Always by my side {Fred&George Weasley} RESUBIDA

Capítulo XIII

Aquellos días estuve tratando de sacarme esa imagen de la cabeza. No porque me arrepintiera, sino porque había confundido mi mente y todo lo que sentía.

Había hablado con Hermione al respecto, me dijo que no tenía que evitarlo como él había hecho días antes, debía simplemente hacer como si nada hubiera pasado. Así que lo intenté, o al menos eso creía. Seguía juntándome con Adrian las tardes que teníamos libres. Nos divertíamos arrojándonos las ultimas bolas de agua-nieve que quedaban sobre el césped (ya que Marzo se asomaba) y a veces arrojando piedras al Lago, él era súper amigable y simpático. Algunos días me preguntaba por qué el sombrero lo había seleccionado para Slytherin, aunque no me animaba a preguntar. Me mantenía distraída y trataba de que Fred deje de evitar a su hermano cuando estaba conmigo. Eso pudo ser un punto a favor para tratar de rematarlo, pero fue inevitable no recordarlo cuando él se apareció en la biblioteca pidiendo que sea todo como antes.

—No quise hacerlo ¿sabes? —dijo y lo miré confusa— Quiero decir sí pero... no... Seguro entiendes.

—No volveremos a ignorarnos y tampoco hablaremos del tema ¿trato? —asintió— ¿George menciono algo?

—Solo el por qué, pero no le contesté.

—Y supongo que tampoco me dirás el por qué a mí.

Suspiró y respondió:

—Hice mal. Estoy con Katie, tú con... Adrian... —tardó en decir. Al segundo me miró a los ojos— ¿Amigos?

Asentí y sonreí sin mostrar los dientes.

—Amigos...—musité notando un poco de mentira y decepción en mis propias palabras.

Los días pasaron, las clases del ED y estudiar para los exámenes para fin de curso no hacían una buena combinación. Finalmente a fines de marzo habíamos comenzado a trabajar en el encantamiento patronus que todo el mundo había estado muy entusiasmado en practicar.

— ¡Hagan buena memoria, recuerden algo que los hizo muy feliz! ¡Algo que los hizo sentir llenos! —indicaba Harry a medida que caminaba por el salón observando como todos hacían el intento.

—Bien, ¿en qué pensarán? —me posicioné frente Fred y George para practicar.

—Cuando hurtamos el mapa del Merodeador —dijeron al mismo tiempo, se miraron y sonrieron. Reí ante su reacción.

—George, vamos inténtalo. —Harry llegó hasta donde nos encontrábamos y se quedó observando.

George agitó su varita mientras decía el conjuro. Un pequeño hilo blanco salió de la punta y al instante una figura se formó con claridad en el suelo, se movía al compás de la varita. Los tres estábamos impresionados y boquiabiertos, Harry, sonriendo a más no poder. El patronus de George era un zorro mediano brillante y tranquilo.

— ¡Bien hecho, sigan intentando! —nos dijo para luego seguir recorriendo los pequeños grupos.

Al poco tiempo Fred lo intentó. En el primer intento solo salieron chispas, pero al segundo una figura luminosa igual a la de su hermano salió de su varita. En cuanto a mí... no me salía en ninguna de las posibilidades.

—No tienes que rendirte. ¿En qué pensabas? —preguntó alentándome.

—En cuando me dijeron que sería la mejor hermana mayor —dije causándole una pequeña sonrisa.

—Inténtalo conmigo —dicho esto sujetó la mano en la que llevaba la varita. En cuanto sentí su mano, mi recuerdo cambió al beso que tuve con él aquel día en la sala común. Lo miré desconcertada y él me sonrió. Mencione el hechizo agitando la varita y, creyéndolo o no, una gran y brillante figura surgió de ella dejándome anonadada viendo a un hermoso tigre frente a nuestros ojos. Sin embargo, Harry nos recordó, que producir un patronus en medio de una clase brillantemente alumbrada era algo muy diferente a hacerlo cuando te enfrentabas a la amenaza de algo como un dementor.