—Gracias por su compra—Sonrió. Me encantaba su sonrisa—
Mamá había ido por unas cosas a la repostería y mientras ella llegaba estaría a cargo, Alice anotó algo en la pequeña libreta y cuándo terminó alzó su vista y me sonrió. Después de que el idiota hubiese venido a mofarse en mí cara no lo había visto y por lo que sabía ella tampoco lo volvió a ver.
La campana de la puerta sonó, ambos alzamos la mirada y hice una mueca al verlo. Jess sonrió y caminó hasta Alice, el imbécil me observó para luego seguirla. Alice se estiró sobre el mostrador para abrazar a Jess, quería creer que el amor que Alice sentía por Juan ya no existía. Ella parecía estar ajena a él pero no sabía si estaba fingiendo, sé que debía confiar en ella pero aún no estaba preparado para verlos juntos en un mismo sitio.
—Con que aquí trabajas ¿Eh?—Jess observó todo a su alrededor—
Alice asintió—Así es, ¿Que se te ofrece?
—Hasta pareces una buena ayudante de pastelería—Sonrió—¿Que me sugieres?
—Las trufas son exquisitas y no lo digo por qué haya sido yo quién las hizo, los ponqué de chocolate y vainilla son los mejores que he probado...
Ella nombraba cada uno de los dulces que se hacían en la panadería con una sonrisa, por inercia observé a Juan, él la veía con un brillo en los ojos, justo cómo yo la veía a ella. Tenía una sonrisa ladina, suponía que intentaba ocultarla de Jess. No quería aceptarlo, era cómo despreciarme a mí mismo pero él la quería, podía verlo en sus ojos. Era un imbécil, uno grande pero la quería justo cómo yo lo hacía.
—Te extraño,Al—Sus pequños ojos se enfocaron en su amiga con tristeza, ella intentaba alejarse del imbécil y no se daba cuenta que lastimaba a sus amigas—Sé que ahora tienes un trabajo y un novio—Su mirada viajo hasta mi—Pero intenta reunirte con nosotras de nuevo, Danna también te extraña
—Yo también las extraño—Suspiró—Quizás mañana pueda ir con ustedes sólo un rato
Jess se fue a sentar y Juan se quedó de pie frente al mostrador, quería que se mantuviera lejos de ella ni siquiera quería que respiraba su mismo aire. Sé que parecía un desquiciado pero tenía miedo de que las cosas entre nosotros se dañaran, no quería perderla. Sabía que amores cómo el que ambos sentían no se apagaban de un día para otro, aunque ambos quisieran no podían escapar de ese amor y yo era un idiota al creer que ella lo olvidaría y se quedaría conmigo.
—Ethan—Me llamó su dulce voz, alce mi mirada topándome con la suya que se veía preocupada—Olvidé unos porqués atrás, ¿Me acompañas?
Se dirigió a la zona de la cocina y yo la seguí, se detuvo y se giro con los brazos cruzados. No quería preocuparla por qué aunque no me lo dijera sabía que estaba preocupada por el juicio que sería en unos días, ella tenía muchas cosas de las que preocuparse y añadirle a eso mis tontos celos era innecesario.
—¿Todo está bien?
Se acercó y me rodeó con los brazos, sus pequeños brazos rodeándome para reconfortarme. Rodeé su cintura devuelta y la apreté contra mí, necesitando sentirla. Mí corazón estaba acelerado y una calidez se instaló en mí pecho, así me sentía cuándo ella estaba cerca. En paz, cómo si ella fuese una luz que me guiaba, ella me transmitía todo lo que necesitaba.
—¿Que ocurre?
Me alejé lo suficiente cómo para verla a los ojos—Sólo no me agrada mucho verlo cerca de ti, es todo
—Así que estabas celoso ¿Eh?—Dijo juguetona mientras se ponía de puntillas para rozar nuestros labios—Eso es realmente adorable
—Espero que también te parezca adorable cuándo lo golpee—Sonrió pero dicha sonrisa no llegó a sus ojos—¿Que pasa, preciosa?
—Estoy tan asustada por el juicio, sé que probablemente no debería estar asustada por que él pasará mucho tiempo en prisión pero no lo sé, Ethan siento cómo si algo malo fuese a sucederme
—Nada va a pasarte, ese imbécil va a quedarse en prisión por mucho tiempo y no podrá hacerte daño
—Pero ¿Y si escapa? O...
—No, no, no—Tomé sus mejillas—Todo va a estar bien
—Ve conmigo al juicio, acompáñame—Su voz suplicante rompió mí corazón—
—Por supuesto, preciosa—La rodee con mis brazos—Me mantendré cerca para observarte y cuidarte
—Gracias, Ethan—Susurró—
—Alice—Esa era la voz de Jess—
Besó mis labios y se dirigió de nuevo al mostrador, la seguí. La vi rodearlo y abrazar a Jess, ambas parecían haberse extrañado mucho. El imbécil estaba apoyado en la pared de brazos cruzados viéndolas, Jess le dijo algo al oído a Alice y ella rió. Su risa era cómo una melodía que no me cansaba de escuchar, realmente estaba perdido. Jess se despidió y salió, el imbécil hizo un ademán de salir pero se giró para acercarse a ella.
Tomó un mechón de su cabello entre sus dedos—Sé que el juicio es en unos días, buena suerte
Soltó el mechón y salió.
¿Porqué simplemente no la dejaba y ya?
°°°
El hombre que me había dado la vida había decidido a venir borracho a armar un escándalo frente a la casa, era tan patético que me asqueaba. Mamá había intentado calmarlo pero lo único que había logrado era alterarlo más, estaba furioso. Quería matarlo con mis propias manos, a causa de intentar mantener a papá calmado tenía un ojo morado y me dolían las costillas. Por suerte los vecinos habían llamado a la policía y ellos se habían encargado de él, estaba frustrado y molesto con Mark.
—Ethan agarrarte a golpes con tú padre no va a solucionar nada, cariño debes entenderlo
—No puedo, mamá. Se ha comportado cómo un maldito idiota y nos ha ridiculizado demasiado, ¡Por amor a Dios, date cuenta!
—Ethan, cariño, sigue siendo tú padre
—Está discusión no va a llevarnos a ningún lugar, iré a mí cuarto
—Le daré la semana libre, Alice parece muy nerviosa por el juicio
—Lo está—Afirmé—
—Cuídala mucho, Ethan
Subí las escaleras hasta mí habitación, me tiré en la cama y revise mí teléfono. Había al menos unas siete llamadas de Alice, eran las once y no era habitual en ella llamarme tan tarde. Le devolví la llamada.
—¿Ethan?—Su voz sonaba quebrada—
—¿Alice, que pasa?
—No puedo dormir, estoy teniendo un ataque de pánico. No puedo hacerlo, Ethan—Sollozó—
—Claro que puedes, Alice—Animé—¿Recuerdas lo que te dije?—La escuché sorber su nariz—Me mantendré cerca para observarte y cuidarte, estaré cerca cuidándote
—¿No lo entiendes? Si voy al juicio yo... No puedo, Ethan
—Alice, claro que—Comenzó a hiperventilarse—Alice, respira
—N-No puedo ir al juicio—Arrastró las palabras, la escuché rebuscar todo en su habitación, suponía buscando el inhalador—Quizás deba intentar dormir, Ethan
—No me voy a alejar, Alice—Aseguré—Me mantendré observándote para cuidarte
—Lo sé, te lo agradezco—Suponía que sonreía—Nos vemos, Ethan
—Cuídate mucho, Alice
Corté la llamada.
Sabía que todo estaría bien, ella sólo tenía un ataque de pánico por la presión del juicio pero se calmaría y estaría bien, él no podría lastimarla, ella no tenía nada de que preocuparse. Me mantendría observándola para cuidarla, siempre lo haría.
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Dulce Venganza(Maluma) (Editando)
DiversosAquella venganza se convirtió en un gran amor digno de contar Primer Libro