Eran las doce de la noche, todos volvían a estar en la terraza sentados en los
sofás. Como no, ella tenía a su lado a Lucas. Con su brazo por encima del hombro
y notando la suave caricia de sus dedos. Las chicas, habían estado nerviosas al
saber que tenían que llegar sus guardianes. Y Marta, se había pasado todo el día
esquivando a Marcus. Había que decir, que el hombre era muy persuasivo. Vamos,
que Lucas y él parecían cortados por el mismo patrón.
-¿Estás bien, mi niña? -Le preguntó Lucas en un susurro-. Pareces estar lejos
de aquí...
-Solo estoy un poco cansada -Se excusó.
-No pasará nada malo, si te vas a dormir ya -Sugirió amablemente.
-Pero...
-No estas obligada a quedarte, aquí todos son ya muy mayorcitos para saber
cuidarse.
-Lo sé, pero...
-Pero nada.
-¡EH! ¡Qué susurráis parejita! -Interrumpió Teresa con buen humor-. Aquí
compartimos los secretitos...
-No es nada -Rió Lucas-. Tú hija tiene sueño, y le decía que no hay nada
malo en dejaros aquí, eh irnos a dormir.
-¿Así que tenéis sueño? -Bromeó Sophía-. Pues nada, nada...Podéis ir al
refugio de vuestro dormitorio...
-¡Sophía! -La regañó Sabrina. Estaba harta de esos comentarios. ¡Y cómo
qué juntos! ¡Era ella quien tenía sueño, no él! ¿Se habría echado atrás sobre sus
ideas? ¡Maldita banqueta! ¡Maldita Sophía! ¡Y maldita ella, por realizar aquella
locura! Y sí... ¡No! No estaba bien el dormirlo otra vez...
Cerró la puerta tras de sí y observó la banqueta. No, era imposible el caber
ahí. Dios, que crudo que lo tenía. La miró. Se la veía nerviosa, pobrecilla. Tenía que
estar pensando si se le iba abalanzar sobre sí. Y si no fuera por su severo plan, ya
la habría echado sobre la cama y después, le hubiera dado y pedido explicaciones.
Pero no debía mostrarse débil ante ella, sino estaría perdido.
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¡Que rabia! Le encantaría poder meterse con él y demostrarle que se sentía
totalmente en desacuerdo con sus ideas... Pero tenía que representar el papel de
rendida... ¡Sophía, sí ella tenía la culpa de todo!
-No hacia falta, podías haberte quedado abajo charlando con todos -Sugirió
con voz melosa.
-Y sentirme solo sin tú compañía... -Bromeó éste.
-No seas cursi, no te pega... -Rió, cuando en verdad tenía ganas de...
¿Golpearle? Pudiera ser...
-Nuestras madres enseguida se irán a dormir -Empezó, mientras se
empezaba a desabrochar la camisa-. Helen y Thom, habrán aprovechado para subir
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Saga Edificio XIV -Doble Trampa-
RomanceNos vamos a Londres. Donde en el edificio XIV, parece que nuestro amigo cupido se haya quedado atrapado para el grupo alocado de amigas que trabaja en la planta 9ª y 10ª. En ésta parte, nos encontraremos con la historia de Sabrina. Una reportera f...