Capitulo Tres: El gran encuentro

7.2K 175 13
                                    

_ ¿Quién eres tú? Le pregunte, después de vencer algunos miedos infundados. Por que como digo no todos los días se puede platicar con una estrella.

Tardó en responderme, creí que no entendía el castellano.

_ Mi nombre es Stella, que significa dotada de luz propia. Y lo que acabas de pensar es cierto no entiendo el castellano. Por lo que tú y yo no estamos hablando en ese idioma precisamente. Tú y yo estamos hablando el idioma del universo. Te preguntaras como, si escasamente podrás conjugar los verbos de tu idioma. Pues bien, la fuerza que invadió tu cuerpo es nada menos que la fuerza cósmica del universo, ella inmovilizo tu cuerpo por algunos instantes porque apenas se estaba adaptando a un limitado cuerpo de humano y esa que es la misma fuerza que acompaña a todos los astros del universo ha hecho que tu entiendas y comprendas nuestro idioma. Ya ves cómo puedes conversar conmigo sin sorprenderte.

_ Ya comprendo. ¿Entonces fue esa misma fuerza la que no permitió que yo dejara de observarte?

_No, ella no ha sido la que te obligo a observarme. Fue tu propia mente la que se dejó invadir por tus deseos. Tú muy en el fondo no querías perderme de vista, sabias que algo realmente hermoso te acontecería esta noche; es por eso que descuidaste la toz de tu madre y renunciaste a ser un limitado humano. Te esperanzaste en la fuerza del universo y ella acudió a tu llamado. Y deseaste además que una estrella hablara contigo y esta noche lo has logrado. Cuando desees algo con todas las fuerzas de tu espíritu el universo conspirará entre sí para que todos tus deseos se materialicen.

_ Lo que me tratas de decir con eso, es que si deseo con todas las fuerzas de mi espíritu ser una estrella el universo me lo concederá.

_ No basta solo con eso mi querido amigo, también necesitaras que tu cosmos y el cosmos del universo sean compatibles. De lo contrario no podrá haber trasfusiones entre humanos y seres celestes que por cierto nunca han sucedido.

_ ¿Y qué se necesita para lograr un cosmos semejante al del universo?

_ Por primero paciencia en abundancia, que te sobre hasta para prestarle a tus amigos sin la más mínima intención de reclamarla. Cuanta más paciencia des a aquel que la necesita más paciencia te dará a ti el universo. Así que no te preocupe el ahorrarla o esconderla donde nadie jamás la encuentre porque la paciencia al igual que el agua tiene la capacidad de evaporarse. Solo dedícate a cultivarla a plena luz, sin dejar que la fuerte ventisca o la persistente llovizna os la arruinen. Procura dedicarle todos los cuidados. Asegúrate que ella reciba el baño y el abono antes que tú y que ella sea la primera en respirar de los aires frescos. Solo así lograras hacerle perdurar por siempre y ella en cambio de tu esmero os dará la inmortalidad eterna por haberle preferido tú antes que a la desesperación y a la locura y mucho antes que a la opresión y la soberbia. Y por último dale un buen uso, no abuses tanto de ella porque todo lo que se usa demasiado se desgasta poco a poco. Cámbiale los empaques constantemente no le hacen que aún no se hayan desgatado, será mucho mejor prevenir que el tener que lamentar una amarga perdida. Debes recordar también que cuando tú y la paciencia se hayan hecho uno solo y se han tan sólidos como la roca, no deberás hacer las cosas siempre solo. Recuerdas que tú no eres uno solo sino que conformas un equipo y ciertas cosas por falta de uso se atrofian. Soluciona las cosas a tu parecer simples con tu intelecto y recurre al trabajo de equipo cuando la fuerte tormenta ponga en riesgo tu vida y la de tu amigo. Huye de la batalla como un hombre así los demás piensen que eres una gallina y un cobarde, en el universo preferimos a la gente astuta y prevenida y no a aquel que muere destirpado en batalla con un simple gusano. Hay que elevar nuestras fuerzas al máximo, que al vernos de nuevo nuestro enemigo hulla horrorizado, de nuevo tus amigos volverán a ser tus amigos y las críticas de antes partirán al igual con tu enemigo. Es la simple ley del universo.

_ Ya entiendo. Pero ¿Cuál es tu misión en el planeta del agua?, ¿Por qué has descendido a ella? Y ¿Por qué hablas ahora conmigo?

_ Pues veras es muy simple todo. Por cada humano que habita hoy en el planeta del agua y por cada humano que ha dejado de habitarla existe una estrella allá arriba, con la misión de cuidar y acompañar a cada humano que nace y muere, pero pocos nos prestan tanta atención como tú. Por eso se desvían y pierden su camino original, el camino que Dios les ha encomendado desde un principio. Él nos confió la dura tarea de vigilar a los humanos desde el mirador más espectacular de todos. El universo. Muchos sean perdido por valles oscuros y algunos pocos han visto la luz. Por eso somos las custodias de la noche o de la completa oscuridad para que el hombre no se acostumbre a las tinieblas y pierda todo interés por la luz, si no que en cada región oscura halle la luz de la salida. Y estoy aquí con la única intención de realizar tu anhelado sueño, el de ser tú también una estrella vigilante de la noche. Os confieso que no será cosa fácil para ti lograrlo, pero tú fe y dedicación al contemplar las estrellas ha hecho que apruebes uno de los duros peldaños, porque nadie como tu mi querido Saulo se ha entregado por completo al universo y se ha dejado ver como realmente es. Son valiosos puntos que el universo quiere obsequiarte.

Calle por completo, no murmure palabra ni produje sonido. Estaba paralizado, mi lengua se adhirió a mi paladar y me era imposible despegarla de la emoción. Intente tragar saliva. Mi boca y mi garganta estaban completamente secas. Intente hacer gestos con mi mano para que la estrella comprendiera mi situación y me ayudara, pero mis manos tiesas no respondían a mis órdenes, pareciera que el único órgano que me funcionaba en ese momento fuera el corazón, de lo contrario hubiese muerto. De nuevo atribuí todo a las fuerzas cósmicas de la estrella. Estaba en buenas manos supuse, que daño podría hacerme una estrella si como lo dijo hace un momento era la encargada de vigilar y corregir a los humanos y además había mencionado a Dios en todo esto.


Vale la Pena Soñar ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora