Sinceramente no se nada, literalmente nada, ¿donde estoy? ¿que sucede? ¿mama? ¿está todo bien?.
Observo el lugar, las máquinas que resuenan en la habitación hacen retumbar mis oídos, las paredes blancas y la gran iluminación me dan a entender que estoy en la sala de un hospital, pero ¿porque?.
Cierro los ojos nuevamente, me siento tan cansada, un suspiro brota de mis labios y respiro lentamente, lo único que me queda por hacer es esperara a que venga el doctor.
Luego de estar un par de minutos con los ojos completamente cerrados los abro otra vez para observar con más determinación la habitación, las máquinas que están a mi lado izquierdo suenan con un ritmo calmado, a mi lado derecho una bolsa de suero y sangre se inyectan a mi brazo. Mis ojos se entre cierran con confusión, ¿sangre? ¿para que?.
En ese instante entra el Doctor, sus ojos sé elevan de las hojas que esta leyendo y me observa, sus hombros se relajan y suspira, camina lentamente hacia mi pero no me habla, revisa las máquinas y de nuevo se voltea me observa tranquilamente, mis ojos, mis mejillas, mis labios, mis manos, como si buscará alguna señal. En su placa sale su nombre doctor frank. Entonces el me habla.
-Dr.Frank:¿como te sientes leslie?
¡mierda!¡odio que me llamen por mi nombre completo!. Sin poder evitarlo le corrijo.
-Les: prefiero que me digan Les.
Y nos es hasta el momento de hablar en el que me doy cuenta que mi voz esta ronca me duele todo el cuerpo y me siento pesada, el doctor me mira con una pequeña sonrisa en la boca.
-Dr.Frank: me alegra que estés bien después de todo, Les. Pero ¿como te sientes?.
-Les: cansadaa... ¿que me ha pasado?,¿porque estoy aqui?.
El doctor se sienta frente a mi en una pequeña banca que estaba en la habitación, se pasa las manos por la cara con cansancio y suspira.
-Dr. Frank: Les, tu tienes una emfermedad ¿no es haci?.
Lo unico que puedo hacer es asentir, es la pura y santa verdad, después de todo los medicos siempre saben.
-Dr.Frank: Bien. Tu no te cuidaste como deberías cariño, tuviste una recaída grave, por eso estas aquí hace una semana, creíamos que no podrías mas, un chico vino hasta aquí y se ofreció junto con sus amigos a recaudar fondos para ayudarte, necesitas un tratamiento dificil y eso no lo tenemos aqui, tienes que irte a Estados Unidos.
¿una semana? ¿recaida?¿cuidarme bien? ¿chicos? ¿Estados Unidos?.
No tengo nada que decir absolutamente nada, las palabras que se confunden en mi cabeza no me dejan formar algo coherente para decir y las palabras se atascan en mi garganta sin dejarlas salir. Sin mas asiento con la cabeza repetidas veces y observo al doctor Frank, esperando a que siga hablando, pero no lo hace solo me observa detenidamente, de seguro esperando a que yo también diga algo, pero no puedo es inútil esperar, el se percata de la situacion y esboza una sonrisa cansada.
-Dr. Frank: Bien pequeña, tengo que ir a atender unos asuntos y revisar a algunos pacientes, vendré a verte seguido, mientras tanto puedes recibir visitas.
El se levanta y se encamina hacia la puerta, se detiene para observarme otra vez y añade.
-Dr. Frank: por cierto ese chico que tienes de novio, el estadounidense, ah estado esperando toda una semana ahí a fuera, seria bueno que entrara el primero.¿estas de acuerdo?
Ladeo la cabeza hacia un lado, yo no tengo novio menos estadounidense.
-Les: ¿como es ese chico?.
-Dr. Frank: la verdad esperaba que me lo dijeras tu, hay 5 chicos ahí a fuera, uno mas... como decirlo más maduro que los demás, pero hay dos que se comportan como si fueran tus novios, agradesco que se hablar inglés, por que de ser de otra forma me confundiría aun mas, al parecer uno se llama Gabe y el otro Kellin.
Mierda. Son los chicos, ¿sabrán de mi enfermedad?¿se lo habrán dicho? ¿estarán enfadados?. No, no, no definitivamente esto no puede ser, ese era mi secreto porque se tendrían que haber enterado por otras personas.
Habro los ojos con miedo, el terror se apodera de mi cuerpo.
-Les: ¡no!, de ninguna manera.
El doctor me observa confundido,como si estubiera loca, no puedo estar mas avergonzada en la vida.
-Les: no... quiero decir, prefiero que pase mi madre primero doctor, porfavor.
El doctor asiente y sale de la habitación, tras unos largos minutos de espera, de observar las paredes que juguetear con mis dedos siento que la puerta se habré, pero no me volteo sigo mirando mis dedos, pasos resuenan en la habitación y soy consiente se que alguien me observa, siento esa mirada sobre mi una mirada conocida para mi, pero en definitiva no es la de mi madre. Aguanto la respiración y de a poco mis ojos comienzan a abrirse con alarma. Mi mirada viaje hasta el suelo de la entrada, unos converse negras se encuentran de pie ahí, inmóviles casi inertes, comienzo a subir la mirada con temor sé que lo que me encontrare luego no será de mi agrado pero ¿que se le puede hacer?, solo me queda esperar que Dios se apiade de mi y mis suposiciones sobré la persona que este parada sean erróneas.
Comienzo a subir , mi mirada se encuentra con unas delgadas piernas, definitivamente no son las de mi madre, pantalones negros los visten y soy consiente de los puños apretados que hay en los costados. La polera a rayas que tapan su torso se me es familiar y el temor crece en mi, maldicion estoy metido en otro problema, mis neuronas explotaran si sigo hacia, los problemas en mi vida nunca acaban y sencillamente me estoy cansando de esa rutina.
Al llegar al pecho del cuerpo qué está parado a unos metros mas allá de mi paro, no puedo seguir levantando la mirada, no tengo el valor suficiente, unos segundos más tarde Él comienza a avanzar en mi dirección y al llegar a mi lado, puedo persibr su olor, joder.
Quiero abrazarlo, mirarlo, quiero volver a ser capaz de mirarle a la cara sin remordimiento.
-Hola Les.
Su tono dulce y sereno me saca de órbita, yo pensaba que el estaría molesto conmigo. En ese instante levanto mi mirada y ahí es cuando le observo, sus ojos verdes grisaceos están adornados con dolor y cansancio en el momento en el que nuestros ojos sé encuentran puedo observar como el alivio se mezcla entre estos sentímientos, las ojeras que tiene alrededor me hace sentir culpable, pero el daño ya esta hecho ¿que se supone que haga ahora?. Pero claro yo doña inoportuna salgo con lo mejor que mi cerebro pudo procesar y lo unico mas coherente que mi garganta y labios pudieron formular.
-Les: Oh, hola Kellin.
