Capítulo Trece: Sueño cumplido

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Así lo prometí al águila, de la misma forma en que selo prometí a la planta, al agua y al ángel que de una u otra forma terminaron jugando un papel decisivo en mi proceso, lo único que si me atormentaba un poco era como poder llegar a cumplir aquellas urgentes y necesarias promesas radicadas muchas de ellas en el constante desequilibrio del universo. "Todo terminara arreglándose de algún modo". Pensé, queriendo hallar en estas palabras un nivel emocional que me permitiera abandonar el planeta del agua con la misma felicidad con la que llegue a ella. "Algo tendré que hacer para despedirme de ella en un éxtasis de enamoramiento total entre ligado más allá del mismo universo". Fue en ese momento cuando escuche el retozar de las aguas del mar, impaciente ya por recibir sobre su piel los declinantes rayos del sol de uno de los tantos días más de verano que azotaban por este tiempo a la isla. "Eso es me sumergiré en las aguas" dije con fuerte voz mientras a lo lejos un eco impetuoso reproducía a cabalidad cada una de mis palabras que terminaron convirtiéndose en el último vestigio mío sobre el planeta humano. Me deshice de toda prenda que portaba y como disponiéndome a recibir un bautizo universal me arroje a las frías aguas inclementes como siempre a esa hora a la fragilidad humana. Estire mis brazos y piernas para nadar hasta el cansancio, hasta el agotamiento y hasta la decadencia extrema. Me sentía satisfecho en medio de una plenitud embriagante que me calcino los huesos de emociones encontradas y me hizo hervir la sangre a extremos inconcebibles. El alba se instaló en el lugar, anunciando consigo un nuevo trajín de ideas para el mundo y un constante ir y venir de gente que se disponía a trabajar. El alma se me entrecorto al observar que la luz de mi cuarto se había encendido, la silueta que prolongaba la luz hasta el centro de la ventana de cristal era la de mi madre. Ya era hora de levantarme para ir a la escuela. La vi por última vez cuando mi cuerpo se elevaba majestuosamente hacia un paraíso sin nombre matizado por miles de luces, con su cabello corto batido al viento y su mirada puesta en todas partes tratando de lanzar una flecha certera que impactara en mi presencia. Solo pude tener un solo gesto para con ella, alce mi mano tan alto como me fue posible meciéndola con el mismo sentimiento con que se le mece a un amigo que se marcha sabiendo muy dentro de nosotros que aquel gesto no abarca el adiós definitivo sino un hasta pronto cercano. He de confesar que en aquellos momentos mis ojos se reventaron en un sollozo intenso no en señal de tristeza si no en una señal de ternura y gratitud eterna a quien fuera tan útil siendo yo un niño. Mi madre se me fue haciendo cada vez más diminuta en las alturas, cada vez más imperceptible mientras ascendía a un viaje sin regreso dejando a tras tantos dolientes. Pensé en una forma de enterar a todos de mi suerte hasta que después de mucho pensar y de mucho divagar en ideas absurdas, opte por arrojar mi gran diario rojo empastado finamente en terciopelo en cuyas hojas anote sin omisión alguna mi memorable aventura universal que dio sus orígenes en mi despintado balcón. Vi cómo se precipitaba a tierra tan anheloso como yo de compartir con los demás incrédulos nuestras memorables proezas. Solo suplico que quien encuentre este diario lo haga por favor llegar a mi preocupada madre, que debe lamentar como nadie mi partida. No te apropies de él sabiendo que con ello causas tanto dolor ve y llévalo ahora mismo a mi madre. Calle 15, Barrio el universo.

Allí estaba Stella tan paciente como siempre, dispuesta a ser ella la primera en darme uno de los tantos abrazos de bienvenida que me esperaban.

_Ya casi lo logras. -Repuso Stella, exhibiendo un rostro armónico.

_ ¿Y qué me falta?

_Solo te falta dominar a el universo, pues ya lo has entendido perfectamente tal como es ahora y como será en el mañana. Entablaste fuertes amistades con muchos seres. Has hecho más de lo que te había pedido. Piensa que te falta para dominar al universo, es solo cuestión de razonar un poco. Yo y mis demás compañeras hemos decidido otorgarte un regalo para celebrar tu bienvenida. Si deseas puedes tomarlo ahora y utilizarlo en este momento.

_ ¿Y de que se trata? - Pregunte impaciente.

_El regalo consiste en que puedes obtener lo que desees, tan solo con pensarlo. Deben ser deseos realmente humanos para que se cumplan.

_Ya lo tengo, ya sé lo que pediré. Le hare un bien tan grande al universo que por congratulación conmigo dejara que yo le domine. Deseo que el hombre abandone su mundo de tinieblas. Que comprenda desde hoy y para siempre la importancia de las plantas y que retribuya a ellas con amor su propia subsistencia. Deseo además que todas las partes del mundo conozcan y disfruten por siempre del agua que es el único y verdadero elixir de la vida. Deseo además implantar en el corazón de cada hombre una semilla que le recuerde la convivencia fraterna que debe haber entre hermanos y por ultimo quisiera que todos los animales rían tranquilos y que se declare una paz eterna entre ellos y el hombre.

_Pues todo lo que has deseado se ha cumplido. Por siempre y para siempre el universo será un verdadero remanso de hermanos. Has aprobado con calificaciones altísimas tú admisión al gremio de las estrellas. Porque solo tú y nadie más hubieras comprendido que el universo solo se puede dominar con buenas acciones y no imponiendo ni construyendo guerras. Por fin llegó el momento culmen de todo esto, llego el momento en que tu sueño se haga realidad. Ya es hora de que te confiese todo porque ya se avecina también mi hora final. Yo era la estrella que hablaba en tus sueños, yo era la que recitaba en tus sueños los poemas más largos de la noche.

_Ahora comprendo porque irradiabas tanta ternura, jamás me has abandonado. Desde siempre has sido mi fiel guardiana de todas las noches.

_Así es cuando aún te hallabas en brazos de tu madre, vi en tus ojos una mirada cautiva que podía observar más allá de la simplicidad de las cosas. Fue en aquel momento cuando decide que tú deberías ser mi sucesor. Ahora que el momento ha llegado quizás volando, me siento tan feliz como en aquella noche en que te vi por vez primera. Has cambiado mucho en lo físico lo he de admitir, pero aun continuas siendo para mi aquel niño extrovertido y jovial que prefería observar las estrellas que acostarse a dormir...

Stella continúo hablando, desahogándose con cada palabra que decía, liberándose de un peso interior que le aceleraba el corazón. Pero yo deje de escucharla al presenciar que mi hermoso traje de estrella era traído en solemne procesión. Me ordenaron que me lo pusiera, quedando revestido al instante de un aire inimaginable, confortante y sosegado. Me sentí liviano e incluso hice sencillas acrobacias. Pero deje a un lado mi inagotable felicidad al notar que Stella desaparecía haciéndose más invisible a cada momento.

_ ¿Qué te pasa? - Le pregunte invadido de un aire de preocupación.

_Disfrútalo tú que nadie más se lo merecen. Ahora debo cumplir mi promesa.

_ ¿De cuál promesa hablas? - Le pregunte.

_No te lo había querido decir. Pero la única razón por la que tu estas aquí, es por la simple idea que se me ocurrió y que se la comunique de inmediato a la diosa suprema de todas las constelaciones. Consistía en que permitiera que tú ocuparas mi lugar y cuando ello sucediera yo naturalmente quedaría sobrando. Ya entiendes porque tengo que morir ahora y no más tarde.

_ ¿Pero por qué no lo habías dicho antes?

_Porque seguramente no hubieras aceptado, conozco tu corazón compasivo y hubieras preferido desechar tu sueño antes de causarle la muerte con él a una estrella. Gracias por todo, siempre te abre de recordar en la muerte como aquel niño que trajo felicidad a mi vida. Solo procura que tu existencia sea tan grata para ti como para cuantos te rodean. Constituye un legado tan grande que los que vengan después de ti no sean capaz de igualar y no se te olvide nunca por muy atribulado que estés que siempre habrá alguien que te seguirá amando en las infinidades de la muerte.

_Adiós, adiós, adiós...


Vale la Pena Soñar ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora