Capítulo 16: "Si me hubiese enamorado de ti..."

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Esos ojos gris celeste estaban impregnados en mí, me observaron de pies a cabeza de una forma casi incomoda, esperando que hiciera algún comentario, respondiendo a su "saludo/pregunta".

Tenía un aspecto encantador, unos jeans claros, zapatillas deportivas y un polerón blanco con un estampado de manchas de pintura negra en forma de huellas de auto.

Sus ojos hicieron contacto con los míos por unos segundos eternos, quería sostenerlo allí, abrazarlo y sentir su leve barba pasar por mi rostro; pues tenía esos leves puntitos oscuros que señalaban que no se había afeitado esa mañana ni la anterior, ni la anterior a esa.

Quería decirle tantas cosas, golpearlo, abrazarlo y pegarle un punta pie.

Sep... Creo que me he convertido en una maldita bipolar por su culpa.

Podría haberle dicho un simple hola, una mirada, una sonrisa, lo que sea, pero temí a su reacción y opté por pasar de él.

Apreté con fuerza los trajecitos en mis manos y caminé hacia el mostrador, donde la chica de trenza negra nos miraba absorta, aunque estuviese mas atenta al chico de cabellera negra con ojos muy abiertos.

Dejé los vestiditos sobre el mostrador y abrí mi bolso gris para sacar el dinero.

- Me llevo los dos, por favor –dije a la chica detrás de escritorio de madera-

No sabía si era el calor, o lo nerviosa que estaba porque sabía que Andrew podría estar detrás de mí; pero mis manos sudaban de una manera caótica... Como si de repente mi dedo índice se hubiese vuelto una pequeña llave para que de mi palma cayeran delicadas gotas de agua fría y hacían que las estúpidas monedas se resbalaran de mi mano.

El nerviosismo es psicológico, solo debía imaginar que Andrew no estaba allí, pero su perfume estaba impregnando mis fosas nasales haciéndome saber que estaba detrás de mí... Y muy cerca de mi.

Como pude saque el dinero y lo entregué apresuradamente a la señorita, tomé la bolsa con los vestidos y me giré en dirección a la salida intentado mirar hacia abajo y adelante.

Caminé a pasos rápidos y cortos, hasta que logré salir de la tienda.

Me paré de golpe, suspiré audiblemente y logré recuperar la compostura... Eso podría haber sido un desastre... ¿Por qué diablos tuve que encontrármelo aquí? ¿De todos los lugares y tiendas de bebé del planeta? ¿Tenía que ser aquí?

Tienda de bebé...

Ah... Ya veo... Por esa razón Andrew estaba aquí... Bien... Ahora si me sentía como las pelotas...

- ¿Lyann? –dijo una voz tras de mi-

Mi cabello de la nuca se erizó cual gato a la defensiva.

Mis pies quería salir volando de allí, mi cabeza gritaba ¡Huye!, pero mis estúpidos pies no se movían, ni mis labios, ni nada... Había quedado en shock.

¡Estúpida, huye ahora!

- ¿Me estas escuchando? –volvió a decir Andrew-

Yo solo me quedé allí, estática, sin decir una palabra.

- ¿Puedes que sea asentir con la cabeza? Si te quedas allí estática no se que pensar... -escuché su voz apagada-

Suspiré y me armé de valor, me giré e intente mirarlo cara a cara, a esos ojos gris celeste, sin derrumbarme por dentro... Logré pronunciar palabras simples y frías.

- ¿Qué quieres de mí? Que yo sepa... Ya no tengo nada que ver contigo –pronuncié apretando inconscientemente la bolsa que traía los vestidos-

Un Maldito SeductorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora