Capitulo Diez: Un gran secreto

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Soy conocedora de cuanta receta hay para el alma y el cuerpo. Domino a lo largo y ancho del universo solo por el simple hecho de permitir que mi sabiduría y mis conocimientos sirvan a otros.

_Disculpa, una vez más he juzgado mal a alguien que no conozco.

_No importa. No eres el único y creo que tampoco serás el último en hacerlo. Todos me ignoran. Por eso es que ningún hombre sabe que las plantas podemos hablar ya que ni siquiera se han tomado la molestia de preguntarnos algo. ¿Cómo te sientes? O ¿Cómo amaneciste esta mañana? Es algo que nunca nos suelen decir. En cambio cuando todo anda mal, las cosechas se pierden y las plantas medicinales se extinguen, solo así escuchamos lamentablemente palabras soeces, impropias e impías que naturalmente laceran nuestra verdadera personalidad. Pero no por eso nos revelamos contra el hombre. Todo lo que acontece es culpa de sus manos, se preocupan más por abonar con ceniza que al fin termina elevándose con el viento y poco queda que en consentir, regar con agua limpia y hablar con las plantas. El hombre está caminando por el lugar equivocado, perjudicial tanto para él como para nosotras las plantas. Pero solo el hombre puede darse cuenta de su propio error y corregirlo antes de tiempo, nosotras no podremos prevenirle. Él es el origen de todo y por lo tanto allí mismo se concentra la solución.

_Hondas y pensativas tus palabras, os lo digo. Pero dime ¿Qué acontecerá con el hombre si en vez de corregir sus errores, continua hundiéndose cada vez más en ellos?

_Simple respuesta os tengo, para tan dura pregunta. El hombre terminara perdiéndose.

_ ¿Pero cómo sostienes tu eso?, es naturalmente evidente que toda planta acuática o terrestre desaparecerá a medida de que pasan también las generaciones humanas. ¿A caso podrá una generación añorar algo que jamás tuvo ni conoció?

_Evidentemente no.

_ ¿Y dime no podrá también esa generación adaptarse a un nuevo ambiente y sustituir lo que en otros tiempos fue tan primordial y necesario para sus ancestros?

_Eso no podrá ser, porque al desaparecer la vegetación, se originaría un cambio rotundo en todo el universo, ya que las fuerzas naturales han cambiado. Nadie puede afirmar todavía si esas nuevas fuerzas producto de aquel cambio sean buenas o malas. Se ha pensado incluso que a la desaparición de uno solo de los elementos del universo este entraría en retroceso e irá desapareciendo también con el tiempo. Nosotros los seres más pensantes del universo hemos llegado a concluir que el hombre es el componente más inestable y por lo tanto el más propenso a extinguirse primero, dado que sea desviado de su propia naturaleza y de su único cause, está remando en contra de las apacibles aguas. El universo que es Dios lo ha puesto a reposar en valles tranquilos pero el hombre ha preferido una y mil veces los campos espinados. Nada puede hacer el universo para impedirlo. Cada cual se labra su propio destino.

_Me ha quedado muy claro todo y como humano solidario con los demás seres del universo me preocupa todo esto. No quisiera pensar en el día en que todo se acabe. Tal vez en algunos años el hombre empiece a vivir los efectos tardíos del inevitable desastre y recapacite, no hay mejor cura para el alma y mejor gratificación para la otra vida que un corazón arrepentido. ¿No lo crees así?

_Así mismo lo creo yo. Pero un arrepentimiento tardío no podrá solucionarlo todo. El arrepentimiento tiene que originarse desde lo más profundo y entrañable del corazón y no solo debe quedarse en palabras sino plasmarse en hechos reales, que cimienten soluciones efectivas para frenar un retroceso que cada día aumenta más su brecha. Es por eso que el hombre tiene que arrepentirse ahora mismo y no más tarde. Tal vez cuando lo haga movido por las fibras más emotivas de su corazón, sea cuando viva de cerca los verdaderos problemas que con su lacerante mano ha ocasionado.

_Según mis conocimientos el hombre es el segundo dominante del universo después de Dios, por eso este mismo se ve en cierta parte reflejado en el hombre cuyo rostro es poseedor de vida. Dominios plenos le ha concedido en todo lo que hoy existe, pero el hombre como inquilino se ha sobrepasado en sus verdaderos límites y se ha osado a igualar a Dios. Cuentas o balances nunca le son presentados. Se han hecho ricos a las costillas de él y poco le retribuyen en gratitud. El hombre en cierta parte busca su absoluta perdición al abandonar su verdadero camino.

_Tan correcto es lo que has dicho, que tú ya empiezas a dimensionar los verdaderos problemas. Creo que ya es suficiente de todo esto. Dos golondrinas que piensen igual no podrán hacer verano. Concentrémonos ahora más bien en tu verdadera tarea comprender y dominar al universo. El primer paso ya lo has dado, porque has dado muestra de conocimiento y de sabiduría, mezcla que rara vez se presenta. Has empezado a entender no solo al hombre, sino a ti mismo. Eres sumiso y te avergüenzas cuando tu propia especie comete aptos tan absurdos. Soy consciente de que tu no representas esa mayoría sin carácter pero que si formas parte de una solución invisible carente aun de un mismo significado. Habéis nacido en cuna humilde y de nobles principios, quizás en ello radica tu mesura y acierto al tratar de plantear en estos momentos vanas soluciones que como he dicho ya pocos comparten. Mientras tú y yo hablamos tan serenamente el cáncer se sigue extendiendo multitudinariamente, es un problema que no respeta fronteras por lo que cada día es más difícil encontrarle una cura. Quizás sea mañana mi turno y desaparezca también bajo el abrasador progreso y me convierta en una más que engrose las millonarias filas de los seres en extinción. Procura tu muchacho con tu divina sabiduría mover las masas necesarias, en el lugar en que te halles para persuadir un poco a la mente humana. Tan absorta en estos sentidos.

_Te prometo que lo hare. Pero mi deseo más apremiante es hacerme una estrella. ¿Qué más tienes que decirme?

_Ya poco falta. Estas a escasos momentos de que tu mente se habrá y comprendas lo que jamás has visto ni te has imaginado. Por ahora continua con tu apasionante búsqueda, que más de otros seres del universo están dispuestos a ayudarte.


Vale la Pena Soñar ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora