Capítulo 4

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Cinco días después la cosa seguía igual, pero con menos periodistas. Respiraba mucho mejor. Podía abrir la puerta de su casa sin que se le tirara nadie encima. Solo había uno o dos, apostados en la puerta de su trabajo esperando alguna instantánea de Lucas, entrando en el edificio o saliendo los dos juntos de él. Pues que esperasen... Pensó sonriendo para sí misma. Suponía que unos pocos días más y acabarían marchándose por aburrimiento. Y por fin, volvería a reinar la paz. Bastante más animada, subió en ascensor a su puesto de trabajo. Esperaba tener un día tranquilo y dedicarse a la campaña de Cosméticos Carpi. Era viernes y el lunes, tenía que exponerla. Había hecho todo lo posible por no tener que asistir a la tan esperada reunión por parte de Thom. Pero cada vez que habría la boca para protestar, su jefe la miraba con cara de muy pocos amigos. Dejó el abrigo y el bolso en el colgador, y al acercarse a su escritorio es cuando lo vio. Era un sobre pequeño y tostado con ribete dorado, arrugando la nariz se acercó abrirlo.

-¡No! -Soltó cortante, nada más entrar en el despacho de Thom.

-¿Porqué no? -Preguntó, sabiendo a ciencia cierta a que se refería.

-Es una fiesta benéfica –Escupió con enfado.

-Que organiza uno de nuestros potenciales clientes... –Suspiró.

-Aquí trabaja mucha más gente que yo –Recalcó con cierta tirantez.

-Perdona, pero soy tu jefe –Sonrió divertido-. Y tú, eres una de mis trabajadoras que más cualifico en ésta empresa. Debes acudir en representación a nosotros, dado el puesto que tienes aquí.

-¡Maldita sea, Thomas! Sabes perfectamente que él acudirá –Exclamó su nombre completo, y solo lo hacía cuando ella se hallaba verdaderamente furiosa.

-No lo creo, se encuentra en Nueva York toda ésta semana –Le dijo con voz calmada y no haciéndole caso a su humor.

-¿Seguro? -Preguntó más tranquila, pero sin confiar del todo.

-Te quiero verdaderamente preciosa ésta noche. Quiero que todos me envidien por llevar de mi brazo a dos preciosidades, como tú y Helen.

-¿Seguro qué no?-Preguntó aún dudosa.

-Seguro -Sonrió más relajado.

-Bien, entonces me tomo la tarde libre. Tengo que ir de compras –Dijo saliendo de allí extasiada.

A las ocho y media, ya se encontraba lista esperando a que la fueran a recoger. Al final, había optado por un precioso vestido negro de corte clásico, y recogiéndose un poco el cabello. Se encontraba un poco nerviosa, y la culpa de ello la tenía Lucas. No paraba de pensar que a lo mejor él se presentaba aquella noche allí por sorpresa. Y por dios que lo evitaba, pero cada vez que pensaba en él, no paraba de venirle a la mente su cuerpo musculoso y vestido con una toalla. Un tanto avergonzada, se obligó a pensar en otra cosa.

Mira que se repetía una y otra vez, que no era nada bueno el enamorarse de aquel hombre. Pero sabía que cada vez que se topaba con él, se le hacía un poco más difícil.

La gran fiesta era en un precioso palacio, rodeado de magníficos jardines. Se quedó impresionada de como los Abott habían tenido tan buenas ideas. Eran un matrimonio mayor, muy agradables y jamás presumían de lo que tenían, pero viendo aquello se hacia uno a la idea de cuanto poseían. Muy animada después de haber saludado a casi todos los presentes y no haberse encontrado con Lucas, decidió pasárselo bien aceptando casi todas las invitaciones para bailar. Solo hubo un pequeño instante que se sintió incomoda cuando se topó con un reportero y comprobó que éste la seguía detenidamente durante un rato. Pero pasado unos minutos y viendo que no había nada importante con ella, se mezcló nuevamente entre la gente. Sin darse cuenta soltó el aire que retenían sus pulmones. Por lo visto, su cuerpo aún reaccionaba un poco ante la atenta mirada de aquellos cocodrilos. Solo rezaba por que todo aquello acabara pronto. Levantando un poco la mirada, vio como al fondo del gran salón había una puerta que comunicaba al jardín y que algunas personas, habrían unos segundos para poder salir a éste. Miró a su alrededor, pero con tanta gente no pudo divisar a Thom y Helen para decirles que iría un rato a pasear al jardín.

Saga Edificio XIV -Doble Trampa-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora