Capítulo 14

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CAPÍTULO 14

Si caigo lo mínimo que puede sucederme es que me rompa un brazo o una pierna. No, eso no puede pasar. No ayudaría a mis padres y, además, el ruido traería a los guardias.

Todo eso pasa por mi mente en milisegundos.

Estiro mis brazos hacia el árbol, mi mano izquierda encuentra la rama y me aferro a ella. Estoy a salvo...

Otro BOOM. Pero este solo lo siento yo. Mi cuerpo, como un látigo, da un azote contra el árbol y el dolor se extiende por mi cuerpo. Logro alcanzar con mi otro brazo la rama y la abrazo, pero pierdo el agarre con mi mano izquierda y me deslizo hacia abajo.

Espinillas se clavan y cortan mi piel desnuda en los brazos y un gemido de dolor escapa de mis labios.

Oh Dios mío. No.

Tobias escupe un improperio y echa a correr y adentrarse más en la tierra salvaje. Una mano sostiene mi muñeca. Leonard. La tomo y subo.

En ese momento empiezo a escuchar el ruido de pasos, guardias. Quiero gritarle a Tobias que tenga cuidado, pero delataría donde me encuentro y, además, él sabe cuidar de sí mismo. Leonard se ofrece a curar mi herida pero me niego, por la adrenalina no siento el dolor y debo ayudar a Tobias. Saco mi pistola y me aferro a una rama que me permite estar parada y a la vez disparar sin que me caiga.

Aguzo mi visión y levanto el arma en mis manos. Un par de guardias pasa por debajo de mí.

Inhalo.

Apunto.

Exhalo.

Y disparo.

El grito quedó ahogado entre mis dientes: le di en la pierna al que iba último. Su compañero se vuelve y vuelvo a disparar...

     En la nuca. Pienso en empezar a pedir ayuda pero en ese instante me vienen a la mente los gritos de mi madre; mi padre, rogando que no lastimasen a mi madre. El cuerpo de mi padre cayendo en el suelo.

Me embebo de la visión que hay debajo de mí y regreso con Leonard.

Me sorprende el estado en que lo encuentro.

-¿Tú los mataste? -pregunta, sus ojos están en peligro de salirse de sus orbitas de tanto que los abre.

-Uno es seguro, el otro...-levanto el hombro sacándole importancia- si no consigue a un médico en cinco minutos se desangrará.

Durante cinco minutos escucho el ruido de pasos, disparos y lucha.

Mi costado empieza a arder, pero no quiero curarme. Quiero encontrar a Tobias. Debo bajar con el mayor cuidado posible para no atraer atención. Si bajo por mis propios medios tengo metro y medio de caída en el que mis botas harán ruido a no ser que sea sujetada desde arriba...

-¿Puedes cargarme?

-¿Eh? -pregunta estúpidamente Leonard en respuesta.

-Que si soportas firme mi peso.

En su cara se refleja la lucha interna que tiene dentro. Sorpresa por el pedido, miedo, nerviosismo, alegría...

Antes que responda digo:

-Debo bajar en silencio.

-¿Para qué quieres bajar? Aquí estamos bien.

-Exacto -digo, mi tono es enfurecido aunque hable casi inaudiblemente-. Nosotros estamos bien, pero Tobias no.

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⏰ Última actualización: Dec 06, 2015 ⏰

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