Capitulo Cuatro: Un nuevo mundo

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_ Cálmate. - Repuso la estrella.

Pero yo sin embargo no podía proferirle palabra.

_ Relájate. - Me dijo de nuevo.

Pero yo nada que podía despegar mi lengua.

_ Respira profundo. - Agrego.

Pero yo aún seguía agonizante. Fue en ese preciso momento cuando la luz que me había invadido y me sostenía flotando, abandono mi cuerpo. Caí como un costal de arena en el mar. En ese instante volví a respirar de nuevo y mi lengua poco a poco se fue despegando del paladar. Pude flexionar de nuevo mis músculos. El agua me devolvió a la vida.

-¿Que paso? - Le pregunte a la estrella.

Tardó en responderme. Empecé a impacientarme. Pensé incluso en salpicarle con agua, pero recordé que si en verdad deseaba ser una estrella debería ser muy paciente.

_Qué bueno que has recapacitado - Me respondió al cabo de un buen rato - Perdiste la paciencia y si jamás la hubieras vuelto a recuperar nunca te hubiera respondido. Lo que aconteció contigo hace algún rato solo se debe a que no estás enseñado a manejar tantas fuerzas. Perdiste el control de ellas tal vez derivado de la emoción que sentías al haber escuchado que has superado algunos de los peldaños, en la tarea de ser tú también una estrella. Y es ahora cuando recuerdo lo más importante de todo, el que tú mantengas tus emociones en un perfecto balance.

-¿Qué quieres decir con eso?

Tardó en responderme nuevamente. Pero esta vez no perdí la calma.

_El balance perfecto de tus emociones, consiste en medir cada una de tus excitaciones, ya sean familiares, sociales, afectivas y todas cuantas puedan existir equitativamente en una balanza hasta que alcancen el pesaje perfecto. Pero allí no radica lo más duro, después de ello deberás asegurarte de que la estructura y cada uno de los elementos se sostengan firmes y no declinen ante una amenazante marea. Por eso deberás dedicarle más tiempo a en robustecer los cimientos de la estructura y de cada uno de los elementos que la integran. Luego vendrá por así decirlo lo más caótico de todo, impedir que cualquier alteración ya sea de uno solo de los elementos afecte a los demás, es por así decirlo que un simple virus de gripa ataque y destruya tu sistema inmunológico. Ya me estas entendiendo Saulo por que llegar a ser una estrella no es cosa tan simple como realmente parece.

_Ya lo creo mi querida estrella. Pero respóndeme una duda. ¿Qué tanto puede llegar a afectar una alteración que por así mencionarlo se muestre imperceptible como el piquete de una aguja?

_Sabia pregunta mi querido humano. Y puedo os deciros que mucho. Ten en cuenta desde hoy y para siempre que cualquier partícula indivisible puede llegar a poner en jaque un ordenado sistema. Alguna vez te ha dado gripa supongo, te preguntaste como es común ¿Por qué a mí? Y por supuesto ¿Cómo? En la revisión el médico te pudo decir que pequeñas partículas de polvo ingresaron por tus vías aéreas. Te cuestionas, le das vueltas al asunto y al final dice "Imposible, jamás las vi". Lo mismo acontece cuando pequeñas partículas tal vez microscópicas ingresan a tu perfecto balance de emociones poniéndolo en riesgo. Recurrirás al igual que cuando presentaste la gripa a tomar medidas para contraatacarle y poder así hacerle desalojar. Pero te preguntaras de nuevo ¿Qué podría pasar si desearas dejar que las invisibles partículas actúen? Y para esa simple pregunta os tengo una simple respuesta. Aquellas partículas actuaran a su antojo y cumplirán su acometido, destruyendo todo lo que a su paso se oponga. Ya desde luego no valdrán medidas de urgencia por que el mal ya está hecho.

_Me has convencido por completo y no solo se debe a que hablas muy bonito, sino también a la validez de tus argumentos. Pero por favor dejemos de hablar de todo esto. Yo ya las iré conociendo a medida que vaya avanzando en mi deseo de ser una estrella. Quisiera saber un poco más de ti. ¿Cómo naciste?, ¿Cuántos años tienes? Y ¿Qué se necesita para ser tan hermosa como tú?

_Me has resultado también un caballero galante. Ya veo que aún no termino de conocerte a pesar de que nunca te he perdido de vista desde allá arriba. Además creo que es un irrespeto preguntarle la edad a una dama.

_Ya lo creo. Perdona.

_No es para tanto mi pequeño poeta de la noche. Hoy deseo compartir mis secretos contigo. Yo provengo de la galaxia de la gran Andrómeda. En donde no soy la única estrella, hay un centenar de miles de millones más solo en aquella galaxia. Nací al igual que las otras estrellas gracias a la condensación de partículas de gas y polvo atraídas entre sí por la fuerza de gravitación que también dan origen a las galaxias. A medida que estas partículas se acercan, la fuerza de atracción aumenta, lo cual ocasiona choques mutuos que producen elevadas temperaturas. Es allí donde la materia empieza a presentar cambios caracterizados por el gran desprendimiento de energía en forma de luz y calor. Así se inició la vida mía y la de todas las demás estrellas. En cuanto a mi número de años, creo que te sorprenderá un poco, pues debo suponer que jamás has conocido y platicado con alguien que posea diez mil años de existencia como yo. Y para responder a tu última pregunta debes saber que yo no soy una estrella hermosa soy totalmente igual a todas las demás, mis secretos para conservar la belleza aun después de tantos miles de años, radica en mi naturaleza y en mi origen. Te colocare un ejemplo para que lo entiendas mejor. Tu porque eres niño eres hermoso, sano y vigoroso; no podremos decir eso mismo de una persona de avanzada edad con enfermedades a cuestas. Con esto no quiero decir únicamente que la belleza sea solo lo externo. También hay una belleza interna que muy pocos explotan y retocan. El universo y los humanos por ser parte también de él, hemos diversificado la belleza, la cual realmente posee un solo origen. El yo mismo. Aunque es muy válido también el sentir de los humanos que ven la belleza en la naturaleza, en el agua, en el aire, en el universo y el fuego. Pero la percepción final de la belleza está en el universo porque él es uno solo o sea un yo existente. Por lo que el hombre y todo lo que le rodea dentro y fuera de la tierra son uno solo, una misma combinación de materia. Y como dije hace algunos instantes la belleza no siempre es eterna, teniendo sus efectos más pasajeros en los humanos que a comparación de nosotras las estrellas y demás seres del universo no gozan de vidas tan prolongadas. Apostaría mi lugar en el universo que si tu después de conocer a una muchacha de abundante belleza y tuvieras la oportunidad de encontrarte de nuevo con ella dentro de alguno años no te parecerá igual de atractiva o hermosa que antes. Seguramente la ignorarías desviando tú mirada a una muchacha más juvenil, lo mismo acontece con nosotras las estrellas aunque en tiempos más duraderos claro está. Al principio presentamos un color blanco azulado es por así decirlo en términos humanos nuestra juventud, luego pasamos a un color amarillo lo que ustedes llamarían la adultez y finalmente adquirimos un color rojo lo que ustedes determinan como vejez. En este color comenzamos a morir las estrellas e igualmente en la etapa de vejez empiezan a morir los humanos. Por lo que siempre he pensado que los humanos y las estrellas no somos tan diferentes como generalmente lo hacen pensar los astrónomos.


Vale la Pena Soñar ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora