OneShot 1: Cuando Rin finge dormir

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Disclaimer: Éste es un fanfic original basado en Free! Iwatobi Swim Club, Free! Eternal Summer y High Speed!

Los personajes no son de mi autoría. Pertenecen a las series anime y la novela anteriormente mencionada.

Advertencias: Este fanfic es de temática Yaoi (homosexual). Si no te gusta este género, te recomiendo que no leas.

Título: Frío pero no tan frío

Subtítulo: Cuando Rin finge dormir

Autor: MikaShier

Personajes principales: Matsuoka Rin; Nanase Haruka;

Disclaimer 2: La imagen no es mía. Será utilizada temporalmente.

SSSSS

OneShot 1:
Cuando Rin finge dormir

La noche había caído como un manto de oscuridad sobre Iwatobi, trayendo consigo la frialdad de la misma y un augurio de tormenta. El viento corría con fuerza y libertad sobre el lugar, obligando a los habitantes a resguardarse o empalmarse en abrigos e impermeables para salir.

Rin soltó un suspiro y cerró la puerta de nuevo.

Se encontraba en casa de Haruka, su pareja actual -que en realidad esperaba fuese la última debido al amor que le tenía-. Había sido invitado a cenar, pero al parecer debería quedarse ahí a dormir también, claro, no era una obligación... Pero si salía correría el riesgo de contraer alguna enfermedad y eso era impensable para un futuro nadador profesional, ¿no?

A Haru no le importaba si Rin se iba o se quedaba. Sus planes seguían sin cambiar. Después de intercambiar algunas palabras vacías, el pelinegro fue a tomarse un baño mientras el pelirrojo subía a la habitación para auto prestarse alguna prenda.

¿Qué si a Rin le dolía aquello? Por supuesto que no. Tomó un pantalón de pijama y una sudadera, vistiéndose con ello. Odiaba sentirse emocionado, pero... ¿y qué? Estaba por suceder uno de los mejores momentos de los que compartía con Haruka. Y es que él era una persona diferente por las noches.

El pelinegro entró a la habitación minutos después, secando su cabello con una toalla blanca. Repasó con la mirada el cuerpo de Rin junto a la ventana antes de dirigirse al armario. El pelirrojo soltó un suspiro que empañó el cristal mientras el contrario se acercaba.

─Es mi sudadera favorita ─protestó. El ojicarmin asintió.

─Lo siento. Tenía algo de frío. Si tienes otra que puedas prestarme...

─No dije que te la quitaras ─abrazó la cintura del contrario y descansó la barbilla en su hombro.

─Entiendo... ¿Dormimos juntos? ─ Haru asintió.

─Sí.

─Bien... Yo iré de lado de la pared.

─Como quieras.

¿Que si le dolía a Rin? Por supuesto que dolía. Pero valía la pena. Sabía que Haru si lo quería, aún si era serio a morir. Aunque sí, su frialdad le hería un poco cada día. Él era el tipo de chico que quería ser besado y abrazado. Quería hacer sonreír a su pareja. Pero amaba a Haru tal y como era. Nada haría que eso cambiase.

Y lo que estaba por pasar, solo aumentaba el amor que Rin le tenía.

El pelirrojo se colocó bajo las sábanas y se arrastró hasta la pared. Haru se introdujo en el espacio sobrante y se acomodó. Rodeó la cintura del ojicarmín en un medio abrazo. Pero no lo acercó.

─Mañana... ¿podemos salir? ─musitó el menor. Haru soltó el aire.

─ ¿Por qué? Mi casa está bien.

─Lo sé. Pero... Es día de gracias... En Australia solía cenar pavo... en familia. Pero... podemos tener una cita...

─Lo pensaré. Es tarde, Rin. Debes dormir si quieres madrugar y llegar temprano a clases. Es jueves.

─Sí... Buenas noches... Te quiero ─murmuró el ojicarmín. El pelinegro suspiró y le acarició la cintura.

─Yo igual. Duerme bien.

¿Qué si a Rin le dolía? ¡Y una mierda! ¡Le lastimaba psicológicamente y le entraban ganas de llorar como crío! Pero... Lo valía. Por Haru. Cerró los ojos y se tranquilizó.

Cuando Haruka pensó que su querido novio ya estaba plácidamente dormido, aferró su cintura y lo arrastró con suavidad y cuidado hasta pegar a su pecho la espalda contraria. Enterró el rostro en el cuello de Rin y lo besó con cariño.

Le avergonzaba hacerlo si el otro estaba despierto. Odiaba tratarlo con frialdad, pero no conocía otra manera. Suspiró. No tenía el valor para decírselo cuando estaba despierto. Así que lo haría si él dormía.

Acarició su abdomen y besó su hombro antes de comenzar.

─Te amo tanto ─susurró─. Es tan vergonzoso que no sé como decirlo. Cuando estás mirándome... Es solo... tu forma de mirarme, como si yo fuera la mejor persona que has conocido... En verdad me vuelves loco. Me pones tan nervioso que siempre termino diciendo monosílabos en vez de decirte lo que en verdad pienso ─rió suavemente y besó su oreja, apretándolo más─. Y es que... cuando te veo... Es como si mis sentidos se apagasen. Como si el mundo desconectara y solo estuviéramos nosotros. Tú en frente mío con esa rojiza forma fe mirarme que siempre está haciéndome las piernas de gelatina. Te amo, Rin.

“¿Y por qué solamente no te callas y me besas, idiota? " pensó Rin. Su corazón latía con desesperación y sus mejillas se sonrojaban. Sus ojos seguían cerrados e intentaba controlar su respiración. Haru se irguió un poco y volteó levemente la cabeza de Rin. Besó su mejilla con cariño antes de volver a su sitio y acurrucarse junto a su novio. Cerró los ojos. Pero Rin no lo soportó.

─Bésame ─exigió. El pelinegro abrió los ojos con sorpresa mientras sus mejillas eran invadidas por el rubor. El ojicarmín se dio la vuelta y enfrentó a su pareja. Igual o más sonrojado.

─Creí que estabas... ─los ojos del pelirrojo se entrecerraron mientras subía una mano al pecho contrario y lo tomaba por el cuello del pijama. El azul en el iris del contrario se clavaron en los labios de Rin. Sí, quería besarlo. Siempre quería hacerlo.

─Sólo hazte responsable ─ordenó con una mirada que parecía suplicarle. Y Haru tenía que obedecer.

¿Que si a Rin le dolía? Claro que no. Pero posiblemente pronto lo haría.

El cariño y amor que le tenía a su pareja era incontrolable. Tanto así que, cuando sus labios se unieron, Rin se olvidó por completo de que Haruka era una persona fría e insensible por fuera. Experimentó cada sentimiento de su interior mientras los minutos pasaban y el viento arremetía contra Iwatobi.

Amaba a Haru. Y él le demostraba que era correspondido todas las noches que pasaban juntos, mientras Rin fingía dormir. Por eso, ese pelinegro podía ser tan frío y serio como quisiese. Siempre y cuando, al anochecer, le besara de aquella manera que le ponía los pelos de punta.

Rin podía seguir fingiendo dormir. 

Frío y no tan frío (HaruRin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora