Máscaras

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Después de que mis amigos se hayan ido y después de haberme sacado el maquillaje, subo a mi habitación con mi sensual novio que me espera acostado en la cama sólo en boxers. Oh si.
-Quiero matar a ese estúpido- dice enojado Tobias refiriéndose a Zeque. Yo también quiero hacerlo pero ahor
a no quiero pensar en eso así que me subo encima de él y comienzo a besar su cuello. Él baja sus manos por mi espalda hasta mi trasero y lo aprieta contra su erección.
-No necesitas pensar en idiotas ahora- le digo besando sus labios- ni acá- hago círculos contra su pelvis. Él gruñe y me voltea para estar sobre mi. Me besa el cuello y levanta mis manos sobre mi cabeza.
-Tanta belleza no tendría que ser ni siquiera observada por ojos tan mediocres como los de él- dice y levanta mi vestido- Solo yo puedo hacerte sentir placer.
Se mete dentro de mi, con violencia y con anhelo. Yo siento que algo había faltado en mi cuerpo y abro la boca para liberar la tensión. Empieza duro y lento, entonces hago fuerza con mis pelvis para apreciarlo mejor. Él gruñe y respira agitado cuando empieza a subir el ritmo y yo gimo contra su oído, pensando que si hubiera sido un auto mi cuarto, no se podría ver hacia afuera...
Al día siguiente, nos despiertan gritos y llantos. Me levanto exaltada y miro a mi lado para no encontrar a Tobias. Estoy asustada. Busco con la vista mi vestido y mis sandalias y salgo corriendo de mi habitación para ir a la sala común donde encuentro a Tobias y a mi hermano mirando el cuerpo de mi madre en el piso.
-Noah- llamo silenciosamente- Noah- llamo otra vez- ¡Noah!- grito y se da vuelta y así las mucamas y mi novio. Él tiene ojeras y cara de desconcierto-¿Qué es esto?.
Tobias se acerca a mi y me rodea con los brazos para tratar de taparme la vista. Noah se acerca y me abraza.
-No podemos tocar nada hasta que llegue la policía Savanna- dice llorando.
No puedo entender. No quiero entender. ¿Qué mierda está pasando?.
-Vamos amor, a tu habitación- me dice Tobias lentamente como esperando que explote en llanto- tenes que cambiarte para ir al hospital.
-Yo voy con la ambulancia- dice Noah con el celular en la mano.
-¿Y papá?- pregunto mirando a mi madre en el piso, pálida y sin maquillaje.
-Está hablando con el fiscal Vargas, abajo- responde Noah serio.
Yo asiento mientras Tobias me arrastra a mi habitación. Me sienta sobre la cama y se dirige a mi closet en busca de ropa. Yo sólo espero silenciosamente, estática y en shock. Mi mamá estaba ahí, tirada, no había sangre pero estaba ahí y su pecho no se levantaba y bajaba. Tobias deja unos jeans y una remera blanca sobre mi cama. Me da unas zapatillas negras en las manos y se agacha para mirarme desde abajo a los ojos. Está muy preocupado y en otra ocasión no le hubiera mostrado este lado tan débil de mi, pero ahora no controlaba nada, ni con él ni en este momento. O quizá nunca con él.
-Savanna, escuchame- acaricia mis manos. No puedo verlo a los ojos, rompería al llorar- Yo estoy acá y nada más va a pasar- dice y me toma por la barbilla para que lo vea y lo logra, lo veo- Nunca dejaría que alguien te lastimara si está en mi poder impedirlo.
Me acaricia el rostro y rompo a llorar desconsoladamente, mi espalda se dobla y me voy para adelante por la intensidad de mis lágrimas. Mi novio sólo acaricia mi espalda y besa mi coronilla mientras me recuesto en su hombro. Agradezco a Afrodita por haberlo traído a mi vida, no soportaría salir de mi habitación sola para ir al hospital sola.
Me enderezo y respiro profundamente, me seco las lágrimas y miro a Tobias seriamente.
-Nadie le hace esto a los Carvajal- le digo y él asiente.
-Nadie humilla a mi novia- dice él y sonríe para besarme.
Me visto rápidamente y me pinto los labios de rojo porque usaré lentes de sol todo el tiempo y no quiero maquillarme. Las cámaras estarán hambrientas de información, así que les dejaré saber lo que quiero que sepan.
Salimos de mi casa en el Alfa Romeo de Tobias porque tiene vidrios polarizados, escapando de los periodistas. Mi hermano me llama para decirme que están examinando a mi mamá y le dije que ya estamos llegando.
Al bajar del auto frente al hospital, los periodistas se abalanzan sobre mi para preguntarme por mi madre y mi nuevo novio. Me doy vuelta para responderles antes de entrar al hospital.
-Nadie puede lastimar a mi familia sin mi permiso- sonrio- y si, él es Tobias mi novio- le digo a las cámaras y él saluda con la mano.
-¿Entonces ya no nos enseñarás como ser unas zorras?- pregunta un hombre refiriéndose a una frase que había hecho el año pasado. Tobias obviamente lo interpretó de forma ofensiva y lo golpeó de seco en el rostro. Un guardaespaldas de la familia nos toma bruscamente y nos lleva para adentro.
Subimos en el ascensor en silencio y abrazados porque mi miedo a ver a mi madre muerta me superaba. Cuando se abren las puertas veo a mi padre y a Noah sentados en unas sillas en la sala de espera de terapia intensiva.
-¿Cómo está?- pregunto y mi papá niega con la cabeza.
-La envenenaron y esta grave ahora pero va a estar bien- me dice él mirando el reloj. Noah camina de un lado a otro preocupado pero yo estoy feliz porque mi mamá este bien. No entiendo porque ellos no lo están.
-¿Me estoy perdiendo de algo?- pregunto y todos me miran. En ese momento las puertas del ascensor se abren y todos volteamos para ver a Mila corriendo para abrazar a Noah que suspira de alivio al tenerla en sus brazos. Después de saludar a todos y no haber obtenido una respuesta por parte de estos hombres, me levanto para ir a comprar un café y esperar hasta que mi mamá despierte. Tobias me acompaña.
Una vez en la cafetería lo miro a los ojos y le tomo la mano para acariciarlo.
-¿Vas a decirme que más saben Tobias?.
Él se lleva la mano a la nuca para maseajearse y resopla mirando el techo. Finalmente me mira.
-Tu padre cree que fueron de la competencia, tratando de desestabilizar el negocio empezando por la familia- me responde serio.
-Los Anchorena estuvieron anoche en la casa y tendría sentido pero se supone que mi papá tenía buenos tratos con ellos.
-Ya lo veremos.
Corremos al hospital al enterarnos de que mi mamá despertó y el fiscal Vargas ya esta allí para escuchar su declaración. Mi mamá toma agua y lo mira.
-Puedo jurar que escuché su voz querido- le dice a mi padre que la mira desconcertado- la voz de Hugo Anchorena.
El tío de Zeque...

Como ser una zorra.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora