Capitulo 40.- ¿Sirenita?

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9 de Diciembre de 2015

―Feliz cumpleaños―susurró Paxton en mi oído.

¿Por qué nadie respeta mis horas de sueño?

Gruñí. Abrí los ojos lentamente.

―¿Qué hora es?―Bostecé.

―Las doce en punto pequeña―Sonrío y se le formaron unos hoyuelos en las mejillas.

Que puntual...

Le acaricié la mejilla y me incorporé.

Me tendió una rosa roja.

―Te amo.

Me besó. Pero pronto se separó de mí, a regañadientes me alejé de él sosteniéndolo de las solapas de la camisa.

―Tengo algo para ti―Me dio un beso corto en los labios antes de separarse por completo.

―Yo solo quiero tu amor―dije haciendo un puchero.

Uy que romántica...

Sonrío dejando ver sus perfectos dientes y negó con la cabeza.

―Te va a gustar amor―Aseguró.

Me sentí ansiosa y me froté las manos.

De su espalda sacó un cajita de terciopelo negra y me la tendió, sus ojos estaban brillantes, me parecía el hombre más guapo del mundo entero, me encantaba cada parte de él incluso aquello que no me gustaba. ¿Contradictorio? Lo sé.

Tal vez te va a pedir matrimonio... Oh por dios...

La tomé, nuestros dedos se rozaron y disfruté de aquel pequeño contacto que me provocaba un cosquilleo de placer. Miré la caja y deshice el lazo rojo que llevaba, antes de abrirla lo miré, él estaba atento a cada uno de mis movimientos. Me pareció tan tierno que no pude evitar acercarme y darle un beso corto.

―¿Y eso?―Sonrió contra mis labios.

Iba a hablar pero me interrumpió.

―Ábrelo, no soy paciente amor―Me dio otro beso y se alejó por completo de mí.

Revolee los ojos.

Hasta parece que es tuyo el regalo...

Abrí la caja y miré el contenido de esta. Era una cadena plata con un dije, era una especie de gema color azul, un azul tan extraño como sus ojos, era exquisito. Me apresuré a sacarlo y lo observé detenidamente, en el centro de la piedra estaba encapsulada una "P". Era hermoso.

P, de Paxton. Argh! Que romántico...

―¿Qué significa la "P"?―pregunté tentando a la suerte.

Paxton abrió la boca y la volvió a cerrar falto de palabras. Frunció el ceño.

―¿Estás jugando conmigo pequeña?―Alzó una ceja.

―No―contesté lo más seria posible.

Juntó sus cejas. Se veía adorable. No pude soportar su cara. No podía mentirle ni siquiera a modo de cotilleo, rascó su nuca y comenzó a dar vueltas por la habitación.

―Es broma, P de Paxton―Reí.

Él se relajó por completo. Luego puso cara de malicia.

―Eres una sucia―Se abalanzó sobre mi haciéndome cosquillas.

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