Capítulo 44: Desesperación

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Este capitulo está dedicado a Asleif1122 Amiga espero te guste el capitulo, me apresure todo lo que pude para que pudieras leerlo (me siento culpable por tardar tanto u.u) Espero que si puedas leerlo y que tambien puedas dejarme tus clasicas amenazas de muerte jejeje...

Okay, ya no habra interrupciones... Que lo disfruten

Luchaba por liberarse pero por más que lo intentara le era imposible. Estaba atapada, sentía su cuerpo desfallecer, sentía una inmensa ira interna, y no podía hacer nada.

-Ya no eres tan ruda, ¿o sí, Celeste?-Se burló pasando junto a ella, o más bien sobre ella, justo por encima de su único hombro y brazo libre, haciendo que se retorciera de dolor.

Avanzó hasta la celda en la cual Alina se encontraba cautiva. Le hizo una señal a Doch y este se limitó a dispararle acido a la puerta, desintegrando la cerradura y parte de la misma al instante. Con calma y diversión abrió lo que quedaba de puerta haciendo un ademan con las manos indicándole a Alina que saliera de ahí. Esta caminó con cierta inseguridad hasta salir de la celda.

-Vamos, rápido. No tardarán en aparecer los otros.-Le apremió Karin llamando a Doch para salir.

-¿Qué?-Musitó sin comprender.

-Sí que eres lenta.-Murmuró con molestia.-Tenemos que irnos.-Comenzó a explicar.

-Eso si lo entendí.-Aclaró levemente irritada.- ¿Por qué viniste? Y más importante aún: ¿CÓMO llegaste aquí?-

No hubo ninguna respuesta.

-¡KARIN! ¡RESPONDEME!-Le exigió.

-Ella...-Dijo con dificultad desde su posición.-Ella siempre supo d-donde...está B-Berk...-Terminó sin aliento Celeste.

-¡¿QUÉ?!-Exclamó furiosa.- ¡Eres una...!-No pudo terminar pues Doch se interpuso amenazante. Estaba claro que no dejaría que le hiciera daño.

-Puedes decir todo lo que quieras. Pero YO soy la única que puede sacarte de aquí.-Le advirtió Karin con gran molestia.

-Pues adivina qué...-Le retó.-Yo NO me voy.-Y acto seguido regresó a la celda de brazos cruzados.

-Eres igual de infantil que...-No terminó de hablar y eso frustró a Alina, realmente estaba harta de tanto misterio. Al notar su frustración, Karin no pudo evitar esbozar una sonrisa.-Aún no se lo has dicho, ¿cierto?-Se dirigió a Celeste, arrodillándose junto a ella, sujetándola de la barbilla para obligarla a verla. La había descubierto.-Eso está muy mal.-Le reprimió como si de una niña se tratase.

-Eres u-un...a...-Trató de detenerle.

-¿Una qué?-Le retó.- ¿Eh? ¿Una hipócrita? ¿Una traidora?... ¿Eh? ¡¿UNA QUÉ?!-Estaba a punto de golpearla cuando fue detenida.

-¡NI, TE ATREVAS!-Le dijo de forma amenazante.

-¿Acaso...la estás defendiendo?-Preguntó incrédula.

Esa pregunta la tomó desapercibida.-No.-Dijo al fin.-Pero si alguien acabará con ella esa seré yo.-

-Bueno, pues entonces hazlo.-Y dicho esto se apartó, entregándole a Alina una espada que tomó de la pared junto a ella.

Alina se acercó con inseguridad y temor en su mirada. Sabía que no era correcto. Pero no sabía que debía hacer realmente.

De un momento a otro ya se encontraba liberando a Celeste de su "prisión". No sabía por qué, simplemente no pudo detenerse, actuó sin pensar.

-¡¿Qué estás haciendo?!-Exclamó una furiosa Karin.

-Las cosas no se hacen de esta manera.-Dijo cortante Alina.-Si voy a destruirla será cuando la situación sea pareja.-

La Venganza Del PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora