Esos días...

Capitulo: 18

No he vuelto, el mensaje de "renunció" era y es cierto, solo que no quiero dejar las cosas a medias, cuando termine esto supongo que será mi larga despedida.
Ahora, perdón por el. Capítulo tan corto después de una espera tan larga.

Despertar juntos fue lo mejor que podría haber pasado. Jack estaba ahí tan acurrucado y con una expresión tan tierna y divertida que no podía creerlo, se veía perfecto con su cabello mas desordenado de lo habitual, tenía claro que estaba muy enamorado como para encontrar tierno que estuviera babeando.

Quizás no era buena idea, pero se levanto para preparar el desayuno. Dios estaba emocionado mientras preparaba los huevos, se sentía como se hubieran saltado mil pasos y estuvieran empezando una vida de pareja, solo esperaba que Jack no se le olvidara lo que paso de la noche a la mañana, un sudor frío le recorría la espalda al pensar que podía echarle a patadas.

"Adiós malos pensamientos" se dijo a si mismo, descubriendo con sorpresa y alivio unos brazos que le rodeaban por la espalda.

- Buenos días?- preguntó algo nervioso.

- Que tienen de buenos? Es jodidamente temprano y mi día libre...esperaba poder dormir hasta las tres.

- Ups...lo siento- no lo sentía, Jack no estaba molesto. Su voz sonaba tierna y refunfuñona, no quería admitir que estaba feliz.- huevos?

- Omellete- alargo las últimas sílabas, apollando con dificultad su barbilla en el hombro de Hiccup.

El moreno obedeció sonriente, ese se parecía un poco más al Jack que conocía.

- Hic...quieres vivir conmigo hasta que vuelva Merida?- preguntó sin mirar al nombrado, los libros repartidos por el suelo parecían mas interesantes y servían para esconder su vergüenza- esta bien si no quieres.

- Si quiero!....oh...pero...- Jack se apresuró a mirarle, se le notaba la preocupación en el rostro, iba a romperle el corazón si no se quedaba- no vivo solo...tengo una mascota.

- Oh... El departamento es grande...y no hay reglas que las prohiban- su voz se suavizó mas y mas, hasta el punto que cada palabra parecía una suplica.

- Tendrás que ordenar.

- Lo haré!

Hiccup estaba sorprendido, por un momento Jack se convirtió en un niño, ese comportamiento no le parecería tan extraño si el albino le estuviera pidiendo quedarse a su departamento con Merida, pero no era así, él mismísimo Jack le estaba invitando no se suponía que fuera Hiccup que pusiera reglas.

Bueno, esa era una oportunidad para saber que le pasaba al albino y conseguir romper con esa distancia de amigos con derecho, quería poder decir que eran novios.

Esa mañana desayunaron hablando como en los viejos tiempos, se divirtieron y debatieron cosas tontas de las caricaturas mañaneras, por ese breve instante fueron una pareja de recién casados hasta que Hiccup intento besarle. El mundo de Jack se volvió un caos, se alejó muy rápido y volvió a formar ese muro de frialdad.

Por un rato no se hablaron hasta que Jack declaró que mientras Hiccup iba por sus cosas él ordenaría el departamento.

Ya en su departamento compartido se sintió como el peor padre del mundo, había dejado a Toothless encerrado en la habitación. Esa había sido una muy mala idea, el pequeño animal había hecho magia para sacar absurdamente toda la ropa de la maleta, limpiar fue un una odisea, pero entre que ordenaba todo y era atacado por el pequeño hurón se relajó. Tenía que dejar que Jack se le acercara por cuenta propia, su forzaba las cosas volvería a ocurrir lo de la mañana y no tendrían ningún progreso. Era consciente de que Jack gustaba del sexo, cuando quisiera algo no se harían esperar las insinuaciones, ese seria el momento para aprovecharse y hacerle entender que su relación no era solo física.

Entre pensar y ordenar se demoró un poco mas en guardar solo lo necesario y a su bebé, Jack  había salido de compras cuando llegaron y no les quedo otra mas que esperar en la entrada.