Capítulo IV

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La señora Weasley nos tuvo a todos ocupados durante las últimas semanas en el cuartel. Necesitamos tres días para descontaminar el salón que estaba lleno de Doxys en las cortinas. Finalmente, lo único que quedaba era el tapiz con el árbol genealógico de los Black que resistió todos sus esfuerzos por quitarlo de la pared, y un escritorio que se sacudía. Moody no se había pasado todavía por el cuartel general, así que no estábamos seguros de lo que había dentro.

Pasamos del salón a un comedor en la planta baja donde habían arañas tan grandes como platos escondidas en el aparador (Ron dejó el cuarto apresuradamente para hacer una taza de té y no volvió hasta una hora y un media después). La porcelana con el escudo de los Black, fue tirada por Sirius en una bolsa a la que fueron a parar también una serie de fotografías viejas con marcos de plata, cuyos ocupantes soltaron agudos gritos al romperse cristales que los cubrían.

El timbre de la puerta sonaba varias veces al día, esa era la señal que para que la madre de Sirius comenzara a gritar, y para que nosotros, intentáramos escuchar a los visitantes detrás de la puerta, aunque podíamos ver fugaces imágenes y fragmentos de conversación. Snape revoloteo dentro y fuera de la casa varias veces más, también logramos ver a la profesora McGonagall, que tenía un aspecto muy extraño con ropa y abrigo muggle, y también parecía no tener tiempo que perder.

A veces, sin embargo, las visitas se quedaban para ayudar. Tonks se nos unió una tarde en la que encontramos un viejo espíritu con instintos de asesino escondido en un baño del piso superior. Lupin que vivía en la casa con Sirius, pero la abandonaba por largos periodos para hacer misteriosos trabajos para la Orden, ayudó a reparar un reloj de pie que había desarrollado el desagradable hábito de lanzarse a quien pasara por delante de él. Mundungus se reconcilió ligeramente con la señora Weasley rescatando a Ron de unas antiguas túnicas purpuras que habían intentado estrangularlo cuando él las quitó de su armario.

Fred y George continuaban experimentando con sus inventos, ambos probaban los "surtidos saltaclases", entre ellos, pastillas vomitivas y turrones sangranarices, haciéndome probar este último, la nariz no paró de sangrarme por más de diez minutos. La señora Weasley no creía que montar una tienda de bromas fuese una carrera conveniente para dos de sus hijos. Y lo peor de todo, no sabía que los galeones de los gemelos habían provenido de Harry y que yo, estaba algo involucrada en sus ideas.

A Harry no lo habían expulsado de Hogwarts, y Hermione y Ron –milagrosamente- se convirtieron en los nuevos prefectos. Molly estaba tan feliz que les había hecho un pastel a ambos para celebrarlo y los gemelos encontraron una nueva razón para burlar a su hermano pequeño.

El día de la ida a Hogwarts estaba bastante agitado dentro de la casa de los Blacks. Mientras me ataba mi cabello con una cola de caballo bastante alta, los baúles de Fred y George habían pasado volando escaleras abajo, lo cual hizo que hirieran a Ginny que terminó en el vestíbulo con la señora Weasley y la señora Black gritando.

— ¡...PODRIAN HABERLE HECHO DAÑO DE VERDAD, IDIOTAS!

— ¡INMUNDOS MESTIZOS, MANCILLANDO LA CASA DE MIS PADRES!

Hermione pasó subiendo aceleradamente los escalones y paró en donde yo estaba.

— ¿Ya estás lista? Ojo loco dice que no saldremos hasta que Sturgis Podmore llegue, no podremos salir para que la escolta de Harry lo acompañe.

—Ya casi, ¿Ginny está bien?

—Sí, tu mamá ya la ha curado. —dijo por último y continuó subiendo las escaleras hacia la habitación de sus amigos.

Una vez dentro de la estación de King's Cross, nos separamos en grupos de tres y cuatro. Con mamá y Alex entramos fácilmente en el andén nueve y tres cuartos, luego de Lupin, Fred, George y Ginny, donde el Expreso de Hogwarts permanecía expulsando aquel famoso vapor negro. El andén estaba lleno con los estudiantes que se iban y sus familias. Un aire de felicidad mezclado con angustia había venido hacia mí. Observe a George quien, por su mirada, debía estar pensando lo mismo que yo, a los pocos minutos me abrazó por los hombros.

Always by my side {Fred&George Weasley} RESUBIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora