Capítulo 10

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Eran las doce de la noche, todos volvían a estar en la terraza sentados en los

sofás. Como no, ella tenía a su lado a Lucas. Con su brazo por encima del hombro

y notando la suave caricia de sus dedos. Las chicas, habían estado nerviosas al

saber que tenían que llegar sus guardianes. Y Marta, se había pasado todo el día

esquivando a Marcus. Había que decir, que el hombre era muy persuasivo. Vamos,

que Lucas y él parecían cortados por el mismo patrón.

-¿Estás bien, mi niña? -Le preguntó Lucas en un susurro-. Pareces estar lejos

de aquí...

-Solo estoy un poco cansada -Se excusó.

-No pasará nada malo, si te vas a dormir ya -Sugirió amablemente.

-Pero...

-No estas obligada a quedarte, aquí todos son ya muy mayorcitos para saber

cuidarse.

-Lo sé, pero...

-Pero nada.

-¡EH! ¡Qué susurráis parejita! -Interrumpió Teresa con buen humor-. Aquí

compartimos los secretitos...

-No es nada -Rió Lucas-. Tú hija tiene sueño, y le decía que no hay nada

malo en dejaros aquí, eh irnos a dormir.

-¿Así que tenéis sueño? -Bromeó Sophía-. Pues nada, nada...Podéis ir al

refugio de vuestro dormitorio...

-¡Sophía! -La regañó Sabrina. Estaba harta de esos comentarios. ¡Y cómo

qué juntos! ¡Era ella quien tenía sueño, no él! ¿Se habría echado atrás sobre sus

ideas? ¡Maldita banqueta! ¡Maldita Sophía! ¡Y maldita ella, por realizar aquella

locura! Y sí... ¡No! No estaba bien el dormirlo otra vez...

Cerró la puerta tras de sí y observó la banqueta. No, era imposible el caber

ahí. Dios, que crudo que lo tenía. La miró. Se la veía nerviosa, pobrecilla. Tenía que

estar pensando si se le iba abalanzar sobre sí. Y si no fuera por su severo plan, ya

la habría echado sobre la cama y después, le hubiera dado y pedido explicaciones.

Pero no debía mostrarse débil ante ella, sino estaría perdido.

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¡Que rabia! Le encantaría poder meterse con él y demostrarle que se sentía

totalmente en desacuerdo con sus ideas... Pero tenía que representar el papel de

rendida... ¡Sophía, sí ella tenía la culpa de todo!

-No hacia falta, podías haberte quedado abajo charlando con todos -Sugirió

con voz melosa.

-Y sentirme solo sin tú compañía... -Bromeó éste.

-No seas cursi, no te pega... -Rió, cuando en verdad tenía ganas de...

¿Golpearle? Pudiera ser...

-Nuestras madres enseguida se irán a dormir -Empezó, mientras se

empezaba a desabrochar la camisa-. Helen y Thom, habrán aprovechado para subir

Saga Edificio XIV -Doble Trampa-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora