi ventana, cada vez más cerca. Tengo miedo, ha dejado muchas víctimas en estos días. Ella me susurra, dice que lo merecían, se habían portado mal, necesitaban un castigo por sus actos. Después de todo es justo: el payaso murió, se portó mal, se lo merecía.

18/6

Ella quiere que la acompañe. No quiero ir, no quiero ir lejos, no puedo soportarlo, me estoy enloqueciendo. Ya no puedo permanecer sola, siento su parecencia detrás mio, no sé si es cosa de mi imaginación o realmente esta allí...

21/6

Many está furiosa, me he portado mal. Ella viene por mi, debí haber ido con ella, debí escucharla, debí portarme bien... La puerta está sonando, oigo pasos a mi alrededor, necesito ayuda, ¡no quiero morir! Mi cuerpo no deja de temblar, unos brazos largos y fríos se están deslizando por mi cuerpo... Las enormes manos se cierran sobre mi cuello. No tardará mucho en romperse, el aire hace falta. Solo puedo ver la cara de Many y la maniática expresión de su rostro.

(N/a:publicare las hisyorias de crepypastas 2 aqui.)

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