Promesa de año nuevo

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Luces que brillaban de todos los colores, olores de diferentes tipos de comida, niños corriendo, risas, charlas... Casi no importaba que el viento fuese frío, o que la nieve amenazase con caer. De hecho, el que todos estuvieran en el festival de año nuevo, aumentaba el calor en el ambiente. Claro, aún muchos se aferraban a sus chaquetas, pero los más valientes se ajustaban los cinturones de la yukata.

Estaba oscuro, más no era muy tarde. El festival se daba lugar a las seis de la tarde, acabando así a las diez. Nadie quería pasar año nuevo lejos de su familia. Al menos esa era la opinión general. Cuatro horas de trabajo, cuatro horas de aparente diversión. Luego, todos se marcharían a Dios sabe dónde y la noche familiar comenzaría, ese era también el pensamiento general.

Por lo tanto, ellos querían celebrar.

Haru corría junto a Rin entre las personas. Detrás de ellos, el equipo de Iwatobi y algunos chicos de Samezuka los seguían. Llegaron a un puesto con rapidez y, tras dar algunos yenes al dueño, Haru tomó un martillo.

—Apuesto a que puedo llegar más alto que tú —escupió Rin. El pelinegro lo ignoró y, reuniendo sus fuerzas, golpeó la plataforma que bombeaba aire al juego. El marcador se elevó siete octavos—. Sí, ganaré.

—Matsuoka-senpai seguro ganará esta ronda —exclamó Nitori con algo de emoción. Un quejido salió de los labios de Makoto.

— ¿Eh? ¿Sigues apoyándolos? —cuestionó el castaño con cansancio.

—Haru-chan y Rin-chan parecen tener mucha energía hoy —se quejó Nagisa, observando al pelirrojo tomar el martillo.

—Bueno, supongo que éste será el final, considerando la musculatura de Rin-san —explicó Rei. Haru lo observó con indiferencia y, antes de que el ojicarmín bajara el martillo, murmuró:

—Qué lindo, RinRin.

Su corazón se aceleró un momento mientras sentía sus mejillas arder. Se sintió levemente debilitado y entonces bajó los brazos con el martillo. Siete octavos.

— ¡Ha sido trampa! —exclamó Rin en cuanto el marcador terminó por caer. Haru volteó el rostro a otro lado.

—Tu te distrajiste.

— ¡Tú me distrajiste! ¡Claramente ha sido trampa! ¿No, chicos? —Nitori asintió junto a Momo mientras los demás negaban.

—Tú te distrajiste, Rin-chan —corroboró Nagisa.

— ¡Haru me distrajo!

— ¿Te distraigo, Rin? —el pelinegro clavó sus ojos azules en las orbes rubíes del pelirrojo, quien frunció el ceño mientras enrojecía.

— ¿¡Qué estás insinuando!? —Bramó acercándose y tomando a Haru por la chaqueta. El agredido se encogió de hombros.

—No sé de que hablas.

—Rin, creo que es mejor que te calmes —murmuró Makoto, más fue ignorado por el ojicarmín, quien se acercó más al rostro de Haru.

—Anda, repítelo.

— ¿Qué? ¿Qué te distraigo? Pero si tú lo has dicho, no yo.

—Eh... Matsuoka-senpai, esta vez, Nanase-san tiene razón —musitó Nitori. Rin chistó, soltando al pelinegro.

—Tú no me distraes. Y no vuelvas a llamarme "RinRin".

Haru sonrió en su interior mientras se acomodaba la chaqueta. Escuchó algunos resoplidos de cansancio en cuanto propusieron otra competencia, y posiblemente los demás tenían razón en estar molestos, pues tanto él como Rin se habían pasado el rato compitiendo en un intento de ver quien era mejor en cosas realmente irrelevantes.

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⏰ Última actualización: Jan 02, 2017 ⏰

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Frío y no tan frío (HaruRin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora