capitulo 9

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Es casi una proeza reunir a la familia, querido Diario:

Marianella se quedó a dormir por que se hizo muy tarde después de ver shakespeare apasionado (re buena esa película). Se nos coló la tía Beba, y Abu también, así que no invitamos a nadie mas. Ni hablar a solas pudimos (me parece que quería contarme algo... No problem... Si hubiese sido importante lo hubiera dicho).

Cuando nos despertamos, estábamos desparramadas en lo sillones de la sala Abu nos trajo un desayuno tipo almuerzo como a las dos de la tarde. Panes con laban, hummus, unos niños envueltos y varias empanadas (todos fósiles descongelados y requisitos). Más un vaso con jugó.

¡Se pasa la site, fiel a su herencia palestina, cualquier hora es oportuna para bien comer... " yakul, yakul!

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Laban: yogur árabe. También se consume espeso, sin suero, como queso para untar
Hummus: puré de garbanzos y pasta de sésamo
Site: vocablo árabe de uso coloquial para llamar a la abuela
Yakul: ( أكل) comer
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Después llame por teléfono a Papá. Le pedí que viniese a cenar, necesitaba hablar personalmente con él. ¡Urgente!

Llegó con Adela (es como si la tuviera anudada al tobillo). Gracias a su obsesión vegetariana, se quedó conversando con la abuela en la cocina y yo pude preguntarle a papá por la medallita.

Él me aseguró que la traía colgada Junto con un chupete. El bendito chupete colorado que deje recién a los 3 años, ya con la goma rotosa y casi podrida (es que me compraban de distintos tipos y formatos, pero yo sólo quería ese). Él creía que fueron las enfermeras que me cuidaron en el hospital, donde estuve mis primeros 5 meses de vida (mientras aparecían padres adoptantes), quienes me colgaron esa medalla. Mis viejos me la sacaron al llegar a casa por que tenía los pliegues de la piel del cuello muy marcados y temieron que terminara lastimándome.

Varios años después; yo la descubrí en un cajón de mamá y la escondí.

Por primera vez en mi vida quise saber en que hospital había estado. ¿Ahi habría nacido? Papá aseguró que prefería que habláramos de todo eso con mamá. ¿Los tres?...mmm... Casi ni recuerdo la última vez que estuvimos los tres solos, conversando como seres civilizados. Hace cinco años que mis viejos están separados definitivamente (lo cual es bastante más saludable, por que era peor vivir con ellos peleándose el día entero), pero sólo recuerdo fotos de los tres juntos cuando yo era muy chiquita.

Una vez oí decir a tía Celina (vieja arpía, si las hay) que papá me adoptó como "trofeo de guerra", para que mamá se quedará con el y lo quisiera un poco más. (Chismosa y mete púas, también). Si fue el viejo quien, Finalmente se fue de casa. Ellos juran que yo no tuve nada que ver con su separación, que me aman por sobre todo (como dicen los libros que hay que decirles a los hijos de padres que dejan de quererse, ¿vio?). Igual, yo siempre me preguntó: ¿Por que me buscaron para armar una familia si luego se iban a divorciar? Tal vez, con suerte y viento a favor, me hubiesen podido adoptar unos padres más cuerdos... Claro que, quizás el viento soplaba en contra, y me tocaban en desgracias otros peores (...y a mi las desgracias se me prenden como garrapatas, ¿eh?).

Lo que me revienta es cuando escuchó a algunos decir "qué bendición, pobrecita...¡la vida que hubiera tenido si no la hubiesen adoptado...!". Mamá una vez casi se agarra de los pelos con la directora de mi escuela por eso. Se puso como loca. "Mi hija no es ninguna pobrecita", le gritaba. Y me aclaró que era ella quien se sentía agradecida por que yo fuese su hija, que lo hijos biológicos no tienen más remedio que soportar a sus padres, pero, en mi caso, se emocionaba al confirmar que la quería de todos modos, como si yo misma la eligiese a ella diariamente. (Es que no se da ni por enterada que, de vez en cuando, tengo ganas de ahorcarla... ¡Y a su tribu, casi siempre!).

Por lo que me cuenta Marianella, con sus padres (que si son biológicos) no es tan diferente. También los quisiera lejos, lejos, lejos. Hasta me envidia, pues dice que es genial que mis viejos estén separados, por que yo cuando me enojo con uno me voy con el otro, y si me enfurezco con los dos me amotinó en lo de tía Beba o con mi abuela; encambio ella no tiene más remedio que encerrarse en su cuarto y aguantarse las golpizas que le da el bestia de su padre cuando se sale de las casillas. A mí, al menos, nunca me han puesto una mano encima. Al final es como dice el dicho, cada cual con su rosario.

Vamos a ver si mi mamá accede a esa charla entre los tres , son tribu, sin esposos, ni la legión de extraterrestres que nos rodean.

Mío para siempre (tampoco es cuestión que yo sea tuya, y vos mío ¿que? Je, je).

Ceci.

El jamón del sándwichDonde viven las historias. Descúbrelo ahora